España

La reconversión de Óscar Puente: de trol en las redes a ponerse el traje institucional en la tragedia

El ministro de Transportes se ha convertido en un referente en comunicar eficacia en la gestión pública a golpe de publicación. Y así lo aplauden los españoles

Es muy probable que en la última semana se haya topado con alguno de los centenares de memes -bromas- que circulan por la red social X sobre Óscar Puente. Funcionan porque exageran su capacidad hasta la hilaridad. Ha limpiado carreteras, construido raíles de tren, levantado cuatro puentes, ha alicatado cuartos de baño y pintado tres pisos completos de ochos plantas con gotelé. También ha edificado tres estadios nuevos de fútbol para el próximo mundial… ¡Y hasta un centro espacial con lanzadera de cohetes a Marte!

En poco más de siete días, el titular de Transportes y Movilidad Sostenible, de 55 años, ha pasado de ser un trol en las redes -dispuesto a publicar mensajes provocativos o fuera de lugar- a convertirse en el ministro hiperactivo que construye y repara a toda velocidad. Se ha puesto el traje institucional y da cuenta de ello casi al minuto. Él mismo compartió algunas de esas bromas en homenaje a todos los profesionales que se están dejando la piel para reconstruir tan rápido como pueden la provincia de Valencia, devastada tras la peor tragedia natural de la historia reciente de España.

El exalcalde de Valladolid se ha transformado en un referente en comunicar eficacia en la gestión pública a golpe de publicación. Y así se lo aplauden los españoles sin importar su ideología. La comunicación de Óscar Puente funciona en plena tragedia. Él se encarga tan solo de coordinar y advertir el trabajo de todos los operarios de su ministerio. Desde que se desplegaron en la provincia hasta el cierre de este reportaje están reparando palmo a palmo de cada infraestructura. Pero aún queda mucho por hacer.

La enumeración de daños que hizo el Ministerio tras la tormenta fue brutal. La A7 (bypass exterior de Valencia) colapsó en varios puntos; los cinco puentes de la CV36, también; toda la red de las carreteras autonómicas quedó muy dañada. La V30 y la V31 sufrieron graves afectaciones. La A3 (autovía a Madrid) también fue duramente golpeada hacia el interior de la provincia, así como las antiguas N330 y N331. El túnel de Chiva de la vía de Alta Velocidad Madrid-Valencia cedió por completo. El túnel de Torrent de Alta Velocidad (casi 3km) se inundó. En Cercanías, las líneas C1, C2 y C3 desaparecieron. Al menos 45km de la C3 quedaron "completamente destrozados".

Al cierre de este reportaje, según datos de Transportes, ya se ha efectuado el desvío provisional de la A7 para recuperar la conexión con la A3 a la altura de Quart de Poblet. Mientras, se avanza en los trabajos de hormigonado y extendido de tierra. Ya se ha habilitado un paso en la para los convoyes militares y de emergencia. Los trabajos siguen en la N-330 y N-322. En la zona de Utiel (km 194) se está trabajando en el terraplenado para abrir cuanto antes el paso alternativo que permitirá la conexión de un tramo muy importante entre Utiel y Talayuelas (unos 36 km). Y ya están habilitados todos los carriles de la V-31, V-30, A-3 y A-7, al norte de la A-3, tras retirar vehículos, materiales y barro en más de 118 km entre el tronco de la carretera, vías de servicio, vías de aceleración, colectores… Aunque quedan cerrados 42 km de la N-330, N-322, N-3 y la A-7, al sur de la A-3. En Cercanías y Alta Velocidad también se avanza.

Todas esas actuaciones son las que comparte Óscar Puente con fotos, vídeos e imágenes aéreas a vista de dron en las que se ve a los operarios y sus máquinas, como si de un lego gigante se tratara, trabajando a destajo. Gracias a ello, los ciudadanos perciben en sus mensajes la eficacia de la Administración que tantos días tardaron en encontrar. Aunque el ministro también se ha extralimitado en sus competencias, como reconoció él mismo, para cortar de raíz los bulos que circulan -a un ritmo sin apenas precedentes- sobre la tragedia. Y esa es también una de las claves de su éxito.

Los expertos en comunicación política e institucional reiteran que, en una mitad de una crisis, es esencial monitorear las conversaciones en las redes para identificar y responder a los rumores que tanta desinformación provocan, porque son torpedos a la verdad que dañan la percepción pública. Y Puente, un ‘enganchado’ a las redes sociales, tiene muy desarrollada su capacidad para detectar los bulos y abordarlos en tiempo real. 

