La demografía española está en números rojos. En el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la estimación de natalidad y mortalidad en 2023, se confirmó que España atraviesa un momento crítico en lo que se refiere a la población. Una reducción del 2,0% en nacimientos durante el año 2023 y una bajada de los fallecimientos de un 5,8% con respecto al año anterior, lo que se traduce en una sociedad cada vez más envejecida y que carece de un relevo generacional.
Una tendencia que se extrapola a la Unión Europea. La Oficina Europea de Estadística (Eurostat) ha publicado el informe sobre cuántos niños nacieron en la UE en 2022, unas estadísticas que dejan un titular: ninguna nación supera la media de dos hijos nacidos por cada mujer en edad fértil, es decir, entre los 15 y los 45 años. Durante ese año, se registraron un total de 3.880.000 de nacimientos que, si se compara con el año anterior, supone una ligera disminución con respecto a los 4.090.000 de 2021.
Un paradigma que se lleva afrontando desde el 2008, año en el que comenzó la caída al vacío del número de niños nacidos en la Unión Europea cuando el escrutinio llegó hasta los 4.680.000 de niños. En cuanto a la tasa de fertilidad, en 2022 la cifra fue de 1,46 nacidos vivos por mujer en la Unión Europea.
¿Ha sido tan acentuada la bajada de nacimiento en la Unión Europea? Si se compara con los anteriores periodos, el 2022 dejó una ligera bajada, sobre todo tras los datos positivos de 2021. En dicho año, se notificó un ligero aumento, llegando la tasa de fertilidad total a los 1,53 y a los 1,51 en 2020. La demografía es, evidentemente, una de las asignaturas pendientes a nivel internacional, aunque España se posiciona en el ojo del huracán, en el centro de la vorágine.
España registró una tasa de fertilidad de 1,16 hijos en 2022, según los datos del INE
Tal y como explicamos en Vozpópuli, durante el 2022 España registró una ligera subida en el número de habitantes, pasando de 47.398.695 personas en el año 2021, a un total de 47.432.893 en el año 2022. Un crecimiento ínfimo y casi insignificante de 34.198 personas, según los datos proporcionados por el INE. En términos generales, solo siete comunidades autónomas de las 17 que componen el territorio nacional notificaron un aumento en su demografía.
"En 2022, Francia tenía la fertilidad total más alta de la UE (1,79 nacidos vivos por mujer), seguida de Rumania (1,71), Bulgaria (1,65) y Chequia (1,64). Por el contrario, las tasas de fertilidad más bajas se observaron en Malta (1,08 nacimientos por mujer), España (1,16) e Italia (1,24)", explica Eurostat.
La lista completa de la tasa de fertilidad durante el año 2022 en la Unión Europea es la siguiente: Francia (1,71), Rumania (1,71), Bulgaria (1,65), República Checa (1,64), Turquía (1,63), Islandia (1,59), Serbia (1,59), Eslovaquia (1,57), Hungría (1,56), Dinamarca (1,55), Eslovenia (1,55), Irlanda (1,54), Bélgica (1,53), Croacia (1,53), Suecia (1,53), Países Bajos (1,49), Alemania (1,46), Portugal (1,43), Estonia (1,41), Austria (1,41), Noruega (1,41), Suiza (1,39), Chipre (1,37), Grecia (1,32), Finlandia (1,32), Luxemburgo (1,31), Polonia (1,29), Lituania (1,27), Italia (1,24), Albania (1,21), España (1,16) y Malta (1,08).
Malta es el único país que presenta una tasa de fertilidad inferior a la de España. Aun así, las estadísticas del INE llevaban años avisando de este fenómeno demográfico, ya que durante en el 2019 el dato ya era realmente preocupante, con una tasa que llegaba a al 1,23. Le siguieron un 1,19 en 2020 y un 1,19 en 2021. Si se relacionan con los datos registrados durante el 2022 en el resto de países de la Unión Europea, la media es inferior a la totalidad de naciones, solo acercándose a Italia y Albania en el año 2019.
Los alicientes de la baja natalidad: la falta de estabilidad laboral y la edad de emancipación
La falta de estabilidad laboral y la edad de emancipación son los principales talones de Aquiles de la natalidad en España. El retraso de la maternidad hasta pasado los 30 años se debe, en gran parte, a que las nuevas generaciones tienen serias dificultades para obtener un puesto fijo y un sueldo que permita hacer frente los cargas económicas que implica el criar a un hijo. Por otro lado, el que se haya retrasado la edad de las mujeres para tener el primer hijo dificulta el tener otro progenitor.
En cuanto al dinero que se debe destinar en la crianza de un niño, se estima que el gasto mensual ronda los 670 euros por hijo. Otra traba en el camino que, sumado a la escasez de ayudas por parte del Gobierno, pone en jaque a las parejas que se están plateando dar el paso a ser padres, pero carecen de un poder adquisitivo medio-alto. No solo eso, sino que la crisis inflacionista que ha marcado el 2023 y los sueldos que siguen congelados han empeorado, aún más si cabe, la tasa de fertilidad en España
El segundo factor de la ecuación es la emancipación de los jóvenes. Las personas jóvenes se independizaron a los 30,3 años de media en España, la cifra más alta de los últimos veinte años. De manera indirecta, esta problemática afecta a la hora de pensar en tener hijos. El desempleo, la inseguridad económica, el aumento de separaciones, el incremento del coste de la vida, el envejecimiento de la población o la pérdida de poder adquisitivo son otros de los puntos a tener en cuenta dentro de la cuestión de la baja natalidad que desvela el INE.
Una situación demográfica que hace aguas, dejando en jaque a España, que ve como poco a poco sus jóvenes tienen que hacer las maletas en busca de oportunidades laborales. Un nuevo paradigma que plantea el INE y que se avalancha sobre la Administración y las autoridades locales, las cuales serán las protagonistas y las que tendrán que hacer frente a la principal cuestión que gira en torno a este tema: ¿Qué pasará con la demografía española de cara a la próxima década?
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