Cuando la tarde acaba en la ciudad de Cádiz, el sol cae sobre el mar iluminando las calles de la ciudad, y entre ellas, la plaza de Argüelles, donde la estatua raída de Fermín Salvochea es aclarada por las últimas luces del día. Allí, el alcalde de la ciudad mira con sus anteojos hoy de piedra hacia la nada, mientras José María González, alias ‘Kichi’, le toma como estandarte y lleva a término sus propias medidas para transformar la sociedad que ya fue revolucionada hace 142 años por el anarquista andaluz. “A mi me gustaría ser un alcalde como Fermín Salvochea”, dijo Kichi en varias ocasiones durante la campaña. Pero, ¿realmente se parece la gestión del alcalde de Por Cádiz Sí Se Puede a la del destacado miembro del movimiento anarquista? ¿Son palabras vanas o Kichi de verdad se acerca a la forma de hacer política de Salvochea?
100 días después de su toma de posesión, Kichi ha impulsado un serie de medidas para cambiar la forma de gestionar la ciudad que ha tenido lugar en los últimos 20 años bajo el gobierno de Teófila Martínez. Estando además en el huracán mediático día sí, día también, el alcalde de Cádiz ha protagonizado algunas de las acciones más sonadas de los ayuntamientos liderados por agrupaciones ciudadanas. Pero pese a ello, su gestión tiene muchas diferencias con la del alcalde de la Primera República.
"Yo mismo me he criado con la Semana Santa, cómo vamos a prohibirla”, explicaba Kichi
El gobierno de Fermín Salvochea, que fue investido por 31 de los 32 concejales del municipio, no contaba con oposición y por ello, sin riesgo de obtener el rechazo de la cámara, Salvochea hacía y deshacía sin necesidad de obtener un consenso. Mientras tanto Kichi se las tiene que ver a cada acción con la reacción de una serie de grupos que pueden considerar desde necesarias hasta payasadas las medidas que desde el ayuntamiento se proponen.
Religión y diplomacia
Fue el eje del gobierno de Salvochea. Durante su mandato, el anarquista centró casi todos sus esfuerzos en la lucha contra el clero. El alcalde prohibió la enseñanza de la religión en las escuelas, cambió el nombre de los santos en las calles por nombres laicos como ‘Voltaire’ o 'Jacobinos', y decidió que también se impartiera clase en festividades religiosas, salvo los domingos. Además, desaparecieron los nombres religiosos de los centros municipales, y se suprimieron las imágenes religiosas fuera de las iglesias.
Una de las mayores polémicas de Salvochea al frente de Cádiz fue el derrumbamiento convento de las agustinas de Nuestra señora de la Candelaria para construir una plaza. La medida causó tal revuelo que incluso el embajador de Estados Unidos y el presidente de la República, Emilio Castelar, intercedieron para evitar el derrumbamiento del mismo, según relata Pedro Vallina en la biografía del anarquista, unos intentos que fueron vanos.
Kichi volvió a la polémica al negarse a subir a un barco escuela chileno porque simbolizaba "el asesinato de la democracia" por su uso durante la dictadura de Pinochet
Por su parte, el nuevo alcalde de Cádiz, se comprometió a no tocar las festividades religiosas. "Yo mismo me he criado con la Semana Santa, cómo vamos a prohibirla”, explicaba Kichi cuando le preguntaban sobre el tema. Pero hace tan solo una semana, el alcalde de Cádiz no pudo evitar verse envuelto en una polémica de índole religiosa después de haber anunciado que se reducirán las asignaciones a las cofradías de la ciudad. Kichi aseguró que su grupo ”no viene a quitar la Semana Santa, sino a mejorarla, pero aplicando un sentido de época y a imprimir un poco de racionalidad”, en un momento en el que explicó que era necesario apretarse el cinturón.
Pese a que la acción ‘frente a la religión’ de Kichi sea en este caso, muy leve en comparación con Salvochea, respecto a los asuntos diplomáticos, el actual regidor no puede decir que no esté teniendo problemas y es que si a principios de su mandato ya tuvo un encontronazo con el embajador alemán por un falso rumor por el cual habría llamado a la canciller alemana Angela Merkel nazi, algo que acabó solucionando tras constatar que se trataba de un bulo, el pasado miércoles el alcalde y el Ejecutivo municipal decidieron no visitar el buque escuela de la armada chilena “Esmeralda”, que atracó el martes en el puerto de la Ciudad, por su pasado como centro de detención y torturas durante la dictadura de Augusto Pinochet. Kichi se reunió con el embajador del país, con motivo de la celebración estos días en la ciudad de la Semana de Chile, donde el alcalde destacó que no se subía al buque escuela porque simbolizaba “el asesinato de la democracia”.
