Isaac Chocron es español y tiene 25 años. El sábado se despertó a las seis de la mañana en alerta por el ruido de las sirenas que avisaban de un ataque con misiles sobre la ciudad, Jaffa, junto a Tel Aviv: no habían recibido ningún tipo de alerta previa de una posible amenaza y no entendía a qué se debía aquel llamamiento para protegerse en los refugios. En ningún caso se podía imaginar los acontecimientos que se estaban desencadenando en ese mismo instante, con la irrupción de los terroristas de Hamás en el sur del país, matando a sangre y fuego a un millar de israelíes -la mayoría de ellos, civiles-.
Encerrado en el búnker, recibía las imágenes de los crímenes que se estaban cometiendo. Los escenarios le resultaban más que conocidos: varios de sus amigos estaban en el festival de música electrónica donde se perpetró una masacre, los kibutz que atacaba Hamás estaban muy próximos al lugar de residencia de sus tíos, los edificios que bombardeaban estaban en su misma ciudad. Y sentía cada explosión, refugiado junto a niños y ancianos, lloros y angustias, por la sacudida de los cimientos.
Ahora atiende a Vozpópuli desde Haifa. Descarta regresar a España -“Me dejaría mala conciencia”-, y considera que la cadena de ataques terroristas suponen un punto de inflexión: “Por primera vez el mundo ha visto lo que es Hamas”.
Respuesta: Yo soy de Madrid. Tengo 25 años y vine con 15 por un programa de educación. Nada más terminarlo, con 18 años, empecé a estudiar teatro. Ahora mismo soy actor y trabajo aquí. Tengo familia israelí. En mi casa no se hablaba hebreo. Sabía leer un poco, porque en Madrid estudié en un colegio judío, y mi familia es tradicional e íbamos a la sinagoga. Pero el hebreo aprendí a hablarlo aquí.
R: Sí. Mi hermana está en Tel Aviv. Y también varios primos de mi padre, que están en el sur, muy cerca de donde pasaron todas las atrocidades. El sábado era fiesta [sabbat] y mi familia no cogía el teléfono. Después supimos que no habían entrado en su kibutz, a pesar de que estaban a 3 o 4 kilómetros de donde hicieron todas las barbaridades. En ese momento nos quedamos más tranquilos.
R: En el norte, en casa de unos amigos, cerca de Haifa. Pero es provisional. Yo vivo en Jaffa [inmediatamente al sur de Tel Aviv], es una ciudad mixta de hebreos y musulmanes. Después de lo que pasó el sábado… temía que hubiera disputas en Jaffa, problemas con la situación. Los que se han quedado están más o menos bien, aunque no paran de sonar las alarmas por los cohetes.
R: Todas las atrocidades ocurrieron el sábado. Ese día nos quedamos en shock. No podíamos hacer nada… Salí de Jaffa el domingo.
Búnkeres en Israel
Pregunta: Hábleme de ese sábado.Respuesta: Fue una pesadilla. Nadie se lo esperaba, creo. Empezó a las seis de la mañana cuando tiraron cohetes por el sur y el centro de Israel. Me despertó la sirena y nos metimos en el búnker. Nos sorprendió mucho, porque no se había oído nada sobre la guerra. Nos puso tensos a todos.
R: Está en el propio edificio residencial en el que vivimos, en la entrada. Básicamente... no puedes hacer nada. No estábamos preparados al cien por cien, estaba todo desordenado y no teníamos agua. Es que no cabía imaginar un ataque así. En un momento de descanso que dejaron de sonar las sirenas pudimos bajar botellas, sillas… No se puede desconectar ni un momento, estás oyendo explosiones cada segundo. Y en los teléfonos vas viendo que han caído en un edificio a un kilómetro, en otro punto de la ciudad… Sólo se escucha ruido, gente llorando, estresada.
R: Los vídeos de los terroristas… se armó un caos tremendo. Teníamos amigos en la fiesta [el festival de música electrónica por la paz en el que fueron asesinadas más de 260 personas], también vimos que habían entrado en Israel, que estaban llegando a los kibutz...
R: No hay nadie que no conozca a alguien que haya sufrido los ataques terroristas. Cada vez son más los nombres. Del instituto en el que estudié ya han llegado cinco mensajes de fallecidos, tres en esa fiesta y dos soldados.
Pregunta: ¿Y su familia? ¿Cómo lo vive desde Madrid?Respuesta: Están preocupados. Hablo con ellos a menudo. La distancia es muy dura. Quieren que vaya con ellos, pero yo no me planteo irme ahora mismo. Me quedaría con mala conciencia. Intentamos ayudar de la forma que se pueda. Ayer hicimos una cola de cinco horas para donar sangre. Hay un montón de lugares donde se recogen comidas y víveres. Mi propia casa está abierta para familias del sur.
P: Otros ciudadanos españoles sí que están saliendo del país.R: De momento la Embajada sólo está asistiendo a los turistas que se han visto atrapados. Los españoles que residimos aquí estamos en un grupo: muchos se quieren ir, dicen que están desesperados y que la Embajada no puede atender tantas llamadas. A los residentes no nos dejan salir, sólo a los turistas.
P: ¿Qué ocurrirá los próximos días?R: Creo que este evento va a ser uno de los que más marquen la historia de este país y ahora mismo es una sensación que ya se percibe. Es un pueblo en trauma por los horrores y guerras en su corta existencia. Esto no ha sido una guerra, ha sido una masacre, ha sido el más traumático. Quizá porque todo el mundo más conectado a las noticias, a las redes sociales: llegan más fotos, más conocidos, más caras, más historias… cuesta asimilarlo. Por primera vez el mundo ha visto lo que es Hamas, es un grupo totalmente paralelo al ISIS, extremista, y la única forma de alcanzar la paz unión es la destrucción de este grupo terrorista.
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