"Tantas veces decir que viene el lobo, que cuando viene, nadie lo cree", dice un abogado cercano a la familia Ruiz-Mateos refiriéndose a las diversas ocasiones en las que el fundador de Rumasa ha aludido a problemas de salud para evitar los juzgados. "Eso de que un máximo de edad paraliza la entrada en prisión de alguien ya ha pasado a la historia y el Gobierno no va a permitir ningún trato de favor", comenta, "tendrá que demostrar que se encuentra en fase terminal para salir de prisión, como el caso Bolinaga". No obstante, en opinión de esta persona ligada a los Ruiz-Mateos, el que fuera considerado el español más rico de los años sesenta del pasado siglo "va a estar mejor atendido en la cárcel que en su casa. En prisión por lo menos podrá contar sus batallitas a las enfermeras y que alguien le haga caso".
José María Ruiz-Mateos ingresó en la cárcel de Soto del Real el miércoles, como adelantó en exclusiva Vozpópuli, en silla de ruedas, acusado por un delito continuado de estafa y otro de insolvencia punible en juicio que se sigue en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Madrid. El jueves fue trasladado al hospital Gregorio Marañón. Su abogado, Marcos García-Montes, con el que contactó el viernes este medio, se queja de que el miércoles no fue avisado de la detención de su cliente y sostiene que el caso por el que se juzga a Ruiz-Mateos ya quedó archivado y demostrado que este ni siquiera "puede salir de casa por problemas cognitivos". García-Montes va a reclamar la suspensión de la medida de ingreso en prisión.
El empresario jerezano tiene 84 años y es cierto que su imagen actual dista mucho de aquella de los años ochenta, noventa, en los que aparecía estrambóticamente desafiante ante el brazo de la ley. Ruiz-Mateos padece un fuerte párkinson, anda a duras penas, pesa posiblemente menos de 50 kilos, recientemente se le instaló un marcapasos y se medica con Sintrom (un fármaco anticoagulante que toman personas con riesgo de sufrir una trombosis o una embolia). "No está en fase terminal" indican fuentes penitenciarias, "pero la verdad es que en la cárcel va a estar todo el día en enfermería, no parece lógico que se quede; el día que estuvo aquí, lo pasó entero en la cama cubierto con las sábanas".
Sus dos hijos menores, Álvaro y Javier, están en la cárcel por delitos contra Hacienda y alzamiento de bienes
El patriarca de la familia no es el único Ruiz-Mateos en prisión. En enero sus dos hijos menores, Álvaro y Javier, ingresaron en la cárcel de Navalcarnero, condenados por delitos contra Hacienda y alzamiento de bienes, donde deberán pasar más de dos años. Otros dos de sus hijos, Pablo y Alfonso, previsiblemente entrarán en prisión este año, posiblemente en las cárceles de Estremera y Málaga, para cumplir sendas condenas de seis meses por fraude a Hacienda.
Los casos que se juzgan en distintos tribunales españoles a miembros de la familia es tan extensa como el listado de empresas por las que han pasado los Ruiz-Mateos. El de mayor calado es el relacionado con la emisión de pagarés de distintas compañías del conglomerado Nueva Rumasa, grupo que ocasionó la quiebra de empresas como Clesa, Duhl, Elgorriaga, Trapa, Quesería Menorquina, Garvey, Hotasa, Hibramer, Carcesa y también el equipo de fútbol Rayo Vallecano. En el transcurso de esa investigación, en enero de 2012, la Policía Nacional entró en la exclusiva urbanización madrileña de Somosaguas donde registró, durante un día, la mansión de la familia Ruiz Mateos. Desde entonces José María Ruiz-Mateos vive con su esposa Maria Teresa Rivero en un adosado en Aravaca. En febrero, el Juzgado de lo Mercantil número 11 de Madrid condenó a Ruiz-Mateos y a su hijo Francisco Javier a abonar más de 92 millones de euros a los acreedores de la sociedad que llevaba su nombre, principal emisor de los pagarés de Nueva Rumasa.
Sus hijos, Pablo y Alfonso, previsiblemente entrarán en prisión este año para cumplir sendas condenas de seis meses por fraude a Hacienda
La juez Mercedes Alaya impuso en julio de 2014 fianza de 8,7 millones de euros a los seis hijos varones de José María Ruiz-Mateos por los cinco expedientes que su grupo empresarial tramitó a la Junta de Andalucía a través de Juan Lanzas. Según el auto de la juez, la familia Ruiz-Mateos pagó 600.000 euros a Lanzas por cada uno de los expedientes de regulación de empleo en los que medió.
El pasado mes de octubre la Audiencia Provincial de Madrid inició juicio contra varios hijos de José María Ruiz-Mateos por la supuesta comisión de un delito de insolvencia punible, por el que la Fiscalía solicita la pena de seis años de prisión para cada uno de ellos, consistente en operaciones mercantiles realizadas a finales de los años noventa del pasado siglo para quebrar la sociedad Finamerco.
En diciembre el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Zaragoza condenó a cinco hijos José María Ruiz-Mateos a pagar 5,2 millones de euros por la quiebra fraudulenta de la empresa Helados Dhul. En abril Ruiz-Mateos y su hijo debían asistir a una vista judicial en Valladolid para responder por dos delitos fiscales por los que pedían 10 años de cárcel. El 1 de junio debía acudir junto a tres de sus hijos y su exabogado Joaquín Yvancos a la Audiencia Provincial de Madrid para enfrentase a una petición de 12 años de cárcel por los delitos de estafa e insolvencia punible por el caso de la Corporación Financiera Hispano Suiza (CFHS). La lista continúa...
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