Problemas de la gente
Saliendo de las relaciones diplomáticas y el aspecto religioso, el alcalde en 1873, según relata Vallina en su crónica, “lo primero que hacía cada mañana era dirigirse a la cárcel y ordenar la libertad de los detenidos el día anterior [...] Luego atendía las necesidades más urgentes de los gaditanos desheredados, ya sea en alimentación, en vestimenta, alojamiento o empleo”.
Por su parte, pese a que José María González no se pase cada mañana por la cárcel a liberar presos, recibe, al igual que Salvochea, a las puertas de la alcaldía a numerosas personas pidiéndole que solucione sus problemas, según recogen algunos diarios locales. Desde que llegó, el alcalde ha establecido con la Junta de Andalucía un plan de continuidad alimentaria para dar de comer a cerca de 200 niños durante el verano, ha puesto en marcha una oficina antidesahucios y un protocolo contra los desahucios. Precisamente en este último asunto es donde el Ejecutivo de González más interés ha puesto, llegando a intervenir en operaciones de desalojo en las que cuatro concejales del ayuntamiento fueron sacados a volandas por policías de la vivienda mientras el alcalde debatía con los agentes para disuadirlos de llevar a cabo la acción.
Financiación y 'remunicipalización'
Para paliar la precaria situación de empleo del municipio, Kichi ha pedido más competencias al Gobierno central para llevar a cabo un plan integral de emergencia social para tratar de ayudar a jóvenes con dificultades y mayores de 50 años que soportan el peso económico de sus familias. Kichi explicó que este plan "no debe ser un nuevo parche a la delicada situación económica por la que atraviesan muchas familias gaditanas" sino que ha de ser "un primer paso para ayudar a combatir las dificultades”. Y es que el Ayuntamiento tiene una deuda de 275 millones de euros. Por ello, además de acabar con la publicidad institucional en los carteles LED de la ciudad, el Ejecutivo de Por Cádiz Sí Se Puede ha anunciado su intención de remunicipalizar ciertos servicios de la ciudad. El primero, según detalló el propio alcalde en una entrevista, los operarios que izaban la bandera española en el puerto, cuyo servicio estaba externalizado.
Por otro lado, Fermín Salvochea no tenía que salvar una situación de endeudamiento tal y como ahora se conoce en el municipio, pero sí quería obtener dinero para armar al pueblo -con la venta se pretendía comprar 4000 fusiles remington-. Con este fin aprobó subastar la custodia del Corpus, aunque esta operación no llegó a materializarse porque esta subasta no prosperó. Además, bajo la presidencia del Cantón de Cádiz, Salvochea aprueba la incautación de los bienes del Estado y de los edificios religiosos.
Otras medidas
Entre el resto de reformas que llevó a cabo Salvochea, cabe destacar que suprimió los impuestos -algo impensable e imposible por parte del Ejecutivo de PCSSP-, se eliminó la lotería oficial, las quintas y las contribuciones de tabaco y consumo.
Salvochea aprobó la incautación de los bienes del Estado, de los edificios religiosos y suprimió los impuestos
Entre el resto de medidas de González al frente del municipio se podría enumerar la sustitución del retrato del rey en su despacho por el del alcalde anarquista, la aprobación de un plan de ahorro de 300.000 euros o una auditoría ciudadana de la deuda que, tal y como explicaron fuentes del Ayuntamiento a Vozpópuli, consistirá “en la publicación de todos los gastos para conocimiento de la ciudadanía y, en ningún caso se dejará de pagar la deuda". Un proceso que, apuntan, se realizará a través de un portal de transparencia del Ayuntamiento y que contará con un jurado popular que explicará a la ciudadanía los gastos de Gobiernos anteriores.
Así, a cerca de un mes de cumplir el mismo tiempo en el Gobierno de la ciudad, Kichi muestra bastantes diferencias respecto a su referente, aunque parece que en el poco periodo que ha ocupado la alcaldía ha tocado algunos de los mismos temas que ya abordó su predecesor 142 años atrás. El propio Kichi lo explicó en campaña: “Ojalá me parezca un poquito a Fermín Salvochea”… ¿objetivo cumplido?
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