De nuevo el "fuego amigo" levantando tensiones casi olvidadas en el seno del Gobierno y del Partido Popular. Y de nuevo los mismos protagonistas enfrentados, viejos y queridos enemigos de partido: el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, por un lado, y la presidenta del PP madrileño, ahora travestida de 'cazatalentos', Esperanza Aguirre, por otro. Las maniobras en la sombra de la expresidenta de la Comunidad de Madrid, hablando con la liberalidad que le caracteriza y pidiendo alto y claro la creación de una comisión interna en el partido para investigar posibles responsabilidades de líderes populares con el 'caso Bárcenas', han levantado más que ampollas tanto en Moncloa como en la calle Génova. Es una ruptura que se anuncia casi total y que, a tenor del protagonismo de la lideresa y de su relación con Aznar, promete tener consecuencias políticas de alcance dentro del partido de la derecha española.
En el entorno del Gobierno y del propio partido acusan a Aguirre no sólo de alentar, en conversaciones privadas e intervenciones públicas, esa investigación y depuración de eventuales responsabilidades, sino de algo mucho más grave: sugieren, en concreto, que ha sido ella la que esta semana, en visita efectuada a la sede del diario El Mundo, filtró a Pedro J. Ramírez la especie de que, desde Génova, altos cargos del partido habían cobrado sobresueldos en negro durante una larga etapa. Una auténtica bomba que le ha explotado al PP en plena línea de flotación, a pesar de los desmentidos ayer del propio Rajoy.
Como es normal en toda guerra, también el otro bando ha empezado a contraatacar con toda la potencia de su artillería. En concreto, se acusa a Aguirre de intentar, a rebufo del 'caso Bárcenas', una maniobra desesperada destinada a desviar el foco de atención de los medios de comunicación del famoso piso marbellí propiedad del actual presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González: "¿Tiene sentido tratar de abrir el partido en canal para que no se hable del dichoso ático de Nacho González? A nosotros nos parece que no".
Así las cosas, el 'caso Bárcenas' marcó este sábado la XX Intermunicipal del Partido Popular, cuyo tema central, en un principio, era la reforma de la administración local. Cuatro días después de que se descubrieran las cuentas suizas del extesorero y exsenador, imputado en el 'caso Gürtel', la cita celebrada en Almería parecía el momento idóneo para escuchar las ansiadas declaraciones sobre el asunto del presidente del Gobierno, quien hasta el momento ni había aparecido en público ni se había pronunciado sobre los sobresueldos destapados por El Mundo.
Del “sí, hombre” al “no me temblará la mano”
Las primeras palabras del presidente sobre este asunto fueron “sí, hombre”, pronunciadas a su llegada al palacio de congresos El Toyo, donde se reunían más de 300 alcaldes y concejales populares. Rajoy entró por el garaje, quizá para esquivar a los manifestantes que se agolpaban a la entrada del recinto, por lo que el encuentro con la prensa se produjo una vez dentro del edificio. Allí, una reportera le preguntó por los sobresueldos, a lo que el presidente respondió desdeñosamente con el consabido “sí, hombre” que tanto juego daría durante el resto del día en medios de comunicación y redes sociales.
En un país altamente preocupado por la corrupción política, como ya demostró el último barómetro del CIS, se esperaba que Rajoy tratara el tema de corrupción que acecha a su partido en el discurso de clausura con cierta amplitud. Y así fue. El jefe del Ejecutivo no dudó en afirmar que no le temblará la mano “si alguna vez” tiene “conocimiento de irregularidades”. Alguna vez, porque, hasta el momento, afirma que no lo ha tenido. Eso fue lo primero que quiso dejar claro en su discurso: que él no tiene constancia de que se hayan producido irregularidades en el PP, declaraciones que siguen la línea de su ‘número dos’, Soraya Sáenz de Santamaría, que sólo un día antes declaró que no sabía si Bárcenas seguía teniendo despacho, coche y secretaria a cargo de Génova.
En su discurso, Rajoy echó un capote a los últimos secretarios generales del partido, María Dolores de Cospedal, Ángel Acebes y Javier Arenas, quienes, aseguró, han dicho “claramente” que la actuación de esta formación política “se ha ajustado a la legalidad”. “No es aceptable que se diga que en política todo es sucio. No es aceptable porque no es cierto y porque además es injusto”.
“De la misma manera, quiero decir que debemos ser más ejemplares si cabe en nuestras conductas porque la gente, y con razón, así nos lo exige”, continuó. “Sólo podemos pedir esfuerzos y sacrificios si nuestros compatriotas ven que nuestros comportamientos están fuera de toda sospecha. Debemos ser honrados, debemos trabajar, pero debemos hacer un esfuerzo para ser ejemplares”, insistió el presidente, que a continuación pidió a sus militantes que estén “tranquilos” ante la “polémica” que han levantado las últimas noticias sobre el extesorero. Rajoy se refirió a Bárcenas como “personas que estaban asumiendo responsabilidades” y que “ahora ya no están en el partido”. “El partido actuó y se adoptaron las responsabilidades políticas”, destacó, para agregar que “eso tiene que ser motivo de tranquilidad para todos”.
La dirección nacional del PP da la polémica por zanjada
La dirección nacional del Partido Popular ha decidido dar carpetazo a los sobresueldos y las cuentas del partido, al considerar que ya se han dado todas las explicaciones sobre esta polémica y que no se extienda al Comité Ejecutivo Nacional convocado para este lunes. La realidad, sin embargo, parece bien distinta a juzgar por la guerra interna que amenaza provocar ese 'verso suelto' en que se ha convertido Esperanza Aguirre.
En este sentido ha intervenido María Dolores de Cospedal, actual secretaria general del partido y presidenta de Castilla La Mancha, en su discurso durante el XV congreso del PP gallego, aduciendo que las cuentas están más que claras y aludiendo a los asuntos que rodean a Bárcenas como “cosas que no son del partido”, no obstante lo cual anunció la intención de “volver a revisar la gestión” de la época de Bárcenas.
Cospedal señaló que, aunque su partido ya hizo esta revisión, la volverá a hacer "para que no quede ninguna duda de lo que no tiene que caber ninguna duda: que nosotros tenemos las cuentas como las tenemos que tener, regularmente y legalmente".
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