Una toma de posesión como paso previo a "un nuevo tiempo de ambiciones renovadas". Al filo de las 10 de la mañana de este sábado Juanma Moreno juraba su cargo como presidente de la Junta de Andalucía a pie de calle, a las puertas del palacio de San Telmo. Es la primera vez en la historia de la autonomía que este acto se produce en la calle. Todo un símbolo de cómo este "nieto de jornaleros", como él mismo se ha descrito "rodeado de personajes ilustres", quiere acerca esta sede a la ciudadanía.
"Estamos en la calle por la cercanía que quiero tener con la gente, siempre he creído en mi tierra", ha dicho con orgullo aunque, en honor a la verdad, el acto ha despertado escasa expectación entre paseantes y viandantes (fuera del recinto vallado), entre los que abundaban turistas despistados que se preguntaban a qué obedecía tal despliegue.
A lo largo de su discurso el gobernante del Partido Popular, que obtuvo el pasado 19 de junio una mayoría absoluta de 58 escaños –también celebrada a pie de calle y no en un balcón– ha citado a su paisana María Zambrano: "No se pasa de lo imposible a lo real, sino de lo imposible a lo verdadero".
Valga la frase de la citada escritora para ilustrar la dificultad que siempre se encontraron los conservadores andaluces para gobernar esta tierra. Hecha la salvedad de Javier Arenas en 2012 y sus 50 escaños de amarga victoria, frente a la poderosa maquinaria del PSOE andaluz, gobernante durante más de tres décadas.
Moreno Bonilla ha vuelto a emocionarse al recordar a su padre, fallecido unos cuantos años atrás, a causa de un cáncer: "le hubiera gustado estar aquí y se sentiría orgulloso, pero seguramente nos está viendo". El resto de la familia del gobernante centrista, con su madre al frente, ocupaba las primeras filas entre los más de 600 invitados presentes.
Una vez renovado su cargo, ya sin Ciudadanos como socio de gobierno y a quien ha agradecido su labor durante esta legislatura, Moreno se ha marcado como primer objetivo "la obligación, como presidente, de escuchar a los andaluces y sintonizar con ellos", sabedor como es este político malagueño de la gran "tranversalidad" de su voto, expresión empleada este sábado por Alberto Núñez Feijóo para reflejar el enorme caudal de voto prestado, proveniente del PSOE andaluz. Algo que Génova cifra en "más de un 20%" de exvotantes de Susana Díaz en 2018, tal y como informó recientemente Vozpópuli.
La forma de gobernar de este político, nacido por accidente en la Barcelona de 1970, cuando sus padres emigraron allí, será "seguir haciendo kilómetros y estar cerca de los andaluces" en todo momento, en la línea que ha seguido hasta ahora. No en vano, Juanma Moreno ha batido todos los récords presidenciales en materia de visitas institucionales a las ocho provincias. Unos datos que desgrana, y de los que se jacta, cada vez que tiene oportunidad.
Donde haya "tolerancia, templanza y voluntad de acuerdos ahí estará Andalucía". Son, sin duda, algunas de las señas de identidad que Moreno lleva siempre grabadas a fuego en su ya demostrado talante conciliador, ajeno a cualquier extremismo o radicalidad.
No ha faltado tampoco la cita dedicada a todo un clásico, el cantautor granadino Carlos Cano: "Andalucía es un proyecto de vida en el que uno puede ser feliz". Una frase previa a que Moreno renovara su compromiso con el "orgullo andaluz", así como con el "andalucismo renovado". Esto último después de que en algunos medios nacionales, desconocedores del ideario del presidente de la Junta, se cuestionara su apego al considerado padre de la patria andaluz, Blas Infante, y poco menos que se hablara de una especie de andalucismo impostado.
