En el equipo de Pedro Sánchez no se encuentran ya calificativos para expresar el malestar acumulado hacia Susana Díaz. La presidenta andaluza estuvo a punto de conseguir las pasadas Navidades la caída del secretario general mediante una operación que arrastró con ella a media docena de barones regionales y pasaba por un adelanto del congreso federal del PSOE al mes de febrero. El objetivo final consistía en facilitar un Gobierno de coalición con el PP que garantizara la estabilidad política y enterrara el proceso soberanista en Cataluña. Aquella asonada fracasó, en parte debido a la habilidad de Sánchez y como consecuencia también de la cobardía de algunos dirigentes regionales. Pero desde entonces la presidenta andaluza no ha dejado de moverse en la sombra. Su último mapa de maniobras, según fuentes cercanas, descansa en tres hipótesis: el fracaso de la investidura de Sánchez el 5 de marzo, el abandono de Mariano Rajoy al día siguiente y la formación de un Gobierno entre los dos grandes partidos en el que participaría también Ciudadanos. Es decir, la solución que desde hace meses se viene defendiendo desde importantes empresas que cotizan en el Ibex y que la resistencia del actual líder socialista ha impedido hasta ahora.
Susana Díaz ha aconsejado a Ciudadanos que retrase el pacto con el PSOE hasta después del 5-M
La mayoría de los presidentes autonómicos socialistas están convencidos de que Pedro Sánchez fracasará en su intento de llegar a La Moncloa, pues depende para ello de la abstención del PP o de Podemos. La foto previsible de esta derrota, dos meses y medio después de celebradas las elecciones, provocará una sacudida dentro del Partido Socialista, por mucho que este tiempo le haya servido al todavía secretario general para exhibir sus habilidades como relaciones públicas. “Desde el 5 de marzo hasta que se convoquen nuevas elecciones deben transcurrir dos meses, tiempo en el que será muy difícil, por no decir imposible, que el partido se resista a las presiones que buscan la formación de un Gobierno estable con el PP que dé continuidad a las reformas que necesita la economía española”, refieren fuentes socialistas.
Un pacto con el PP habiendo salido Rajoy de escena sería mucho más digerible para los socialistas, sobre todo si en él también participa Ciudadanos. Hasta su líder, Albert Rivera, ha llegado la advertencia procedente del socialismo andaluz de que haría un mal negocio cerrando ahora un pacto con el equipo de Pedro Sánchez, sabiendo que su investidura es improbable y que a la formación naranja no le beneficiará en nada ir a una nueva campaña electoral habiendo perdido la virginidad ante un electorado que procede, en su gran mayoría, de antiguos votantes desencantados con el PP y el PSOE.
En breve, se conocerá el recorrido que han tenido, finalmente, las negociaciones entre los socialistas y Ciudadanos, importantes para que Sánchez tenga algo que trasladar a la consulta con los militantes antes de someter los pactos, si los hubiera, al comité federal como filtros previos al debate de investidura.A la presidenta andaluza le ha llegado de altas instancias del Ejecutivo la información de que si fracasa la investidura de Sánchez, Mariano Rajoy podría tirar al día siguiente la toalla para facilitar que el Rey encargue la investidura a otro candidato del PP, muy bien podría ser Soraya Sáenz de Santamaría, preparado para componer un acuerdo muy pautado de legislatura con el concurso del PSOE y de Ciudadanos. Los socialistas se verían en dificultades para obstaculizar esta operación por dos razones obvias: la debilidad en la que habrían quedado después del pinchazo de Sánchez en la investidura y el control del grupo parlamentario por parte de la federación andaluza y de aquellas otras que, desde un principio, han hecho gala de su rechazo a un acuerdo con Podemos. En esta legislatura, el PSOE juega con 90 diputados y 47 de ellos proceden de organizaciones regionales que ya se han expresado en contra del pacto con Pablo Iglesias, siguiendo el criterio impuesto por Susana Díaz.
Agenda interna para la renovación del PSOE
El calendario para la formación de Gobierno podría llegar a solaparse con la agenda interna marcada dentro del PSOE para renovar a su dirección. El comité federal fijó el 8 de mayo para la celebración de las primarias y el 20, 21 y 22 para el congreso federal. Pedro Sánchez y sus fans dentro del partido defienden que no solo se presentará a la reelección, sino que la tiene asegurada. Sin embargo, Susana Díaz y los barones que la secundan dan por hecho que si no obtiene la investidura, su carrera habrá terminado. “Sánchez aspira a gobernar desde La Moncloa y desde Ferraz, pero si no llega al Gobierno perderá también el sillón del partido”, concluye uno de los presidentes autonómicos que se hace eco en privado del enorme malestar que han generado dentro del PSOE los contactos del secretario general con fuerzas como Compromís, Esquerra Republicana o la antigua Convergencia para intentar atar la investidura.
Si fracasa la investidura de Sánchez, Felipe González pedirá al PSOE que deje gobernar al PP
En el Partido Socialista nadie duda, por último, que en esta ‘operación Susana dos’ acabará interviniendo de forma activa Felipe González. “Ni el PP ni el PSOE deberían impedir que el otro gobierne”, sentenció el expresidente a finales del pasado diciembre. Hasta el 5 de marzo, contra su voluntad, le ha tocado el turno a Pedro Sánchez, pero después se le abrirá al PP, es posible que sin Rajoy, y nadie duda en las filas socialistas de que para entonces la máxima de González seguirá vigente, aunque en sentido inverso: pedirá a su partido que deje gobernar al PP.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación