El Grupo Parlamentario de Convergencia y Unió en el Congreso de los Diputados siempre ha sido considerado por el resto de los parlamentarios una especie de "gestoría" de negocios por la que actuan como auténticos lobbistas. Los nacionalistas catalanes no sólo eran los representantes políticos del primer partido político catalán, CiU, sino también los "gestores" de amplios intereses económicos, empresariales y financieros y esa condición puede tener sus días contados, según señalan fuentes parlamentarias a Vozpópuli. Hasta ahora, el resto de los Grupos de la Cámara asumían una situación que viene siendo recurrente en democracia, pero no parece que llegado este punto, con el órdago soberanista catalán sobre la mesa, vaya a haber la misma benevolencia.
La condición de lobbista no es algo que moleste ni a Josep Antoni Duran Lleida ni a otro veterano diputado catalán, también de Unió, Josep Sánchez Llibre. De hecho, en muchos países está regulado el papel de los lobbys, o grupos de presión, en sus relaciones con el Parlamento a pesar de la carga negativa que arrostra en España. Duran asume su papel de lobista en Madrid de empresas catalanas y no ha tenido empacho en reconocer, por ejemplo, que “sí, he defendido la industria farmaceútica catalana”, como admitió en una controvertida entrevista en TV3 donde se le interrogó si había recibido contrapartidas económicas, que negó. Construcción, eléctricas, textiles, nucleares o sector financiero son algunas de las áreas en que el Grupo catalán ha actuado como un eficaz "gestor de negocios".
Incluso Duran se ha enfrentado a Oriol Pujol a cuenta de la actuación del Grupo parlamentario. Y es que Pujol Ferrusola pidió publicamente que CiU dejara de hacer de lobby en Madrid para actuar como un partido nacional catalán. El portavoz parlamentario replicó que la federación nacionalista "es un lobby en defensa de los intereses de Cataluña en Madrid', algo que se les puede acabar si insisten desde Cataluña en la vía soberanista, advierten fuentes parlamentarias populares.
Otros Parlamentos de países de nuestro entorno, incluída la Eurocámara, regulan la actuación de los lobbys al objeto de darles transparencia y evitar actuaciones espurias y opacas. Precisamente ese era el proyecto en el que andaba inmerso el ya ex diputado popular y secretario cuarto de la Mesa del Congreso Santiago Cervera. Cervera había hecho un amplio estudio comparado que entregó al secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, al objeto de que se adaptara un modelo para nuestras Cámaras. Su dimisión, tras verse implicado en un supuesto intento de chantaje al presidente de Caja Navarra, ha paralizado el proyecto.
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