La fiscalía belga ha elaborado la lista a partir de la "Operación Kelk", la investigación judicial sobre los múltiples crímenes de pederastia en el seno de la iglesia belga, y que se basó en parte en los registros realizados a la Conferencia Episcopal belga y a la comisión designada por ésta para tratar este tipo de casos.
Pese a que la mayoría de los delitos ha prescrito al haberse cometido hace más de 30 años, la fiscalía ha decido distribuir los datos personales de los religiosos que siguen con vida con el fin de facilitar su control por parte de las autoridades locales, según publica hoy el diario flamenco "Het Laatste Nieuws".
La mayoría de los nombres incluidos en el listado tiene domicilio en Flandes (norte del país), pero también hay un número significativo de ellos repartidos por las otras regiones de Bélgica, según el mismo medio.
La investigación judicial sacó a la luz cerca de 500 denuncias de abusos de menores cometidos entre 1960 y mediados de los años ochenta en la iglesia belga, así como 13 suicidios de víctimas.
En estos casos se vieron implicados algunos altos cargos eclesiásticos como el exprimado de Bélgica y exobispo de la diócesis de Brujas Roger Vangheluwe, quien fue cesado por el papa Benedicto XVI en abril del año pasado después de que reconociera los abusos de una menor de su entorno.