Golpe de efecto en la causa contra Brahim Ghali. El juez de Zaragoza que abrió diligencias para esclarecer los detalles de su viaje a España en abril de 2021 ha imputado a su hijo Luali Brahim Sid El Mustafá por falsedad documental. El instructor ha terminado por ordenar su localización dándole un plazo de 10 días para que se presente en el juzgado de Zaragoza que investiga estos hechos. De lo contrario será declarado en rebeldía.
Así consta en un auto al que ha tenido acceso Vozpópuli y en el que explica que, en paralelo a este avance, ha decidido sobreseer provisionalmente la causa a la espera de que Argelia responda a la petición. Tal y como informó este medio, el juez Rafael Lasala decidió poner el foco en el país africano en aras a esclarecer los detalles relativos al pasaporte falso que presentó el líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en el hospital de Logroño donde ingresó gravemente enfermo de coronavirus.
Su intención es conocer cómo se expidió este documento a nombre de Mohamed Benbatouche y, sobre todo, quién fue la persona que lo entregó en el hospital aquella noche. Las diligencias practicadas hasta el momento apuntaron al hijo de Ghali como el acompañante que dio el pasaporte falso. Una empleada del servicio de admisiones así lo declaró en el marco de esta investigación, en la que llegó a estar imputada la exministra de Asuntos Exteriores Arancha González Laya.
El hijo de Brahim Ghali queda señalado como autor indiciario de la falsedad que se denunciaba. Por eso se dictarán órdenes generales de localización
El instructor del caso decidió preguntar el Frente Polisario en relación a este viaje furtivo de Brahim Ghali a España que desencadenó una crisis migratoria sin precedentes en Ceuta. El movimiento despachó la diligencia en julio. En apenas unas líneas respondió al juez que no tenía nada que ver con el operativo de entrada del activista saharaui en España, así como tampoco con su presencia en el hospital hasta que abandonó el país de vuelta a Argelia en junio de ese año.
La causa contra Ghali queda en suspenso
La ausencia de colaboración de la Delegación del Frente Polisario en España así como de respuesta de Argelia, llevan al instructor del caso ahora a imputar a su hijo. Según sostiene, "queda señalado como el autor indiciario de la falsedad que se denunciaba, y por eso, junto con el sobreseimiento que ahora se acuerda, se dictarán órdenes generales de localización en todo el territorio nacional (...) reabriéndose esta causa en el momento en que se reciba la comisión rogatoria cumplimentada, como en el caso en que sea hallado el investigado mencionado", expresa.
De esta forma atiende la petición de la acusación popular que hace meses solicitó la imputación del hijo de Brahim Ghali alegando que todos los indicios apuntaban que fue él quien entregó este pasaporte con un nombre inventado. La Fiscalía, por su parte, se opuso e incluso cuestionó la tesis de que el pasaporte que se aportó en el hospital de Logroño fuera ficticio, como así lo declararon médicos y empleados del centro.
El pasaporte falso
Por eso el juzgado intentó citar como testigo al hijo de Ghali e incluso le buscó sin éxito. Ahora, meses después, acaba decantándose por su imputación alegando que "la creencia inicial" de que a Ghali y a su hijo le acompañaban "un buen número de personas" de la Delegación del Frente Polisario "ha quedado desacreditada".
En su defecto, vuelve al "punto inicial" de que solo estuvo con él su hijo, que fue el que viajó desde Argelia hasta España. Dice que tenía permiso para acceder a suelo español y, por tanto, fue "forzosamente" quien entregó el pasaporte en el servicio de admisión, ya que su padre "no estaba en condiciones de realizar el trámite de ingreso".
El juzgado, que abrió causa para esclarecer las causas de la entrada del líder Polisario, mantuvo el cerco a los miembros del Gobierno que gestionaron el operativo aunque tuvo que cerrar esta vía después de que, en mayo, la Audiencia Provincial de Zaragoza ordenara archivar la imputación. Los magistrados entendieron que, efectivamente, se saltaron los trámites en relación a su entrada al país pero no vieron irregularidad alguna al tratarse de una actuación política.
Del mismo modo dieron la razón a la Abogacía General del Estado asegurando que no había indicio alguno que apuntara que la exresponsable de Exteriores y su equipo imputado eran conocedores de que entonces Ghali tenía dos causas pendientes ante la Justicia española por delitos de terrorismo, torturas y lesa humanidad, entre otros.
Así pues, dejó la causa al borde del archivo en lo que respecta a la responsabilidad política de la gestión, aunque el instructor siguió investigando la parte relativa a la presunta falsedad cometida por el acompañante de Ghali, que le registró en el hospital con el nombre ficticio de Mohamed Benbatouche.