El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha anunciado este martes que durante la 'operación verano' de tráfico han fallecido 235 personas, 25 menos que las registradas durante el mismo período de julio y agosto del año anterior, cuando fallecieron 260 personas. Lo que supone un descenso de la mortalidad de un 10%.
Hay que tener en cuenta que el año pasado se cerró con las mejores cifras de muertes en carreteras desde el año año 1960, cuando hubo 1.300 fallecidos en las carreteras españolas. En ese sentido, el año pasado, en 2012, hubo 1.304 fallecidos.
Unas cifras que han dado a conocer, en rueda de prensa, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y la directora general de Tráfico, María Seguí, quienes se han congratulado de estos resultados "esperanzadores" aunque han recordado que no se pueden lanzar las "campanas al vuelo".
En cuanto al número de accidentes mortales, Tráfico ha contabilizado a 24 horas un total de 236 en los dos meses de verano, lo que supone 36 menos (un 15%) que en julio y agosto del año pasado. Fernández Díaz ha explicado que durante los dos meses se han producido 76 millones de desplazamientos de vehículos, un 3,5 por ciento menos que los 78,8 millones registrados en las vacaciones de verano de 2012.
Agosto ha sido el mes con mayor número de fallecidos en las vías españolas, aunque son 19 menos que en el mismo mes del pasado año. Mientras, en julio perdieron la vida en la carretera 113 personas, seis menos. Las carreteras secundarias, que es donde se producen mayor número de muertes en accidente de circulación, han experimentado una sensible reducción en la siniestralidad y, así, se ha pasado de los 209 fallecidos en estas vías el verano pasado a las 175 de este (34 menos).
Por tipo de vehículos, mientras que se ha producido un descenso notable en el número de fallecidos en los accidentes de coche, ha aumento en el de motos (46 motoristas muertos frente a los 39 del año pasado). Diecisiete fallecidos no llevaban puesto el cinturón de seguridad, entre ellos un niño de 12 años. Esa cifra representa el 16% de total de víctimas mortales, frente al 26% que significó el verano pasado.
Según el ministro, este balance del verano ofrece buenas noticias, aunque no ha querido lanzar las campanas al vuelo desde su convicción de que una sola víctima es ya una importante razón para seguir trabajando por la seguridad vial en España.
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