“El ministro ha entendido muy bien la situación del momento y ha sabido aplicar el manual de crisis que todo el mundo tiene claro en la teoría pero que, luego a la hora de aplicarlo, es complicado. Lo que dice cualquier manual de crisis es que primero son las víctimas y, segundo, es explicar qué se está haciendo para reparar y remediar. Y eso es a lo que se ha dedicado: a dar datos precisos y concisos, a transmitir logros de qué se hace para mejorar las vías. E, importante también, no ha entrado a polemizar sobre las causas de la tragedia ni sobre la responsabilidad de los problemas. Más que un buen uso de las redes sociales, el ministro ha entendido que, en esta situación de crisis, la comunicación que se pide es otra", explica a este diario el experto en comunicación política de la Universidad de Navarra Jordi Rodríguez Virgili.

Aunque el protagonista de este reportaje no está del todo de acuerdo. Su equipo traslada a este diario que su destreza en las redes sociales “sí ha influido” en su liderazgo comunicativo durante la catástrofe. “El vehículo estaba. Mucha gente no ha entendido lo que el ministro trataba de hacer en las redes, pero si no lo hubiera hecho, hoy no tendría la herramienta que tiene para comunicar”. Puente tiene un gran número de seguidores (más de 238.000 solo en X), aunque su dedo fácil para bloquear perfiles le ha impedido llegar a más; algo que algunas figuras mediáticas le han reprochado estos días. 

En lo que sí coinciden quienes trabajan con él es que el ministro, un hombre “auténtico” y “cercano en las distancias cortas”, ha sabido aprovechar su experiencia como regidor de Valladolid. “Ser alcalde es, sobre todo, ser resolutivo. Y ser práctico. Es administrar muchas veces la escasez. Con ese entrenamiento previo, cuando tienes un equipo como el que tiene ahora y los medios de un Ministerio tan potente, las cosas son más fáciles”, explica una fuente que le conoce muy bien desde hace años.

Pau Solanilla y Verónica Fumanal, dos especialistas en comunicación política y gestión de crisis, subrayan la importancia de proteger la reputación y de utilizar el encuadre adecuado en catástrofes como la de Valencia. Esto implica no solo responder a los incidentes casi personalmente, como hace Puente en las redes sociales, sino construir una narrativa que transmita empatía y credibilidad para mitigar el daño a la imagen pública de las instituciones​. Y ahí Óscar Puente ha dado en el clavo, porque la desafección ciudadana hacia sus políticos y hacia la Administración en general se ha extendido tan rápido como el lodo.

La imagen del Rey, el presidente del Gobierno -que fue agredido con un palo- y el presidente de la Comunidad Valenciana bajo una nube de barro e insultos fue muy potente, porque simboliza un Estado debilitado y cuestionado, cuyas dos administraciones responsables de la gestión inicial de la catástrofe -el Gobierno y la Generalitat valenciana- se perdieron en una maraña competencial y en una refriega de responsabilidades y relatos de ida y vuelta mientras los ciudadanos achicaban el agua y buscaban desaparecidos.

“La Secretaría de Estado de Comunicación entiende la forma de comunicar del ministro. Su forma de ser útil es ser él mismo. Eso, probablemente a veces, es malo. Pero creo que si dejara de hacerlo no ayudaría al equipo. Y la Secretaría de Estado de Comunicación entiende eso y le deja hacer”, explica un estrecho colaborador del ministro. En el núcleo duro de Moncloa, según fuentes gubernamentales, están contentos con el trabajo que está haciendo y con la forma de contarlo. “Me siento muy querido y respetado por mis compañeros y compañeras del Consejo de Ministros y por el propio Presidente”, zanja el propio Puente a este diario.

El ministro, padre de dos hijas -la suerte de su vida, explica orgulloso-, ha demostrado tener tablas tras dos décadas ejerciendo la abogacía, que comenzó en 1995 y que compatibilizó con su pasión por la escena como actor en la compañía de Juan Antonio Quintana. En total, más de 500 funciones en las que llevó ‘El Avaro’, de Molière, por decenas de teatros de España y Europa. Él mismo presume de que, durante seis meses, el montaje se alzó con los primeros puestos de las taquillas madrileñas. Pero aún no es hora de bajar el telón. Ya piensa en lo más duro del invierno. ‘Show must go on’.

 

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