Viernes de agosto, viaje con amigas, cena en un chiringuito después de un día de playa que termina en una discoteca. Escenario parecido para los que se quedan en Madrid, que quieren aprovechar su tiempo de descanso para salir por la capital casi vacía. Igual ocurre con los que eligen el norte o zonas de interior para veranear. Todos buscamos una 'disco' o un bar de copas donde pasar este calor y disfrutar con amigos. Pero desde hace unos días, una nueva 'moda' estropea las ganas de salir, especialmente entre las chicas jóvenes: los pinchazos.
"Yo no sé realmente cuántos pinchazos se están produciendo de verdad. Pero es cierto que tengo más miedo que antes por el simple hecho de pensar que mientras bailo me pueden meter algo", explica María, una chica de 22 años que ha salido por el centro de Madrid con sus pocos amigos que se han quedado en la calurosa capital. Una de sus amigas explica que el miedo que sienten no es tanto por la posibilidad de ser violadas, "ya que para que eso ocurra tienen que pincharte durante más tiempo", sino porque "nos podemos contagiar de VIH o de otras enfermedades similares".
Un miedo más que avalado por especialistas en Salud Pública, tal y como ya contó este periódico. Según las fuentes del sector consultadas por Vozpópuli, en la mayoría de casos no se ha encontrado ninguna sustancia tóxica, pero los pinchazos con jeringuilla pueden transmitir enfermedades como el VIH y la Hepatitis B. "Si pinchan a una persona enferma y luego te pinchan a ti, ya estás 'jodido'", añade Gonzalo, amigo de María.
Diferencia de opiniones
Aparentemente todo sigue igual por las calles del Madrid más fiestero. Pero en cuanto hablas un poco con los jóvenes que esperan en las puertas de los locales, la tensión (y la división de opiniones) aparece. "Yo creo que mucha gente está utilizando esto de las jeringuillas para pasárselo bien, aunque no metan absolutamente nada y su intención no sea violar. Pero parece que les 'mola' eso de 'joder' a los demás. Y yo no entiendo qué diversión encuentran", añade Adriana, una chica que espera en la cola de un bar de Sol.
"Lo único que consiguen es jorobarnos la noche, porque ya inconscientemente voy a estar todo el rato pendiente de que no se acerque nadie raro ni a mí ni a mis amigas", añade, con tono de enfado, otra chica que escucha la conversación.
Sin embargo, otros muchos creen que realmente no es una novedad. "Esto de pinchar y poner 'cosas' en las copas ha pasado siempre. No entiendo por qué ahora se le está dando bombo. Por supuesto que está mal, no lo justifico en absoluto, pero no es nada nuevo. Siempre ha habido tontos a los que les gusta molestar", explica una chica un poco mayor que el resto de los que esperan en la cola y que da voz a unos cuantos que no se atreven a decir que creen que "todo esto es un poco exageración mediática".
Los hay también quienes sienten "verdadero horror" por todo lo que está pasando y todo lo que se está diciendo al respecto. "Cada vez que leo un nuevo caso, me dan ganas de no volver a salir de fiesta. Me da un miedo horroroso pensar que puedo ser víctima de la sumisión. Eso de que no hay evidencias de que metan algo, todavía no me lo creo. Me planteo muy seriamente comenzar a hacer otro tipo de planes donde no esté en peligro", añade una chica con tono compungido que pasea por los bares de la calle Huertas.
Cuando se les pregunta si creen que va durar mucho esta moda de los pinchazos, en general todos coinciden en un punto: "No somos expertos en esto, pero esperamos que no se convierta en una nueva droga de moda, porque nos perjudica a todos".
Seguridad ante los pinchazos
Quienes también tienen mucho que decir son los dueños de los locales y, sobre todo, los guardias de seguridad de los mismos. Pese a que son protagonistas importantes en esta polémica, por lo general no quieren mojarse mucho y prefieren limitarse a informar sobre cómo deben actuar quienes notan un pinchazo y qué hacer para evitarlo.
"Entendemos el miedo, porque indudablemente está habiendo un aumento de casos. Pero es clave mantener la calma y no exagerar, porque la noche siempre tiene sus peligros. Lo más importante para evitar problemas es ir siempre acompañado, intentar no separarse de tus amigos y amigas. Y en caso de que notes algo raro, aunque no tengas certeza absoluta de lo que te está pasando, es fundamental que se informe a los guardias de seguridad, que este es precisamente nuestro trabajo", apunta un portero de un local del centro de Madrid.
Otro segurata, Antonio Gutiérrez, muy famoso en redes sociales, asegura que se "atreve a decir que el 90% de los casos, por no decir el 95%, son mentira y bulazos": "Está habiendo muy pocas denuncias, y las que está habiendo en la analítica de tóxicos no sale nada. No voy a decir que no haya casos, que los hay. Pero son muy claros: se pierde el conocimiento. E incluso si se pierde el conocimiento por otras 'cositas', puede ser que, para ocultar una información, le echamos la culpa a que nos han pinchado o nos han puesto cosas. Hay que dejar de mentir, porque es un tema muy delicado".
Pese a que considere que muchos de los casos que supuestamente está habiendo sean falsos, se une a sus compañeros y explica que siempre que alguien detecte que le esté pasando algo o sienta un pinchazo, hay que ir "volando a los de seguridad".
Sin embargo, en este punto chocan con la opinión de muchas chicas, que aseguran que "si alguien me ataca de esa manera, lo último que me apetece, por muy mal que suene, es acercarme a un hombre. Probablemente vaya antes a mis amigas que acercarme a un guardia de seguridad", señala de nuevo María. Un reflejo de la incertidumbre que está generando esta polémica entre los jóvenes.
Este fin de semana, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado reforzarán la vigilancia en los locales de ocio nocturno de diferentes puntos de la geografía española para acabar con el miedo generado por los pinchazos en las discotecas. El objetivo del refuerzo es que los 'graciosos' que están imitando los pinchazos con alfileres o bolígrafos de insulina se lo piensen dos veces.
Síntomas y cómo actuar
Ante el crecimiento de las denuncias por supuestos pinchazos, son muchas las informaciones que se han enviado, principalmente a través de redes sociales, sobre a qué síntomas tienes que estar atento y cómo debes actuar en caso de que detectes que te hayan pinchado.
Los síntomas principales son picor en la zona del pinchazo, somnolencia, mareos, náuseas o vómitos, pérdida de visto y/o olfato y desorientación entre otros.
Y, en sintonía con lo que señalan los guardias de seguridad de las discotecas de Madrid, en caso de que sientas de que te hayan atacado, lo más importante es avisar a las personas que estén a tu alrededor, para que puedan protegerte, y acudir a la seguridad, que se encargará de contactar con la policía. Además, por precaución, hay que realizar una prueba de detección de VIH.
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