Nada más lejos de la realidad que el andalucismo de Moreno sea artificial. Ya el gran patrón del centro derecha andaluz, Javier Arenas, introdujo la idea del "andalucismo constitucional" cuando José María Aznar le encargó renovar el PP-A. Entonces los actos y mítines de este partido comenzaron llenarse de banderas andaluzas, hasta hoy, a pesar de algunas reticencias que mostró en su día la Génova 13 de Casado y García Egea, cuyo afán de intromisión llegaba al punto de tratar de imponer una única bandera de España.
La reiteración del andalucismo de Moreno frente a quienes lo cuestionan
Hasta en dos ocasiones ha citado Moreno la palabra "andalucismo". La segunda para añadirle la palabra "orgulloso" del que, a su juicio, "son protagonistas los jóvenes". Hacia ellos ha dirigido parte de la hoja de ruta que quiere aplicar desde este lunes, cuando dé a conocer el nuevo Gobierno. Quiere ampliar las oportunidades de ese segmento entre 18 y 30 años de edad en materia de "formación y empleo".
En el marco del afán reiterado por "liderar" como locomotora el estado de las autonomías la persona que sustituyó a Susana Díaz en la presidencia de la Junta– presente también en el acto– pretende que Andalucía esté "a la cabeza del bienestar".
Las "metas concretas" a las que Moreno Bonilla se ha referido a continuación son "el empleo, la riqueza, la educación, y los servicios sociales" para, según ha dicho, "ser líderes en todos estos segmentos de la gestión que va a desarrollar a partir del martes 26 de julio. Será entonces cuando se celebre en San Telmo el primer Consejo de Gobierno de esta nueva legislatura.
Otro de los ejes sobre los que se siente especialmente orgulloso el presidente pivota en torno al hecho de que Andalucía sea "líder en exportaciones", algo de lo que viene presumiendo desde hace años el Ejecutivo de PP y Ciudadanos, también llamado 'Gobierno del cambio'. Una marca acuñada por el hasta ahora consejero de Presidencia y portavoz de la Junta, Elías Bendodo, a su vez coordinador general popular en la Génova de Feijóo.
El dirigente andaluz ha estado arropado por numerosas personalidades de su partido, como el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, o dirigentes populares autonómicos como Isabel Díaz Ayuso, además de los presidentes de Murcia, Galicia, Ceuta y Castilla y León, además de la primera autoridad de Melilla, Emilio de Castro, antaño de Ciudadanos y luego expulsado por el partido de Arrimadas a raíz de una imputación por presunta prevaricación.
El presidente del Parlamento autonómico, Jesús Aguirre, ha impuesto también el emblema y la medalla de la Junta al presidente andaluz. Quien fuera hasta el 14 de julio consejero de Salud de la Junta ha definido este acto de toma de posesión como de "radical expresión democrática". Además, ha animado a Moreno a "ejecutar" las políticas de la Junta desde San Telmo.
Durante su intervención, el presidente de la Junta ha reivindicado el "nuevo orgullo andaluz" con un andalucismo "renovado y fuera de tópicos" y ha avanzado que mantendrá "una voz alta y clara" en defensa de los intereses de la región.
Moreno ha recalcado que Andalucía es una tierra "decisiva" para España y que aspira a convertirla en la comunidad "más importante" del país. Asimismo, ha explicado que quiere centrarse en las "nuevas rutas" que se abren en su nuevo mandato en vez de "mirar atrás".
Entre los asistentes se encontraban Mariano Rajoy, Alberto Núñez Feijóo; el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz; el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda; el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; el presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta, Juan Jesús Vivas; el presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, Eduardo de Castro; la expresidenta de la Junta, Susana Díaz, y el secretario general del PSOE-A y presidente del Grupo Socialista en el Parlamento, Juan Espadas. También ha sorprendido la asistencia de Soraya Sáez de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno en la 'era Rajoy', y a la que Moreno ha agradecido su presencia.
Como representante del Gobierno ha acudido el ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, que ha asegurado a Moreno que cuenta con la "mano tendida" del Ejecutivo central, del que ha dicho puede contar con una "cooperación leal" que está "convencido" será correspondida desde el nuevo Ejecutivo andaluz formado con la mayoría absoluta del PP-A.
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