Las comparecencias del Comité Técnico del Coronavirus se está convirtiendo en un quebradero de cabeza para los máximos responsables de la Policía Nacional, de la Guardia Civil y de las Fuerzas Armadas. Una hora de comparecencia diaria en la que, en ocasiones, lidian con la delgada línea entre los asuntos técnicos y políticos. Las polémicas declaraciones del general José Manuel Santiago, del Instituto Armado, son un ejemplo de ello: "Es lo que tiene poner a uniformados a explicar las decisiones del Gobierno", señalan voces internas.
El episodio de este domingo es la gota que colma el vaso. Recordemos que el general, a preguntas de la prensa, señaló que el cuerpo trabajaba "para minimizar" las críticas al Gobierno. Palabras que tuvieron una inmensa repercusión mediática y que obligaron al Ministerio del Interior y a la Guardia Civil a salir al paso: "Es un lapsus", indicó Fernando Grande-Marlaska. "Se monitorizan los bulos que pretenden generar alarma social, nunca la libertad de expresión", apuntó el Instituto Armado en un comunicado.
Pero la crisis colea incluso en el ámbito político, con la oposición pidiendo una explicación y la comparecencia del titular de Interior. Acusan al Ejecutivo de Pedro Sánchez de utilizar a la Guardia Civil para cumplir con una misión política. PP, Ciudadanos y Vox coincidieron -con matices- en el análisis y calificaron la declaración de "gravísima" y "dramática".
"Enorme desgaste"
Se acumulan los deslices en las intervenciones. "Están sometidos a un enorme desgaste", señala un alto representante de la Guardia Civil en conversación con Vozpópuli. Según su interpretación, se trata de personal con un profundo nivel técnico pero apenas acostumbrados a hacer comparecencias públicas. Desde que se nombró el Comité Técnico aparecen ante los medios al menos durante una hora cada día.
Los rostros ya son conocidos. Fernando Simón y María José Rallo por parte de Sanidad y Transportes. El general del Aire y Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Miguel Ángel Villarroya, comparece en representación de las Fuerzas Armadas. La comisaria principal Pilar Allúe y el general José Manuel Santiago, en nombre de la Policía Nacional y de la Guardia Civil. Estos últimos sustituyeron a los respectivos Directores Adjuntos Operativos (DAO), contagiados de coronavirus.
La decisión de estas ruedas de prensa corresponde al Gobierno. "Alegan un ejercicio de transparencia, que planteado en los términos correctos está bien, pero es peor el remedio que la enfermedad", señalan fuentes militares. Lamentan que el JEMAD, el militar de mayor escalafón tras el rey, invierta una hora diaria en las ruedas de prensa. "Los datos son estables desde hace días y apenas cuenta novedades sustanciales; cada día tiene que contar el trabajo de una unidad o regimiento para que las comparecencias no sean tan monótonas", añaden.
"Se debe informar si hay novedad"
Otro alto cargo de la Guardia Civil lamenta que las intervenciones puedan "manchar" la reputación de las instituciones policiales y militares: "Tendrían que ser los representantes políticos los que explicasen las estrategias que está siguiendo el Gobierno en esta crisis sanitaria". El malestar se viene fraguando en las últimas semanas, pero la intervención de este domingo que ha desatado la polémica es la gota que colma el vaso.
"Algunos políticos no quieren desgastarse y se lo ahorran enviando a los máximos representantes técnicos a las ruedas de prensa", detallan las mismas fuentes. De ahí la irritación que se respira en la cúpula policial y militar. La conclusión interna que alcanzan en los diferentes cuerpos converge hacia el mismo punto: "Se debe informar si hay novedad, pero no desgastar de forma innecesaria a generales y comisarios para explicar las estrategias de un Gobierno".
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