Teodoro García Egea dio por concluida ayer su etapa como secretario general del PP después de una 'semana horribilis' que comenzó el pasado miércoles, cuando se publicaron las primeras informaciones sobre un supuesto espionaje de Génova a Díaz Ayuso. Después vino su rueda de prensa y, a partir de ahí, una oleada constante de peticiones de dimisión que finalmente han sido escuchadas. La mano derecha de Casado se rindió después de 24 horas en la que recibió presiones de sus rivales dentro del partido... y también de los que creía más cerca.
Todo comenzó en la tarde del lunes, cuando el propio García Egea, tras un día de innumerables llamadas a presidentes provinciales, diputados, senadores y cargos locales aseguró a Pablo Casado que los números daban para salir triunfantes en la próxima junta directiva nacional. El secretario general aseguró que el 60 o el 70% de los vocales estaban con ellos.
En paralelo a esas gestiones del número dos de Casado, se produjeron conversaciones entre diferentes presidentes autonómicos, que no daban crédito a lo que estaba ocurriendo en Génova: "Están pensando en presentarse al congreso. Es increíble".
La respuesta pactada fue la siguiente: "Si hoy no dimiten, todos los días hasta la junta directiva nacional pueden convertirse en un nuevo lunes como el de hoy para ellos, con declaraciones públicas de todos nosotros pidiendo un congreso... y también de cargos provinciales e integrantes de los grupos parlamentarios".
Dentro de esa estrategia, desde alguna ejecutiva regional se recomendó a Juanma Moreno quedar más al margen por su situación en Andalucía: "Tiene elecciones a la vuelta del verano. Debe alejarse de la crisis del PP y aparecer casi como una marca propia". Esa consigna, sin embargo, se vino abajo cuando Casado fijó la junta directiva nacional para el lunes 28, Día de Andalucía. El presidente de la Junta reaccionó de forma airada en Twitter.
La rebelión del Congreso
El mensaje furibundo de Moreno fue aprovechado por Casado para desconvocar la junta directiva nacional y dejar en el aire la fecha para su celebración. Para entonces, ya había concluido un comité de dirección en el que el presidente nacional pudo testar que cada vez estaba más solo.
Tal y como se reveló ya el martes, algunos integrantes de su ejecutiva, como Andrea Levy y Belén Hoyo, presentaron su dimisión. Otros, como los vicesecretarios Ana Pastor, Elvira Rodríguez, Jaime de Olano, y los portavoces parlamentarios Cuca Gamara, Javier Maroto y Dolors Montserrat reclamaron de forma explícita la convocatoria de un congreso extraordinario.
Casado hizo oídos sordos a esas exigencias y salvó su primer 'match ball', pero si el lunes fue duro para el presidente nacional y Teodoro García Egea, el martes comenzó mucho peor.
Desde primera hora de la mañana integrantes del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso empezaron a compartir un manifiesto pidiendo la disolución de la actual dirección y la convocatoria de un congreso. A esa campaña se unió el anuncio de nuevas dimisiones, como la de la diputada gallega Ana Vázquez.
"Cuca está a punto de dimitir"
A esas alturas, en la dirección del Grupo Parlamentario Popular se estaba gestando una dura carta en la que se exigía la dimisión inmediata de Teodoro García Egea y la convocatoria urgente de un congreso extraordinario.
La portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, fue informada de esa decisión por parte de sus compañeros. Ella había reclamado apenas unas horas antes la celebración de ese cónclave para elegir a una nueva dirección, pero decidió no estampar su firma junto a la de Guillermo Mariscal, secretario general del Grupo; Pablo Hispán, exdirector de gabinete de Casado; Carlos Rojas; Adolfo Suárez Illana; José Ignacio Echániz; Sandra Moneo; y Mario Garcés.
Estos diputados pretendían que tanto Casado como García Egea retiraran sus preguntas de cara a la sesión de control de este miércoles. El secretario general, sin embargo, seguía resistiéndose, aunque decidió que su pregunta la realizase Diego Movellán. Para entonces, corría en el Grupo Popular el rumor de la renuncia inminente de la portavoz parlamentaria: "Cuca está a punto de dimitir...".
Gamarra, sin embargo, se mantuvo en el cargo, y fue testigo de una cascada constante de mensajes públicos de diputados pidiendo el cese de García Egea. Fuentes consultadas por Vozpópuli afirman que en el PP de Andalucía se había planificado, incluso, un goteo de mensajes de los 16 parlamentarios que aporta el partido al Congreso. La campaña era global y estaba perfectamente organizada.
Más anuncios y el adiós de Egea
Ya por la tarde, tanto Cuca Gamarra como Javier Maroto confirmaron su exigencia de convocar un congreso extraordinario, en plena vorágine de informaciones que apuntaban a una dimisión tanto de Casado como de Egea, tras quedarse sin el apoyo de la mayoría de su comité de dirección.
Desde Génova se mantuvo una estrategia defensiva, sin aportar más información que un desmentido a la posible renuncia de Casado. Sobre el adiós de Teodoro García Egea, nadie de la dirección de comunicación del partido dijo nada... incluso cuando la decisión ya se había tomado.
La dimisión de Carromero
La dimisión del secretario general se une a otras anunciadas en las últimas 24 horas, como las ya citadas de Belén Hoyo y Andrea Levy. Pero no son las únicas.
Según ha podido confirmar Vozpópuli, Ángel Carromero también dimitió ayer de todos sus cargos orgánicos dentro del partido -seguía siendo presidente del Comité Electoral y del PP de Chamartín- y también se dio de baja como militante.
El entorno más próximo al exdirector general de Coordinación de la Alcaldía en el Ayuntamiento de Madrid confirman que Carromero, muy próximo a Pablo Casado y a Teodoro García Egea ha tomado esta decisión consciente de que la etapa de Casado al frente del partido ha llegado a su fin, y no se siente identificado con el proyecto que pueda salir del próximo congreso extraordinario.
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