España

Una inquiokupa acaba con el "plan de pensiones" de unos jubilados: "Va de bar en bar pegándose la fiesta"

María Elena y José María son una pareja de pensionistas a los que su inquiokupa debe más de 13.000 euros por el alquiler de un piso en Calviá (Mallorca)

La pensionista que mantiene a la familia inquiokupa en Calviá (Mallorca)
La pensionista que mantiene a la familia inquiokupa en Calviá (Mallorca)

María Elena, de 69 años, y José María, de 77, llevan toda la vida juntos. Este matrimonio, ya pensionista, compró un piso en Calviá (Mallorca) para tener un 'seguro' cuando llegara la edad de jubilarse. No podían ni imaginarse que la vivienda que tenía la finalidad de ayudarles en la vejez se convirtiera en un agujero negro de pérdidas mensuales. Este inmueble lleva meses con una inquiokupa en su interior que, según ellos denuncian, no paga su alquiler pero: "Va de bar en bar pegándose la fiesta".

La historia de amor de esta pareja con el piso de la inquiokupa se remonta cuarenta años atrás. La vivienda fue adquirida en esa época y se encuentra ubicada en la Urbanización El Toro, en el término municipal de Calviá (Mallorca). "Es nuestro piso de toda la vida, nos lo compramos cuando eramos jóvenes", relata María Elena.

Este inmueble era su "plan de pensiones". "Pensábamos que sería una ayudita para cuando nos hiciéramos mayores", prosigue esta mujer que ha sido autónoma toda la vida y le ha quedado una pensión efímera comparada con el trabajo que ha tenido que desarrollar durante muchos años. Tenían el piso en alquiler con un cartel en la terraza.

El problema llegó, sin previo aviso, en diciembre de 2021. La futura inquiokupa arrendó el domicilio con su pareja y dos hijos menores. "Nos presentaron una nómina preciosa que correspondía a él de 3.000 euros al mes ya que era ingeniero", explica esta pensionista.

La historia de este matrimonio de pensionistas

Así, el precio acordado del alquiler era de 900 euros. Los conflictos comenzaron a mediados del año pasado cuando la pareja se separó y se quedó en la casa esta mujer con sus dos hijos. Varios meses estuvieron pagando de forma más o menos "rácana" hasta que en diciembre el flujo de dinero paró de forma inmediata.

La 'inquiokupa' había solicitado al Ayuntamiento de Calviá una ayuda para poder pagar el alquiler. Sin embargo, en noviembre ya comunicó a la pareja de pensionistas que "no pensaba pagar y no se podía mover de allí".

María Elena, la pensionista que mantiene a una familia inquiokupa en Calviá

Esta mujer siguió comunicándose con el matrimonio de jubilados y les ponía mensajes en inglés cuando sabía perfectamente escribir en español. "Nos ponía excusas de que no podía trabajar o que se había roto una mano", explica la víctima de esta historia a Vozpópuli.

"Entre excusas y excusas la ves andando de bar en bar dándose la fiesta madre de cervecita con los amigos. Te da rabia e impotencia", describe María Elena a este medio. La perspicacia del matrimonio jubilado propició que nada más dejar de recibir el alquiler se pusieran en contacto con un abogado que es el que les ha llevado todo el caso.

Este procedimiento de desahucio se desarrolló sin la presencia de la inquiokupa que no acudió a la vista para tratar su caso. A pesar de todo ello, su abogado entregó un informe de los Servicios Sociales donde se declaraba que ella estaba en una situación de vulnerabilidad.

El trato de esta inquiokupa con los vecinos de la urbanización no es el más fluido. Los residentes, según cuentan los propietarios pensionistas, le acusa de robar los paquetes de mensajería de sus puertas.

La deuda de la inquiokupa

Además, el matrimonio de jubilados también ha recibido quejas de la presidenta de la comunidad porque esta mujer tiene el coche aparcado como un "basurero". "No nos podemos acercar a nuestra casa porque el abogado nos ha advertido de que nos puede denunciar por acoso", lamenta la legítima propietaria.

"La Ley nos ha dado la espalda a nosotros y a multitud de gente. Menos mal que pillamos rápido un abogado", explica esta mujer. Hasta el momento, les debe una cantidad cercana a los 13.000 euros y la cifra va subiendo cada mes más de 1.000 euros por los gastos también de la comunidad.

Para afrontar esta lucha, el matrimonio de jubilados cuenta con el apoyo de la Plataforma de Afectados por la Ocupación, una asociación apolítica y sin ánimo de lucro constituida, formada por víctimas de ocupación e inquiokupación, cuyo objetivo fundamental es modificar la legislación actual en pro de una ley antiokupación. "Mientras se alcance el objetivo, apoyamos a todas las víctimas de este delito ante la ausencia de otros recursos que apoyen a los afectados", aseguran desde esta agrupación.

"Estamos de los nervios. Estoy deprimida tengo ansiedad y no duermo. No me puedo quitar de la cabeza esta asunto. Mi marido es más templado", describe María Elena. Este matrimonio de pensionistas sienten la desesperación por esta 'inquiokupa' ya que consideran que les han robado algo por lo que han luchado durante 40 años.

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