El futuro judicial de Daniel Sancho está totalmente abierto. Una vez que el chef ya se encuentra en prisión provisional ahora se inicia una nueva batalla por aclarar qué pasó entre el hijo del actor Rodolfo Sancho y el cirujano colombiano Edwin Arrieta Arteaga. La confesión y las diligencias aportadas por la Policía tailandesa tendrán que ser rebatidas por el equipo de abogados del joven que tendrá como objetivo evitar la pena de muerte en uno de los pocos países del mundo que aún tienen este tipo de condenas.
Daniel Sancho ingresó este lunes en la cárcel de Koh Samui, en el sur de Tailandia, después de que un juez del tribunal provincial de la isla decretara prisión provisional. El chef español llevaba bajo custodia policial desde el viernes cuando se declaró culpable del asesinato.
Al contrario de lo que mucha gente parece pensar, Tailandia no necesariamente castiga el homicidio con la pena de muerte. Según el artículo 288 de su Código penal, este delito está castigado, bien con cadena perpetua, bien con una pena de prisión de quince a veinte años", señala a Vozpópuli la abogada experta penalista Beatriz Uriarte. "Sólo están castigados con la pena de muerte los homicidios que se perpetran concurriendo una agravante adicional", añade.
"Resulta muy llamativo"
"Analizando los hechos, resulta muy llamativo en un primer momento el reconocimiento de la autoría del crimen por parte del investigado Daniel Sancho. Sin embargo analizando la legislación del país y los precedentes, como el del español Artur Segarra, se entiende que el objetivo de su defensa, ante las pruebas abrumadoras en su contra, es eludir la pena de muerte y conmutarla por cadena perpetua", señala a Vozpópuli Víctor Joel Salas Coveñas, letrado de la firma Globalialex Abogados.
"Con la información filtrada a los medios de comunicación, parece que nos encontramos ante un caso de homicidio agravado en su modalidad de asesinato, realizado con extrema crueldad al desmembrar el cuerpo y tratar de esconderlo en 14 bolsas, y posiblemente premeditado", afirma este abogado.
En cuanto a la posible extradición o repatriación a España solicitada por Daniel, "no es posible porque ni la legislación española ni la tailandesa no contempla esta posibilidad en la fase de instrucción en la que nos encontramos, máxime si el delito se ha cometido en territorio tailandés".
"Únicamente sería posible si no existe condena a pena de muerte, y en fase de ejecución de sentencia, pero sería un proceso legalmente complejo y no automático.
Víctor Joel recuerda que el tratado de extradición firmado en 1999 establece en su sección 7 de la Ley de Extradición que "cualquier extradición desde Tailandia debe seguir ciertos criterios como el hecho solicitado que es constitutivo de un delito penal reconocido en el ordenamiento jurídico del 'Estado requirente' y por el Código penal tailandés con la misma calificación".
De pena de muerte a cadena perpetua
De igual forma se expresa Juan Manuel Medina, experto penalista, que explica que las penas por homicidio en Tailandia son un "poquito inferiores" a nuestro Código Penal. Eso sí las "penas capitales no las suelen llevar a efecto últimamente en ciudadanos extranjeros". "Las suelen conmutar por cadenas perpetuas", reafirma Juanma Medina.
No obstante, el caso de Daniel Sancho contará con agravantes como el caso de haber sido la víctima localizada descuartizada y atenuantes como la confesión del joven español y su colaboración con la justicia. España y Tailandia tienen acuerdos bilaterales para la ejecución de penas proporcionales.
España acatará la condena
El objetivo principal de la familia de Daniel Sancho tiene que ser evitar la pena de muerte. Todo ello si sigue adelante con su declaración en la que confesó el asesinato del cirujano colombiano. No es descartable que ya con su nuevo abogado cambie el testimonio.
Para que España pueda solicitar la entrega de un nacional, es necesario que Tailandia ya le haya condenado y que contra esta sentencia ya no quepa recurso alguno, afirma Uriarte. "Y una última cuestión clave: sólo Tailandia podría decidir si al ciudadano ya condenado que entrega a España puede reducírsele la pena", afirma la abogada penalista.
"Esto es muy relevante porque una persona puede haber sido condenada en Tailandia sin haberse respetado ciertas garantías que en España se consideran fundamentales. Aun así, España tendría que acatar la condena impuesta y encargarse de que esta se cumpliera", reflexiona.
Daniel Sancho está acusado de asesinato, ocultación de cuerpo y de manipulación del mismo al desmembrar el cuerpo del fallecido para ocultar sus restos. El joven fue detenido al día siguiente del hallazgo de los restos y acabó confesando el crimen, de acuerdo con el relato policial recogido por el 'Bangkok Post'.
Las palabras de Daniel Sancho
Según sus primeras declaraciones, lo hizo porque se sentía su rehén. "Soy culpable, pero yo era el rehén de Edwin. Me tenía como rehén. Era una jaula de cristal. Me hizo destruir la relación con mi novia, me ha obligado a hacer cosas que nunca hubiera hecho", aseguró Sancho a EFE durante una conversación frente a sus abogadas de oficio tailandesas y varios agentes en la comisaría de policía donde se encuentra detenido.
Durante la jornada del domingo, los agentes tailandeses llevaron a Sancho a diferentes puntos de la isla para la reconstrucción del crimen, incluida la playa Haad Rin, donde supuestamente el joven estuvo con Arrieta poco antes de su desaparición.
Al ser preguntado si se sintió forzado por la policía a declararse culpable, contestó: "No me sentí cómodo, pero tampoco forzado". "Sentí que tampoco tenía ninguna otra opción. Me tomaron pruebas de ADN y eso es todo. Eso es todo", añadió.
Una obsesión
Daniel Sancho negó que tuviera una relación sentimental con la víctima, al que acusó de estar obsesionado con él y amenazarle. "Él estaba obsesionado conmigo . Me engañó, me hizo creer que lo que quería era hacer negocios conmigo, meter dinero en la empresa de la que soy socio. Que hiciéramos cosas juntos, que fuéramos a México, Chile, Colombia, a abrir un restaurante. Pero era todo mentira. Lo único que quería era a mí, que fuera su novio", señaló.
Sancho, que llegó a Tailandia el 30 de julio y a la isla de Phangan el 1 de agosto, relató que el cirujano colombiano decidió unirse a su viaje. "Cada vez que intentaba alejarme de él, me amenazaba", añadió.
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