Podemos sufre una perturbación sin precedentes desde su nacimiento hace casi una década. El partido está arrinconado, carece de influencia y de asientos en el Consejo de Ministros y lleva varios días amagando con concurrir en solitario en las próximas elecciones europeas, que se celebrarán el 9 de junio. Es más, las fuentes consultadas señalan que el exlíder Pablo Iglesias planea regresar a la política como candidato en esos comicios junto a Irene Montero e Ione Belarra. Los morados van a dar guerra.
El objetivo de ese movimiento es claro: por un lado demostrar a Sumar su fuerza electoral y, por otro, mantener un puesto institucional que permita a Montero, una de sus máximas dirigentes, tener foco para su partido y vía libre para continuar su carrera política, truncada por el rechazo de Yolanda Díaz y Pedro Sánchez. Y es que Iglesias sigue siendo el alma del partido, al que mueve a su antojo. Podemos empezó a difundir la teoría de que igual que Sánchez les ha echado del Gobierno, Sumar puede echarles del grupo parlamentario. Lo dijo este miércoles la secretaria general, Ione Belarra. Los morados están construyendo el relato de una ruptura.
Más allá del plan de concurrir por su cuenta en los comicios europeos, los morados también tienen en la cabeza actuar con autonomía dentro de Sumar, alineados con ERC y Bildu. Podemos lleva años cuidando esa alianza, en parte para competir con Yolanda Díaz. Las ya exministras Ione Belarra e Irene Montero se refirieron la pasada legislatura a la "izquierda plurinacional" cada vez que tuvieron ocasión.
La alianza con la izquierda independentista
Es más, durante la polémica del 'sí es sí' se vio a la perfección esa alianza. Y de la misma manera hay que entender la alusión de Montero al "bloque democrático" que, según ella, rompió Sánchez con su expulsión de Moncloa. Con la ley de Igualdad, tanto Montero como Belarra acusaron al PSOE de romper la "mayoría feminista" de la Cámara. Otra alusión a ese bloque de colaboración entre Podemos e independentistas.
En efecto, ya usaron esa retórica en el pasado, pero en las últimas semanas se ha convertido en la tónica habitual de las caras más visibles de Podemos. El frente parlamentario de morados y separatistas vascos y catalanes va a intensificar su alianza frente a la nueva marca de Díaz. Aunque en Podemos ya hay quien pide a Belarra que levante el pie del acelerador. O, al menos, que se baje del coche que Iglesias y Montero pilotan a toda velocidad. Algunas voces relevantes, como la de Juan Carlos Monedero, claman porque la secretaria general ejerza como tal y tome los mandos para no perderse en una "lucha cainita".
La salida de los morados del Consejo de Ministros está reventando las costuras de la organización. Es más, en conversación con este diario, el cofundador morado asegura que Belarra debe ser quien desarrolle el mensaje de nueva etapa, porque le corresponde a ella por ser la líder. En cierta manera, el profesor, que conoce a todos y cada uno de los grandes rostros del partido, está pidiendo a quienes todavía hoy sustentan Podemos que vean más allá de las directrices de Pablo Iglesias e Irene Montero. La exministra de Igualdad se despidió este martes del ministerio con un par de bombas cargadas de ira y dolida porque Pedro Sánchez, en connivencia con Yolanda Díaz, la ha "echado" de Moncloa. Y ese es el Podemos que no quieren ver, el rabioso, porque no coincide con la etapa histórica del país.
Cero preocupaciones en Moncloa
Los morados reúnen este sábado al Consejo Ciudadano Estatal, su máximo órgano de decisión entre congresos, para dejar claro a Yolanda Díaz y a Sumar que ellos no van a ser serviles. El ímpetu del dúo Iglesias-Montero es desvincularse de Sumar y actuar con autonomía con el fin de negociar por su cuenta con Pedro Sánchez. Aunque no deja de ser un brindis al sol.
En Sumar están convencidos de que los morados no aguantarían la presión de torpedear los acuerdos que pacte la mayoría de investidura con abstenciones o votos en contra y aparecer en el panel de la Cámara alineándose con Vox y el PP. Es más, al núcleo duro de Moncloa no le preocupa la altanería morada: "Los cinco diputados han suscrito un programa de gobierno. Y este gobierno hace políticas progresistas", explica un estrecho colaborador del presidente. A todo esto hay que añadir, además, un segundo elemento: el económico, porque no parece nada claro que Podemos vaya a romper la coalición que debe reportarle los pocos recursos económicos que pueden obtener aún por representación política.
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