España

La mayoría independentista que apoya a Sánchez impide a Page cambiar su ley electoral

El presidente de Castilla-La Mancha se la juega el 28-M con un sistema poco proporcional que instauró el PP en tiempos de María Dolores de Cospedal

El presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, ha tenido cuatro años para cambiar la ley electoral de su comunidad, herencia del anterior gobierno del PP capitaneado por María Dolores de Cospedal. Pero no ha podido llevar su plan de dotar a la región con menos diputados de España -junto con La Rioja- de algunos más para hacer el sistema más proporcional y evitar la distorsión que se produce entre un elector de la provincia de Ciudad Real y otro de Toledo.

Pero si Page no ha logrado cambiar la norma es, en última instancia, por quién apoya en el Congreso de los Diputados al Ejecutivo de Pedro Sánchez. Fuentes del núcleo duro del socialismo castellanomanchego reconocen a este diario que modificar el Estatuto de Autonomía con los votos de la mayoría independentista que conforman ERC y Bildu casi sería visto como una traición en su región. De manera que sin en el PP, el PSOE está vendido pese a su reiterada disposición a cambiar la norma. Al tratarse de una ley orgánica, el cambio estatutario debe ser ratificado en la Cámara Baja. "Además, Rufián y Bildu venderían muy caro su apoyo al cambio en el Estatuto de Castilla-La Mancha", zanjan estas fuentes.

Aunque ese no ha sido el único gran impedimento de Page. Necesariamente, la única forma de mejorar la proporcionalidad del sistema es incrementar el número de diputados y hacerlo después de que el Gobierno de María Dolores de Cospedal lo rebajara de 53 a 33. Y claro, como reconocen las fuentes consultadas, esta legislatura de pandemia, crisis y guerra no ha sido precisamente la más propicia para proponer a los ciudadanos más políticos en su parlamento. Era caldo de cultivo para Vox.

La clave proporcional

En estos momentos, los 33 diputados autonómicos se reparten entre las cinco provincias: nueve para Toledo, siete para Ciudad Real, siete para Albacete, cinco para Guadalajara y cinco para Cuenca. El problema son las grandes diferencias de población, las cinco y que además no dejan de agudizarse, porque Toledo y Guadalajara crecen gracias a su cercanía a Madrid y las otras tres pierden habitantes cada año.

Solo hay que sacar la calculadora y hacer cuentas. Los toledanos tocan a un diputado cada 78.823 habitantes; los ciudadrealeños a uno cada 70.370; los albaceteños a uno cada 55.209; los guadalajareños a uno cada 53.118 y conquenses a uno cada 39.103. De manera que el sufragio de un ciudadano de Cuenca es 'el doble' de importante que el de un alguien de Toledo.

Toca hacer retrospectiva de algunos episodios electorales en Castilla-La Mancha. En los últimos comicios, Vox cosechó 29.492 votos en Toledo y ningún escaño. Mientras que a Ciudadanos lo votaron 18.220 ciudadanos en Guadalajara y obtuvo un asiento en parlamento autonómico. A los castellanomanchegos les llama mucho la atención que los votos de Vox y Podemos -más de 150.000- no les sirvieran para obtener representación. Pero los 122.955 que consiguieron los naranjas fueran la llave de los cuatro diputados que tienen.

Page, mayoría absoluta o susto

¿Pero por qué pasa esto en Castilla-La Mancha y no en otras comunidades? Es todo una cuestión de población y de diputados a elegir. Con el Gobierno de Page viven poco más de dos millones de personas habitantes, casi como castellano y leoneses lo hacen con el Ejecutivo de Alfonso Fernández Mañueco. Pero las Cortes de Castilla y León tienen 81 procuradores frente a los 33 diputados de Toledo.

Más allá de las cuentas con la ley electoral y la fórmula D'Hondt de asignación de escaños, en el PSOE están seguros de que Page logrará revalidar la mayoría absoluta, según sus sondeos internos. Pero el presidente de Castilla-La Mancha ha tenido que apartarse de la marca de Pedro Sánchez hasta el punto de que no compartió con él acto en Toledo este viernes, por agenda, según la versión oficial. Page estuvo en Bruselas, porque tenía una visita con la comisaria de Cohesión de la UE cerrada desde "hace tiempo". Aunque los socialistas advierten de que habrá foto de ambos en esta campaña.

Si Page logra mantenerse en el poder, se convertiría en un referente dentro del socialismo, pese a que no tenga "acogida" fuera de su región, como se encarga de recordar algunos destacados socialistas. En el PSOE se ve próxima una etapa sin Pedro Sánchez a los mandos del partido, por mucho que el presidente pelea para revalidar Moncloa cuatro años más. En Ferraz se hacen cábalas. Pero una fuente que conoce muy bien el partido aventura el devenir del PSOE cuando el presidente se aparte y se lanza a precisar el papel de Page en el futuro inmediato del socialismo español: "Primero habrá una gestora de transición, con gente como Page, y después se saltará a otra generación". Y es que ya hay quien ve al presidente de Castilla-La Mancha siendo el nuevo Javier Fernández.

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