La llegada a España de un avión privado procedente de Bruselas con nueve pasajeros a bordo hizo saltar las alarmas este domingo en el Ministerio del Interior ante el temor de que en él viajase en secreto el expresidente de Cataluña Carles Puigdemont acompañado de sus exconsellers. Al final se trató de una falsa alarma y en el aparato viajaba un grupo de personas de varias nacionalidades aficionadas a la caza, según informan a Vozpópuli fuentes policiales.
Todo comenzó con un aviso de la Oficina de Notificación de los servicios de tránsito aéreo del aeródromo de Cuatro Vientos (Madrid). Este departamento comunicó al destacamento de seguridad de la Guardia Civil del mismo aeródromo que un vuelo privado procedente de la capital belga tenía prevista su llegada a Ocaña (Toledo) a las 16.40 horas de este domingo y que transportaba a nueve personas. En la información también figuraba el nombre de la matrícula, según las mismas fuentes.
El aeródromo de Ocaña está situado a sólo 65 kilómetros al sur de Madrid y ante la previsión de que se tratase de Puigdemont y sus consellers, huidos desde hace meses de la Justicia española, las fuerzas de seguridad desplegaron un dispositivo en el recinto. El cabeza de lista de Junts Per Catalunya pretende ser investido presidente de la Generalitat en el Pleno previsto para este martes en el Parlament y el Tribunal Constitucional decretó este sábado que eso sólo puede producirse de manera presencial.
Evitar que "pueda cruzar la frontera"
Anulaba así la pretensión del fugado de ser investido por vía telemática sin necesidad de desplazarse a España, donde sería detenido y puesto a disposición de la Justicia. El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, aseguró la semana pasada en una entrevista para Antena 3 que las fuerzas de seguridad y la Fiscalía aportan información sobre los movimientos de Puigdemont para evitar que “pueda cruzar la frontera en helicóptero, en un barco o en el maletero de un coche”.
Con tal fin las fuerzas de seguridad aguardaron en el aeródromo de Ocaña la llegada del misterioso avión que finalmente salió de Bruselas a las 14.35 horas y aterrizó en España a las 17.35 horas, casi una hora más tarde de la comunicación inicial. Cuando se abrieron las puertas del avión, lejos de aparecer Puigdemont o sus consellers, bajaron la escalinata un grupo formado por siete personas: una mujer española y otra belga y tres varones belgas además de los dos pilotos, uno de nacionalidad rusa y otro francés. El motivo de su viaje era pasar unos días cazando en España.
Unas horas después de la falsa alarma, los diputados de Junts per Catalunya (JxCat) huidos en Bruselas, Lluís Puig y Clara Ponsatí, y la de ERC, Meritxell Serret, anunciaban la renuncia a sus actas de diputados del Parlament. En cuanto al futuro inmediato de Puigdemont, el diputado de JxCat Josep Rull confirmó en una entrevista para Catalunya Ràdio que el líder independentista pedirá autorización al juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, que le investiga por sedición, rebelión y malversación para acudir a su investidura, como estableció el Tribunal Constitucional.
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