La salida de Juan Carlos I de España ha causado "sorpresa" e incomprensión entre muchos de sus fieles que veían esa opción como "la más improbable". Pero más preocupante es el secretismo que se ha impuesto en torno al destino del rey emérito en el extranjero, que unos medios fijan en República Dominicana y otros en Portugal. Sin embargo, ambos países niegan que se encuentre en su territorio.
El resultado es que el rey emérito da la sensación de estar en "paradero desconocido", según constató un antiguo hombre de confianza del anterior jefe del Estado justo cuando Podemos califica de "huida" la marcha del monarca. El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, alimentó la incredulidad al asegurar este martes que no tenía información sobre dónde está el rey emérito y señaló que le correspondía a don Juan Carlos o a la Casa Real dar a conocer ese dato.
Un portavoz de La Zarzuela indicó a este medio que la Corona sólo informaría del lugar en el que se encuentra el rey Juan Carlos si el monarca llama a Madrid y autoriza a hacer pública dicha información. A pesar de que mantiene el título de Rey y forma parte de la Familia Real, desde la Casa Real se hace hincapié en que el Emérito lleva una vida completamente privada.
En primer lugar, porque desde que hace un año comunicó a Felipe VI que se apartaba de las actividades oficiales. Además, en marzo se le retiró la asignación presupuestaria anual de casi 200.000 euros brutos a raíz del escándalo de las fundaciones Lucum y Zagatka. Y si hay algo de lo que don Juan Carlos ha hecho gala en el pasado es de no dar detalles de sus viajes que no tenían carácter oficial.
Sin vuelos desde Europa
Vozpópuli ya indicó este martes que el abogado del monarca, Javier Sánchez-Junco, fue informado por don Juan Carlos de su deseo de abandonar España y ello le permitió al primero elaborar un comunicado, en el que dejó claro que su cliente se ponía "a disposición del Ministerio Fiscal para cualquier trámite o actuación que se considere oportuna". Pero el letrado desconocía, al menos el lunes, a dónde había viajado el monarca.
La posibilidad de que Juan Carlos I viajase en el fin de semana a la localidad gallega de Sanjenjo -y que desde allí hubiera ido en un vehículo a Oporto para poner rumbo a República Dominicana- se complica porque desde el domingo al martes no se registró ningún vuelo privado entre Europa y dicho país caribeño, lo que descarta a priori un vuelo directo desde España o la vecina Portugal.
En ocasiones, cuando se alquila un vuelo privado, el cliente exige que 'se borre' su trayecto. Para ello, el piloto quita el emisor de frecuencia radar y los vuelos solo se detectan desde las torres de control con otros sistemas de vigilancia. Si se hubiera optado por esta opción, estaríamos ante un 'vuelo fantasma' entre Oporto y Santo Domingo que habría llevado al rey Juan Carlos a una de las haciendas hoteleras de sus anfitriones dominicanos sin apenas dejar rastro.
El rodeo por Aruba y Florida
En los registros de webs aeronáuticas sólo aparece un 'Bombardier Global 6000' que salió de Madrid el domingo, concretamente a las 10:25 horas, desde la terminal ejecutiva de Barajas con destino a Aruba, una pequeña isla holandesa muy próxima a las costas de Venezuela. Tras una breve escala técnica, ese avión puso rumbo a Fort Lauderlade, en Florida (Estados Unidos), donde curiosamente vive la familia azucarera de los Fanjul, una de las más ricas de América y grandes amigos del monarca.
Al día siguiente, en otra aeronave distinta -una Cessna 560XL- hubo un vuelo ejecutivo desde un aeropuerto muy próximo con dirección a Santo Domingo y que aterrizó en la capital de República Dominicana a la misma hora que el histórico anuncio de La Zarzuela. Pero parece un rodeo muy grande para un ilustre invitado como el rey Juan Carlos, por lo que este último podría seguir en algún punto de Portugal.
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