España

Hacienda descubre que la mujer de Bárcenas cobró sobresueldos de la 'caja B' del PP durante 3 años

La IGAE afirma que varias salidas de efectivo reflejadas en los 'papeles' del extesorero en los años 2004, 2005 y 2006 concuerdan con ingresos en una cuenta de Caja Madrid de la que era titular Rosalía Iglesias. Hasta ahora, el político encarcelado había negado haber recibido dinero negro de su partido.

La Intervención General de la Administración del Estado (IGAE, un organismo dependiente del Ministerio de Hacienda) emitió el pasado 6 de marzo un informe en el que asegura haber hallado una "indiciaria y potencial" relación entre algunos apuntes de los 'papeles de Bárcenas' que reflejaban salidas de dinero y diversos ingresos registrados en la cuenta que en Caja Madrid tuvo abierta Rosalía Iglesias Villar, esposa del extesorero del PP e imputada junto a él en el 'caso Gürtel'. Según dicho informe, que se ha incorporado ahora al sumario que instruye el juez Pablo Ruz sobre los apuntes contables del político encarcelado, dichos pagos a la mujer del principal implicado se produjeron al menos durante tres años: 2004, 2005 y 2006. Hasta ahora, Luis Bárcenas siempre había negado haber cobrado sobresueldos de su partido ya que, de hecho, su nombre no aparecía reflejado en la supuesta contabilidad B de la formación. La Fiscalía Anticorrupción, que es la que solicitó el informe a Hacienda, ha pedido al magistrado abrir una nueva línea de investigación en este sentido.

No es la primera vez que esa cuenta corriente de Rosalía Iglesias dispara las sospechas de los investigadores, aunque sí es novedoso que un informe de expertos de Hacienda relacionen tan abiertamente el dinero de la misma con los movimientos de dinero registrados en los 'papeles' que elaboró su marido con la supuesta caja 'B' del PP. De hecho, en junio de 2009, sólo unos meses después de estallar el 'caso Gürtel, la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF, también dependiente de Hacienda) emitió un informe en el que destaca que la mujer del extesorero, pese a no tener ningún empleo, según sus propias declaraciones, movía unos capitales desmesurados. Ese documento ya destaba que la cuenta que Rosalía Iglesias tenía abierta en la sucrusal de Caja Madrid situada a sólo 50 metros de su domicilio, en la céntrica calle de Príncipe de Vergara, de la capital, llevó a tener una "suma de abonos" cercano a los 11 millones de euros.

Cinco movimientos bajo sospecha

Entonces, la ONIF reconocía que no pudo averiguar el origen de esos elevados movimientos de dinero ya que no pudo acceder en aquel momento a los "extractos bancarios" del depósito. Pese a los sospechoso de los ingresos, el entonces instructor del caso, el juez del Tribunal Superior de Madrid Antonio Pedreira, no ordenó una investigación más profunda sobre dicha cuenta. Es más, en abril del 2010 terminó por retirar la imputación a Rosalía Iglesias y, más tarde, a su marido. Tuvo que ser el juez Ruz quien, cuando asumió la causa, volviera a implicar al matrimonio en la causa. De hecho, en marzo del pasado año, cuando ya había estallado el escándalo de los apuntes contables y la información que llegada desde Suiza había puesto de manifiesto que el político ahora encarcelado tenía millones de euros ocultos en el país helvético, las fiscales del caso Gürtel pidieron al magistrado volver a analizar dicha cuenta y, más en concreto, cinco ingresos realizados por la esposa del extesorero que sumaban cerca de 600.000 euros, por si tenían relación con los movimientos de dinero registrados en los depósitos abiertos en dos bancos de Ginebra.

Uno de los movimientos de 2006 de esta cuenta ya está bajo sospecha desde hace años y es, de hecho, una de las principales pruebas de cargo contra la esposa del extesorero del PP. Se trata, en concreto, del ingreso de 500.000 euros en billetes de 500 efectuado el 19 de enero de 2006 y que Rosalía Iglesias ha asegurado siempre que correspondían a la venta de una serie de cuadros que había comprado en 1987 por 1.803 euros y que había vendido en 2006 por 558.196 euros en una rocambolesca operación en la que aparecía como intermediaria una galerista argentina. La UDEF y la propia intermediaria terminaron por echar por tierra la coartada el pasado verano.

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