El 8 de agosto de 2008 el rey Abdulá de Arabia Saudí realizó una transferencia de 64,8 millones de euros a la cuenta número 505523 del banco suizo Mirabaud propiedad del rey Juan Carlos I. Este dato, sin ser ninguna novedad, es importante en un nuevo capítulo de las informaciones que se están publicando del emérito en los últimos días, ya que meses después de esa ya famosa transferencia millonaria, el exmonarca comenzó a retirar dinero de forma periódica de su cuenta para sufragar gastos de la familia real.
En concreto, según publica El Confidencial tras haber tenido acceso a la documentación contable de la cuenta, la primera retirada de efectivo se produjo para pagar los honorarios profesionales de Dante Canónica y Arturo Fasana, las dos personas que gestionaron la cuenta del Rey en el país helvético.
Meses después, el 12 de enero de 2009, el emérito sacó 207.000 euros de su cuenta en Suiza para sufragar "gastos personales". La siguiente retirada se produjo el 11 de marzo, 299.960 euros bajo el mismo concepto que el anterior, "gastos personales". Más tarde, el 23 de marzo, fueron retirados 105.000 euros. Y el 17 de julio, usando la misma fórmula de "gastos personales", Juan Carlos I sacó de su cuenta de Mirabaud 209.000 euros.
Durante el año 2010 el emérito siguió retirando dinero de la ya famosa cuenta suiza. En concreto, el 2 de febrero, en abril y el 14 de junio realizó tres retiradas de efectivo de 250.000 euros cada una, mientras que el 27 de octubre se produjeron dos reintegros de 200.000 euros y de unos 47.000 euros. Antes de acabar el año, Juan Carlos I volvió a la oficina de Mirabaud en Ginebra para retirar 200.000 euros (el 1 de diciembre) y 303.000 euros (el 16 de diciembre).
Más retiradas de efectivo en 2011
Pero no acabó ahí, el por aquel entonces Rey de España realizó cinco retiradas en 2011 por un valor de 900.000 euros. El 26 de enero, 300.000 euros; el 25 de marzo, 150.000 euros; el 13 de mayo, 250.000 euros; el 22 de junio, 100.000 euros; y el 2 de septiembre, 100.000 euros.
Según detalla El Confidencial, estas retiradas periódicas continuaron hasta 2012, en concreto cuando el emérito sufrió el accidente en Botsuana. En ese momento el banco suizo le indicó al monarca su incomodidad ante la existencia de esa cuenta. Entonces, el emérito realizó una transferencia de 60 millones a su amante, Corinna zu Sayn-Wittgenstein, en concepto de donación. Tras ello, Canonica y Fasana cerraron el depósito.
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