La plana mayor del PSOE asturiano teme tener que asumir el Gobierno regional en solitario, debido a la resistencia de Izquierda Unida a participar en un gabinete de coalición condicionado por los caprichos de UPyD, el partido de Rosa Díez, y por una situación financiera que fuentes del Principado califican de “excepcionalmente grave”.
El voto de los emigrantes asturianos ha valido para que el PSOE sume un diputado más y esté en situación de gobernar con el respaldo de Izquierda Unida y el previsible visto bueno de UPyD. PSOE más IU suman 22 escaños, los mismos que el PP y Foro Asturias. La llave la tiene, pues, el partido de Rosa Díez, que aun no ha anunciado públicamente por qué escenario de gobierno se decantará, aunque lo más probable es que lo haga por la lista más votada, en este caso la de los socialistas. No obstante, se abre un paréntesis hasta que las formaciones políticas agoten sus conversaciones antes del fin de semana. Además, Francisco Álvarez Cascos ha anunciado que peleará por vía judicial la recuperación del escaño que le ha quitado la emigración y no ha descartado un pacto in extremis con el PP.
Si finalmente los socialistas consiguen que UPyD les entregue la llave para formar gobierno, se encontrarán con dos dificultades inmediatas: la resistencia de IU a colaborar desde dentro del Gabinete por temor a desgastarse con los recortes que debe afrontar el Principado y la negativa de colaboradores muy cercanos a Javier Fernández, el candidato del PSOE, a convertirse en consejeros para gestionar una coyuntura “excepcionalmente grave”.
Los Presupuestos regionales que Álvarez Cascos no logró sacar adelante y que motivaron el adelanto electoral sumaban, en números redondos, 4.200 millones de euros. La deuda de la administración asturiana se ha disparado desde 2010 en un 50%, el mismo porcentaje en el que han crecido los intereses que debe pagar este año. “Si a eso le añadimos que desaparecen los fondos europeos y se van a reducir al mínimo los fondos para la minería y los que recibíamos del fondo de suficiencia, concluimos que la situación es dramática”, confirman fuentes del Principado.
El Presupuesto que llevó Cascos al Parlamento autonómico introdujo un recorte del 6% en relación al ejercicio anterior. El proyecto que tendrá que elaborar el nuevo Gobierno que salga de las urnas será mucho más drástico, teniendo en cuenta las exigencias de Hacienda, aseguran las mismas fuentes. Es un plato de mal gusto en el que no quiere introducir su cuchara Izquierda Unida, pues rompería el discurso que la coalición está ensayando en el Congreso de los Diputados, radicalmente opuesto a los recortes promovidos desde el Gobierno central que se plasmarán este viernes en las cuentas estatales de 2012.
El recorte que defendió Cascos no pasaba de ser el chocolate del loro: supresión de teléfonos móviles, coches oficiales, material de oficina, gastos de representación…Pero el tijeretazo que tendrán que encarar los nuevos presupuestos asturianos afectará a gastos sociales sensibles, igual que en el resto de las comunidades, y a eso no quiere prestarse la izquierda de Cayo Lara.
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