España

Fernández Díaz, como Pere Navarro, insultado en Barcelona: "Eres un hijo de puta y fascista"

El ministro del Interior sufrió el pasado 6 de abril un incidente similar al vivido este domingo por el líder del PSC, Pere Navarro. "Identificado" con él, ha decidido "solidarizarse" y hacer público que a la salida de un restaurante en pleno centro de Barcelona, una mujer de mediana edad se le acercó, le agarró fuertemente del brazo y le insultó.

Nueva agresión a un político. Si el domingo fue el líder del PSC, Pere Navarro, quien recibió un puñetazo en la cara al grito de "hijo de puta" mientras participaba en un acto privado en Terrassa, este martes se ha conocido que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, también fue víctima de un acto similar.

Según informa el periódico 'El Mundo', Fernández Díaz fue agredido el pasado 6 de abril a la salida de un céntrico restaurante barcelonés al que acudió con su familia para celebrar su cumpleaños. Una vez se marcharon del local, una mujer "de mediana edad y de clase media", una descripción similar a la efectuada por Navarro, se le acercó y agarrándole del brazo le llamó "hijo de puta, fascista y cabrón". 

"Tanto el ministro, que conducía el carrito de su nieta, como su familia y los escoltas se quedaron helados. Aunque la mujer -que había dejado a su marido atrás para acercarse al ministro- siguió insultándolo mientras se alejaba, los escoltas no llegaron a intervenir", aseguran fuentes próximas al dirigente del PP catalán citadas por el rotativo.

Pese a que el incidente se produjo hace casi tres semanas, Fernández Díaz lo había guardado en secreto hasta ahora. Sin embargo, al "sentirse identificado" con Navarro ha decidido hacerlo público "para evidenciar la gravedad de la fractura social" que se está viviendo en Cataluña

Fernández Díaz habría llamado este lunes a Pere Navarro para "solidarizarse" con él y ambos coincidieron en el impacto que les causó "la cara de odio" con la que la mujer les insultó. Los dos dirigentes sostienen que sendos episodios no dejan de ser un síntoma de que "el clima de tensión va en aumento". 

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