El juez de vigilancia penitenciaria de Valladolid Florencio de Marcos no está de acuerdo con que Iñaki Urdangarin cumpla su condena en un módulo para él solo en la cárcel de mujeres en Brieva (Ávila). Considera que la condena no cumple así su función socializadora y propone acabar con lo que califica como un "aislamiento" en un auto en el que llega a deslizar la acusación de que se está poniendo en peligro la integridad del exduque de Palma.
“La forma de vida impuesta al penado recurrente sigue adoleciendo de elementales carencias, sigue estando en aislamiento, lo cual, desde luego, no es normal en el pensamiento penitenciario actual, siglo XXI -sí lo era en el siglo XVIII-, ni responde al diseño de cumplimiento propio de un interno clasificado en segundo grado”, dice el juez en el auto recogido por Vozpópuli.
El magistrado sostiene que es la situación de soledad en la que se encuentra Urdangarin la que le ha empujado a autorizarle salir de la cárcel dos fines de semana al mes. Igual que hace meses accedió a su petición de salir dos días a la semana para hacer voluntariado en un centro de Madrid. Culpa de ello a la administración penitenciaria -que depende del Ministerio del Interior- por mantenerle en ese lugar cuando tiene las competencias para trasladarle a otro centro.
Aislado en Ávila
Fue Urdangarin quien eligió estar en Ávila sin contacto con otros presos, pero el juez le niega ese derecho: “La elección de establecimiento de cumplimiento y el régimen de vida aplicado al recurrente no es fruto de su voluntad (...) el Derecho Penitenciario es Derecho Público, no sometido por ello al principio dispositivo -esto es a los deseos de los internos-”. Con la ley en la mano, Prisiones tiene la última palabra sobre el lugar en el que un recluso cumple su condena.
En ese sentido, denuncia que se le ha impuesto un “régimen de vida de aislamiento absoluto a pesar de corresponderle el régimen de vida ordinario, en atención a su clasificación en segundo grado, con amparo en el cumplimiento del deber que pesa sobre la autoridad pública de preservar la vida e integridad del recurrente”. El juez exige que se adopten medidas “tendentes a normalizar y salvaguardar, en lo posible, los aspectos socializadores del cumplimiento de las penas privativas de libertad”.
Urdangarin podrá salir dos fines de semana al mes en caso de que lo apruebe la Audiencia Provincial de Palma que le condenó. Saldría en virtud del artículo 100.2 el mismo que se ha aplicado a los presos del procés. La decisión del juez ha contado con la opinión en contra de Prisiones y de la Fiscalía.
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