Un nuevo informe de la Guardia Civil apunta directamente a la autoría del Cabra en el asesinato de los dos agentes en Barbate. El documento, al que ha tenido acceso Vozpópuli, revela que el análisis de los daños de la narcolancha que conducía este hombre son compatibles con lo que se localizaron en la embarcación del SERMAS del Instituto Armado. La minuciosa y exhaustiva investigación del Laboratorio Central de Criminalística del Cuerpo sigue su curso aunque aún queda por volcar los datos del GPS de la nave que fue localizado horas después del homicidio, según informan fuentes jurídicas a este medio.
Este nuevo informe pericial fue emitido el pasado 15 de marzo por los especialistas del Laboratorio Central de Criminalística-Balística de Madrid. Es el estudio de las evidencias por el asesinato de Miguel Ángel y David el pasado 9 de febrero en el Puerto de Barbate cuando fueron embestidos por una narcolancha. Horas después del suceso fueron detenidos en diferentes puntos los tripulantes de esta nave, entre ellos el conductor que era presuntamente Kiko El Cabra.
El documento al que ha tenido acceso Vozpópuli revela que la "huella indubitada impresa en el costado estribor de la narcolancha presenta el mismo diseño, es decir, coincide plenamente en la distribución y equidistancia de los puntos que conforman el jaspeado que aparece en las dos piezas de fibra de vidrio retiradas de la embarcación Guardia Civil GEAS". Está firmado por el teniente jefe accidental de la UOPJ del Instituto Armado.
Las muestras de la narcolancha
Para llegar a esta conclusión los especialistas han analizado y comparado diferentes vestigios. Entre ellos, el trozo de fibra interior de la embarcación, próxima a babor, y el tambucho marino de bodega de proa de la patrullera del GEAS de la Guardia Civil. Estos restos se han comparado con el fragmento del casco de la narcolancha que fue hallada varada en la Playa de Santa Clara en la Línea de la Concepción (Cádiz) que presuntamente conducía el Cabra. También se han adjuntado tres fotografías en formato digital en las que se observan distintas vistas de una misma impronta dubitada obtenidas del costado de estribor.
El objetivo de los investigadores era estudiar la huella dubitada impresa en el costado de estribor de la narcolancha. La finalidad era determinar si la misma presentaba el "mismo diseño que el jaspeado que apareció en el anverso de las dos piezas" de la embarcación GEAS de la Guardia Civil que fue atacada en Barbate.
Cabe reseñar que los agentes cuando se refieren a la "huella" quieren decir que es "toda figura, señal o vestigio, producidos sobre una superficie por contacto suave o violento con un objeto cualquiera". Los especialistas en Criminalística subrayan que "no están familiarizados con el vocabulario marinero" por lo que pueden no ser del todo concretos a la hora de describir alguno de los términos.
Para analizar las piezas, los guardias civiles tuvieron que generar en papel varias "huellas indubitadas" con el "jaspeado" correspondiente. Presionaron las mismas con tinta, ejerciendo diferentes presiones, para confeccionar diferentes improntas.
La huella de los daños "coinciden plenamente"
Las pruebas realizadas revelaron que en "los cotejos por superposición de muestras, es donde queda patente que todo el material confrontado presenta el mismo diseño". "Es decir coinciden plenamente en la distribución y equidistancia de los puntos que conforman el jaspeado", según el texto. Para ello también se empleó un efecto espejo.
Este informe pericial practicado por la Guardia Civil ya ha sido trasladado al Juzgado Mixto de Instrucción número 1 de Barbate que se encarga de dirigir las diligencias sobre el asesinato de los dos guardias civiles el pasado mes de febrero. Para confirmar la autoría del homicidio aún queda por volcar los datos del GPS de la narcolancha. El análisis de ese trayecto terminará de confirmar que la embarcación que presuntamente conducía el Cabra fue la que embistió a los agentes y terminó con sus vidas.
En las últimas semanas, los detenidos, que se encuentran en prisión provisional por este caso, habían manifestado en sede judicial que tenían vídeos que podrían demostrar su inocencia. No obstante, todos ellos reconocieron que esa noche estuvieron en Barbate y que fueron tripulantes de una narcolancha que conducía Kikko el Cabra.
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