La renuncia del Gobierno de Aragón al macroproyecto de unión de las estaciones de esquí del Pirineo aragonés ha puesto de manifiesto la división que existe en el seno del PSOE de Aragón por el pulso entre su líder, Javier Lambán, y la ministra Pilar Alegría. El PSOE de Huesca, próximo a Alegría, echa en cara a Lambán su falta de compromiso con el sector de la nieve. Y, según ha sabido Vozpópuli, considera que el Gobierno de Aragón ha acumulado mucho retraso en la licitación del proyecto, que ya de por sí presenta muchas dificultades técnicas a corto plazo y potenciales a largo plazo en los juzgados.
Lambán, que aspira a un tercer mandato como presidente de Aragón, ha abandonado una de las banderas de su Gobierno a menos de un mes de las elecciones autonómicas del 28 de mayo. El plan consistía en unir las estaciones de Astún y Candanchú, y Astún con Formigal. El proyecto tenía reservada una partida de 26,4 millones de los fondos europeos para acometer una obra de gran envergadura en el corazón del Pirineo.
La conexión de Astún y Formigal, en valles distintos, planeaba la construcción de un telecabina de casi cinco kilómetros para unir las dos estaciones en 14 minutos. La capacidad de transporte era de 2.400 personas por hora. El viaje por carretera es de 82 kilómetros porque bordea la zona donde se quería hacer el telecabina y cuesta más de una hora.
La unión de estaciones de esquí
El plan vuelve al cajón ante la falta de acuerdo para llevarlo adelante. Lambán lo ha dado por "finiquitado" después de que la Diputación de Huesca, gobernada por el socialista Miguel Gracia, comunicase su renuncia a ejecutarlo. Los Ayuntamientos de Jaca y Sabiñánigo -dos de las principales capitales del Pirineo oscense- también habían aprobado sendas iniciativas mostrando su disconformidad.
La razón del fiasco, según fuentes consultadas por este diario, es el temor a incumplir los plazos que marca la Unión Europea para ejecutar las obras financiadas con los fondos extraordinarios de la pandemia. Un incumplimiento de los plazos puede acarrear la pérdida de la subvención. La culminación de las obras en 2025 era algo inviable, según la Diputación.
Y no sólo por las dificultades de construir una estructura elefantiásica en el Pirineo, sino por el temor a un retraso perenne ante los procesos judiciales de paralización que se anunciaban en cascada. Algunos de los partidos que sostienen el Gobierno de Lambán, como Chunta Aragonesista (CHA); socios potenciales a partir del 28-M como Teruel Existe; y, sobre todo, asociaciones ecologistas habían mostrado su rechazo a esta unión por el "daño irreparable" a la montaña. Esta oposición se plasmó en una multitudinaria manifestación el sábado en Zaragoza y auguraba una larga batalla judicial entre partidarios y detractores del proyecto.
Pulso entre Lambán y Alegría
Pero, además de lo evidente, lo que subyace en esta renuncia es el pulso que Lambán y Alegría mantienen desde hace tiempo por el control del PSOE aragonés. Y en concreto, la batalla que existe en la provincia de Huesca, que es la única que el presidente de la Comunidad no controla.
La unión de estaciones contaba con una financiación de casi 30 millones de euros de los fondos europeos asignada por el Gobierno central. El dinero se canalizaba a la Diputación de Huesca, que encuadraba el proyecto en los componentes dedicados al turismo.
Sin embargo, y a pesar de ser dos instituciones del mismo color político, el PSOE no ha conseguido ponerse de acuerdo consigo mismo. Huesca pedía a Lambán un compromiso de financiación propia -que no obtuvo, dicen- si se perdía el dinero europeo por incumplir los plazos. Además, fuentes socialistas aseguran que el Gobierno aragonés ha demorado demasiado el inicio del estudio de impacto ambiental y la tramitación del PIGA (Planes y Proyectos de Interés General de Aragón). El PIGA es la figura administrativa aragonesa que el Gobierno de Lambán debía poner en marcha como paraguas para ejecutar la obra. A Lambán, aseguran en Huesca, le ha faltado ambición y compromiso con el sector de la nieve.
Lambán: "Los plazos se cumplían"
Desde el entorno de Lambán niegan esa falta de compromiso. Fuentes próximas al presidente aseguran que el PIGA estaba listo para ponerse en marcha de forma inmediata. Y que existe un cronograma de actuaciones perfilado por Aramón (la empresa pública que gestiona las estaciones). "El PIGA era cuestión de días. Los plazos se podían cumplir", dicen estas fuentes. "Pero si el presidente recibe una carta de la Diputación diciendo que no se puede ejecutar la obra y además hay un runrún en contra en el territorio, lo normal es no seguir adelante".
En ese sentido, recuerdan que hace solo un año los ayuntamientos pirenaicos de Jaca, Canfranc o Sallent de Gállego plasmaron en una carta su posición favorable a la unión de estaciones. Y destacaron la importancia que tendría para el futuro económico de sus comarcas. "La unión de estaciones es una vieja reivindicación, casi histórica. No se ha inventado ahora", explican estas fuentes.
Sea como fuere, el plan ha vuelto al cajón del que lo sacó el presidente aragonés como bandera para una futura candidatura de Aragón a los Juegos Olímpicos de invierno. Y se pierde a poco más de tres semanas para la cita con las urnas.
El objetivo de Huesca es que conservar el dinero de los fondos europeos. La Diputación oscense pedirá que se reasignen a través de nuevos proyectos turísticos que cumplan con los criterios que marca Bruselas. Pero fuentes del Gobierno de Lambán precisan que esa inversión, reservada a entidades locales, ya no tienen por qué recaer íntegramente en Huesca y mucho menos en la Diputación. Y que ahora hay que evaluar de nuevo los proyectos presentados en toda la Comunidad aragonesa y renegociar el reparto de fondos en la conferencia sectorial entre municipios, Aragón y el Ministerio.
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