La igualdad de género en la sociedad sigue siendo una asignatura pendiente en España según la percepción de más de la mitad de los y las jóvenes (56%) que percibe que la desigualdad entre sexos sigue siendo “grande” o “muy grande” en toda la población. Ésta es una de las principales conclusiones del estudio Género, Vivencias y Percepciones sobre la Salud, realizado por la Fundación Mutua Madrileña y Fad, a través del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, y que se ha publicado este jueves.
Se trata de un estudio sociológico de investigación sobre percepciones, vivencias y conductas que reflejan el estado de salud, bienestar y malestar de la población joven, sin pretender desvelar y definir diagnósticos médicos, psicológicos o psiquiátricos. Se llevó a cabo en julio de 2020 con una muestra de 1.200 personas de entre 18 y 29 años.
Son más las mujeres las que consideran que la brecha es grande o muy grande (66,9%, frente al 44,7% de los hombres). Además, a medida que aumenta el nivel de estudios la conciencia de desigualdad se agrava. Acotado solo a la desigualdad entre el colectivo juvenil, el porcentaje que percibe ésta como grande o muy grande se reduce ligeramente hasta el 44% con un patrón diferenciador por género similar.
El sentimiento de discriminación personal en base al propio género no es muy alto, si bien presenta importantes diferencias entre hombres y mujeres. De nuevo ellas se sienten más discriminadas en todos los indicadores que se les presentan, siendo especialmente relevante su percepción de la falta de derechos y libertades y la mayor responsabilidad que sienten en las cargas familiares. Por grupos de edad, son las mujeres de entre 20 y 24 años las que tienen una mayor sensación de desigualdad. Ellas además destacan mayoritariamente que el hecho de ser mujer les expone a situaciones de violencia.
Por su parte, los hombres señalan en mayor medida que ellas que se exagera con respecto a la discriminación de género, pero también están de acuerdo, mayoritariamente, con que ser hombre les hace más fácil triunfar en la vida.
Esta percepción de desigualdad también se traslada a la salud, pues aunque una amplia mayoría de los y las jóvenes considera que su estado de salud es bueno o muy bueno (72,3%), la percepción negativa de la salud es más acusada entre las mujeres. Ellas, especialmente entre los 25 y los 29 años, creen que su salud es peor porque tienen más cargas y responsabilidades. Es decir, valoran más la explicación social, o la que tiene que ver con los autocuidados, que la biológica.
Crece la violencia en pareja
Un aspecto especialmente preocupante del estudio es el agravamiento en el último año de las experiencias de violencia o acoso en la pareja, que afectan a más de tres de cada cinco jóvenes. Principalmente, han crecido significativamente las prácticas de control personal de la actividad (del 14,2 al 25,7%) y del teléfono móvil (del 16% al 24,2%), así como decidir con quién puede hablar la pareja (del 12,2% al 16,1%) o impedir ver a los amigos/as (del 11,2% al 14,2%).
Todas las experiencias son más frecuentes entre las mujeres y destaca el hecho de que un 15,6% de ellas confiesen haber sentido miedo en relaciones de pareja. El patrón de desigualdad de género en la vivencia de experiencias de violencia y acoso es enormemente transversal entre diferentes niveles de estudios y socioeconómicos.
Impacto del confinamiento en la juventud
El estudio permite también extraer conclusiones sobre cómo el confinamiento de la primavera de 2020 ha cambiado la percepción de la juventud española. En ese momento, y comparado con 2019, los jóvenes se sentían menos solos que el año anterior (un 30% no se ha sentido solo frente al 15% del año anterior), pero se había disparado su estrés o ansiedad.
Tras el confinamiento, en el mes de julio, se observa un aumento considerable de las sensaciones negativas, destacando la incertidumbre (28,9%, y 1,7 puntos más que en el mes de marzo), la ansiedad (22,6%, y 10,5 puntos de crecimiento en pocos meses) y el desánimo (19,5%, 9,6 puntos más).
La convivencia forzada y la imposibilidad de relacionarse de manera presencial redujo la satisfacción de los jóvenes con sus relaciones interpersonales, que, en una escala de 0 a 10, bajan 7 puntos entre 2019 y 2020.
Con todo, es reseñable que la esperanza en el futuro se mantiene prácticamente estable, en torno al 30%, y que emociones como la felicidad incluso han aumentado ligeramente (24,2%, 1,4 puntos).
Los y las jóvenes españoles siguen confiando en que la situación general con respecto a su economía, trabajo o vida en general mejorará en el futuro y 3 de cada 5 cree que en unos años su situación evolucionará a mejor. Este optimismo es mayor en las mujeres y desciende en ambos sexos conforme aumenta la edad, alcanzando las cotas más bajas entre los 25 y 29 años.
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