Reorganización en Presidencia de Gobierno aprovechando la canícula agosteña. Según Moncloa, se trata de buscar más eficiencia, pero el nuevo organigrama no supone ni ahorro ni mayor coste. Además, no se encuentra inmerso en la CORA, la reforma de las administraciones públicas nacida del ‘informe Renovales’.
El problema es que gran parte de los afectados lo observan como un movimiento del director de gabinete, Jorge Moragas, para ganar poder frente a otros sectores a los que acusan de “tener la sartén por el mango y el mango también”. La tensión se ha producido porque muchos de los directos colaboradores de Mariano Rajoy han sido degradados. Su degradación no sólo consiste en menor sueldo, sino menor rango, menor importancia y menor margen de maniobra política.
La reforma era conocida por los afectados desde hace un trimestre, pero es este viernes cuando se ha publicado en el BOE el Real Decreto (RD) de 26 de julio que ejecuta dicha reordenación. Directamente de Moragas colgará un director del Departamento de Análisis y Estudios. Curiosamente, éste tendrá rango de subdirector general aunque algunos de sus subordinados tengan rango de director general, como el director del departamento de Asuntos Internacionales o el director de Asuntos Nacionales. En cambio, el subdirector de Asuntos Europeos y G20, dependiente también del director de Análisis y Estudios, es degradado a subdirector general.
Del director de Asuntos Nacional cuelga Educación y Ciencia, Políticas Sociales y Comunicación con los Ciudadanos. Todos con rango de subdirector general. En el caso de Comunicación no hay degradación respecto al organigrama anterior, pero en el resto sí. El nuevo organigrama elimina el antiguo departamento de Asuntos Jurídicos e Institucionales, el departamento de Política Internacional y Seguridad, la subdirección general de Comunicación con el Ciudadano, la dirección de Asuntos Europeos y G20 y la dirección de Educación y Cultura.
Director de Seguridad Nacional
Además, el adjunto al jefe de gabinete, Alfonso Senillosa, asume las competencias de director de Seguridad Nacional, el llamado “centro de conducción de situaciones de crisis”. Controlará la antigua Secretaría Técnica y el Consejo de Seguridad Nacional. No sólo operará en situaciones de crisis, sino que establecerá modelos que permitan alertas tempranas para poder anticiparse a las crisis. “Evaluará los riesgos y amenazas y de sus potenciadores; y elaborará propuestas normativas”, reza el RD. Sus informaciones estarán clasificadas y contará con un director operativo con rango de subdirector general.
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