El magistrado al frente del caso Villarejo, Manuel García Castellón, ha citado en calidad de investigado al que fuera jefe de la UDEF, José Luis Olivera, por su presunta implicación en la trama Kitchen. La citación se produce después de que el inspector al frente del caso Gürtel Manuel Morocho, le implicara esta misma semana en la dinámica de ocultación de pruebas sobre la caja B del Partido Popular. Su declaración se producirá el próximo 28 de junio; un día antes de la comparecencia María Dolores de Cospedal y su marido Ignacio López del Hierro, según confirman fuentes jurídicas. El magistrado le atribuye, entre otros, delitos de prevaricación y malversación de caudales públicos.
La sombra de la imputación lleva tiempo rondando al exmando policial. Hace unos meses los agentes impulsaron una investigación patrimonial sobre el también exdirector del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) ante las sospechas de que participó en los negocios de espionaje privados del comisario José Manuel Villarejo. Sin embargo, el cerco se ha estrechado en las últimas semanas tras los avances de la investigación en la pieza séptima de esta macrocausa en la que se investiga el espionaje ilegal que se impulsó contra Luis Bárcenas para sustraerle pruebas de la financiación opaca del PP.
Las agendas de Villarejo
Una de las evidencias con la que han contado los investigadores se encuentran en las agendas del comisario jubilado. Villarejo, que se refería a él como 'Oli', anotó en sus agendas alusiones directas al exmando policial que le implicaban en esta trama impulsada a espaldas de la investigación por la Gürtel. Así, el 22 de abril de 2012, cuando el partido todavía trataba de proteger al extesorero Popular anotó una entrada en relación al exjefe de la UDEF en la que se lee: "Le piden ayuda para salvar al tesorero".
Igualmente el 15 de mayo de 2015, apenas dos meses antes de que arrancase el operativo, anotó: "Se dice que MD (Cospedal) hablará con Chisco (Francisco Martínez, exsecretario de Estado) y con Oli y si puede, también conmigo. Muy decidido a todo". Esta cita se la atribuyó a López del Hierro. Así lo relató el magistrado en el auto de imputación de la exsecretaria general del PP y su marido, los cuáles están citados para el próximo 29 y 30 de junio por los delitos de cohecho, malversación y tráfico de influencias.
Las confesiones de Morocho
Otro de los aspectos que han llevado al titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 ha sido la declaración prestada esta misma semana por el inspector jefe de la Policía Nacional Manuel Morocho. El mando policial que estuvo al frente de la causa Gürtel compareció a petición del magistrado tras hallar en las agendas anotaciones que hacían referencia a la intención de los mandos policiales de desviarle de la causa por sus informes sobre la caja B del PP. Aunque Morocho ya compareció en sede judicial en calidad de testigo e incluso participó en la comisión de investigación en el Congreso por la trama Kitchen, su declaración de este martes fue la más extensa.
El mando policial, que volverá este viernes a la Audiencia Nacional, confirmó las presiones recibidas durante los meses en que estuvo al frente de la investigación por la red que lideró Francisco Correa. Según relató, primero le intentaron controlar los informes que remitía al instructor Pablo Ruz, con el fin de que eliminase de los mismos nombres de presuntos donantes de la caja B como fue el caso de Ignacio López del Hierro. Pero además explicó que le intentaron cambiar de destino mandándole a Lisboa en una maniobra conocida por el entonces ministro del Interior Jorge Fernández Díaz.
El cerco de Anticorrupción
Según relató, mantuvo en aquel 2013 un encuentro con el ahora imputado en una cafetería de Madrid. En dicha reunión en la que se le ofreció un cambio de destino, sonó el teléfono del comisario y respondió la llamada refiriéndose a su interlocutor como ministro. El magistrado García Castellón le preguntó si aquello le pareció un teatrillo por parte de Olivera pero éste se limitó a decir que lo desconocía. Sea como fuere para los investigadores su versión ha sido de mucha utilidad en tanto ha venido a confirmar las anotaciones personales que guardó Villarejo en sus cuadernos durante los años que están bajo la lupa de la Fiscalía Anticorrupción.
De hecho, el Ministerio Público ya puso el foco sobre él hace apenas unas semanas cuando intentó adherir a la causa unas grabaciones con Villarejo, tal y como adelantó Vozpópuli. El magistrado declinó la petición de los fiscales al tratarse de una conversación relativa a 2010 y, por tanto, de 3 años antes de que comenzara el espionaje ilegal a Luis Bárcenas. El instructor dijo al respecto que no consta que Villarejo cobrara por la trama Kitchen (a diferencia del resto de encargos privados que acometió desde el Grupo Cenyt). No obstante, la principal acusación insistió en que esas grabaciones ponían de manifiesto que Olivera pudo colaborar en este entramado empresarial percibiendo en ocasiones el 5% de los ingresos.
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