La inmigración irregular sigue siendo la asignatura pendiente tanto a nivel nacional, como dentro de la Unión Europea. Una cuestión que, lejos de mejorar durante el pasado año, se ha descontrolado hasta el punto en el que las autoridades locales carecían de operarios y recursos para dar cabida a la oleada de llegadas. Y no es para menos. Canarias no veía unas cifras de llegadas de inmigrantes tan elevadas desde la tan sonada crisis de los cayucos de 2006. La inmigración en patera creció en la comunidad un 134,8% con respecto al 2022, según el balance quincenal elaborado por el Ministerio del Interior.
Es tal la gravedad del asunto y las carencias que presentan las autoridades canarias para identificar a los inmigrantes, que el Departamento de Seguridad Nacional (DSN) detalla en su último informe anual que la presión migratoria provino principalmente de Marruecos, Senegal y Argelia. Sin embargo, tal y como explicamos en Vozpópuli, la propia entidad apunta que el 44% de estos 40.403 inmigrantes no tenía ningún tipo de identificación de nacionalidad.
Una realidad que se ve patente en las estadísticas y, sobre todo, en la gestión de cada nación para tratar de 'controlar' la llegada irregular de extranjeros a su territorio. La Oficina Europea de Estadística (Eurostat) ha publicado las estadísticas sobre retorno de inmigrantes irregulares durante el cuarto trimestre de 2023. En dicho informe, la entidad europea asegura que se ordenó a 105.585 ciudadanos de fuera de la UE que abandonaran un país de la Unión Europea y un total de 28.900 fueron devueltos a otro país tras una orden de salida, lo que se traduce en un incremento de un 6% con respecto al último dato del mismo año.
"En comparación con el mismo trimestre de 2022, el número de ciudadanos de fuera de la UE a los que se ordenó abandonar el país disminuyó un 15%, mientras que el número de personas que regresaron a otro país aumentó un 8%. En comparación con el trimestre anterior de 2023, el número de pedidos de salida disminuyó (-2%) mientras que el número de devoluciones aumentó (+6%). La mayoría de las personas devueltas en el cuarto trimestre de 2023, de conformidad con una orden de salida, lo fueron a países fuera de la UE (77% de las personas)", explica Eurostat en su informe sobre inmigración.
La inmigración ilegal en España y en Francia: 1.295 extranjeros expulsados, frente a 35.175
España y Francia, dos políticas completamente opuestas a la hora de gestionar la inmigración irregular. Según los datos aportados por Eurostat, Francia expulsó un total de 137.730 ciudadanos no pertenecientes a la UE durante los cuatro trimestres de 2023. Por el contrario, Alemania se posicionó como el segundo país en la lista, con 44.625 inmigrantes. Los dos claros ejemplos europeos a la hora de deportar a un alto porcentaje de los individuos que carecen de papeles o certificados de residencia, mientras que la otra cara de la moneda es para España.
Medidas menos 'agresivas' y ofrecer alijo político a todos los inmigrantes. Las medidas en España son menos radicales, optando por una red de acogida estatal que agilice los trámites para ofrecer ayuda a los extranjeros, sobre todo para aquellos que no superen la mayoría de edad. Esto se traduce en que de los 56.852 inmigrantes irregulares que llegaron a España durante el 2023, tan solo se expulsaron a 10.645. Es decir, que un 81,28% de foráneos sin autorización legal no son devueltos a su país de origen.
¿Es tan abismal la disparidad de extranjeros que han entrado de manera ilegal y que se han quedado en Francia, Alemania y España? A nivel porcentual, la diferencia entre el Gobierno de Sánchez y de Macron es de un 1.193% más de ciudadanos no pertenecientes a la UE a los que se ordenó abandonar el territorio del país a favor de los franceses. Mientras que entre el país germano y España el porcentaje es menor, llegando al 319%.
Marroquíes, argelinos y turcos, los foráneos que más órdenes de abandonar el territorio recibieron
Marroquíes, argelino y turcos, las nacionalidades con mayor número de personas que tuvieron que volver a su país de origen por motivos de inmigración ilegal. Las estadísticas de Eurostat del cuarto trimestre de 2024 indican que los ciudadanos marroquíes tenían la mayor proporción del total con un 8%, seguidos de los ciudadanos argelinos con un 7%, luego los ciudadanos turcos y sirios con un 6% cada uno y los ciudadanos de Georgia y Afganistán con un 5% cada uno. "Entre los que regresaron a otro país por motivos de inmigración irregular, la mayoría eran ciudadanos de Georgia (12%), seguidos de Turquía (8%), Albania (7%) y Marruecos, Argelia y Moldavia (cada 4%)".
No solo eso, sino que, al igual que prácticamente el resto de trimestres, los países que tuvieron más mano dura con la inmigración ilegal fueron Francia y Alemania: "En cuanto a los datos nacionales, el mayor número de ciudadanos no pertenecientes a la UE a los que se ordenó abandonar el territorio de un país de la UE se registró en Francia (35.175), Alemania (12.650) y Grecia (6.925). Alemania (4.180), Francia (3.570) y Croacia (2.430) registraron el mayor número de personas devueltas a otro país por inmigración ilegal".
Los cayucos y la llegada de extranjeros por vías que exceden lo legal se ha convertido en uno de los talones de Aquiles de las administraciones, que siguen sin dar con la tecla para dar cabida a la cantidad desmesurada de foráneos que tienen que optar por la inmigración como la única vía para labrarse un futuro mejor. Una vorágine que envuelve la cuestión migratoria y que genera un sinfín de dudas sobre las causas y los efectos tanto negativos, como positivos de tender la mano a las inmigrantes.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación