España

Irene Montero gasta 14.876 euros en reeditar las memorias de la Pasionaria

El Ministerio de Igualdad financia este proyecto con la cantidad justa para que la ley lo considere contrato menor y así no tener que publicar los pliegos justificando este desembolso de dinero público

"Más vale condenar a 100 inocentes, a que se absuelva a un solo culpable". Esta frase la pronunció Dolores Ibárruri, alias la Pasionaria, en un mitin en Valencia en 1938, una mujer poco dada al pacifismo. Llegó a estar encarcelada dos veces con la Segunda República ya instaurada y estando en el Congreso, cuando el Frente Popular accedió al poder, exclamó que había que llevar a prisión a toda la oposición. El Ministerio de Igualdad considera necesario, en el ámbito de sus competencias, destinar casi 15.000 euros para reeditar las memorias de esta controvertida figura.

En concreto, Irene Montero destinará 14.876 euros de las arcas públicos para este fin. La cifra no es baladí, se trata de la cantidad justa que establece la ley para que la operación sea considerada un contrato menor. De esta forma, Igualdad se ahorra tener que hacer públicos los pliegos de contratación y una memoria justificativa sobre el desembolso. Vozpópuli ha tratado en varias ocasiones de contactar con el Ministerio de Montero para que argumente el gasto, pero no ha habido respuesta.

Que un ministerio encargado de velar por la igualdad de las mujeres destine fondos públicos a un personaje histórico con tantas sombras es algo discutible. Entre las bondades de la susodicha está el apoyar la anexión de Polonia por parte de la Alemania nazi y la Unión Soviética. Es más, llegó a acusar a Gran Bretaña y Francia de "imperialistas" por declarar la guerra a Hitler tras esta invasión.

La "Sor Patrocinio de la Komintern"

El escritor Andrés Trapiello ofrece a este periódico su punto de vista sobre este oscuro personaje: "La Pasionaria es una figura enigmática, una especie de Sor Patrocinio de la Komintern. Si Carrillo, incluso dentro del PCE, o mejor dicho, sobre todo dentro del PCE, tuvo grandes detractores, Pasionaria consiguió mantenerse au- dessus de la mêlée, que decía Machado".

"Ni su estalinismo, ni su responsabilidad en el terror de 1936, ni las purgas criminales de sus propios camaradas, lograron nunca menoscabar su prestigio ni su figura casi religiosa, llagas incluidas. Ni siquiera puede decir nadie cuáles eran sus ideas, porque todo cuanto escribió lo escribieron o corrigieron otros, lo mismo la historia del partido o de la guerra que sus escritos autobiográficos", añade Trapiello.

Javier Santamarta, escritor y periodista, comparte un testimonio directo de aquella época: "Mi abuelo Ángel, que era de la UGT (y le cayeron 12 años de prisión por rojo), la tenía bastante manía. Me contaba que era de las milicianas que iba con los de los paseíllos y era la que daba el tiro de gracia".

Hace un año, la ministra de Igualdad participó junto a la hija de Dolores Ibárruri en la presentación del libro '¡No pasarán!' (en esta ocasión sin financiación pública). En aquel entonces, ya fue palpable la admiración personal que Montero siente por esta figura: "Fue periodista, madre, diputada, pero, sobre todo, Dolores Ibárruri, La Pasionaria, fue eternamente militante".

La casa de los líos de Irene Montero

A Irene Montero le gusta saltar de charco en charco. El Ministerio de Igualdad, pese a las reformas a las que está siendo sometido (más de 250.000 euros en pintura y obras), empieza a parecerse a la casa de los líos. La ministra empezó las vacaciones de verano con una sonada polémica, la del cartel inclusivo que costó 5.000 euros y para el que la ilustradora robó imágenes de modelos. A una llegó a eliminarle su pierna ortopédica para cambiarla por otra con el vello largo.

Después del verano, Montero empezó con perfil bajo, sacando adelante la campaña del hombre blandengue y llevando a cabo iniciativas de poco ruido mediático. Sin embargo, a los pocos días, en su primera comparecencia en la Comisión de Igualdad del nuevo curso político, unas desafortunadas declaraciones han despertado furibundas críticas contra ella tanto en redes sociales como en la palestra parlamentaria. Irene Montero declaró, literalmente, que los niños tenían derecho a tener relaciones sexuales con quien quisieran, lo que muchos han entendido como una incitación a la pederastia. Parece claro que su intención no fue expresar eso, pero su mala retórica y el no retractarse después han provocado una nueva polémica en la casa de los líos.

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