La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, convocó este lunes con urgencia a los portavoces de los grupos parlamentarios en el Congreso de los Diputados, según explicaron fuentes parlamentarias a Vozpópuli. El motivo fue disculparse por ser los últimos en conocer el texto del principio de acuerdo entre España y el Reino Unido sobre el futuro de Gibraltar dentro de la espacio europeo de Schengen.
La jefa de la diplomacia tenía previsto hablar con los portavoces de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara baja el próximo 15 de enero, pero tuvo que adelantar la videoconferencia ante la indignación que mostraron en las redes algunos miembros de la oposición, caso de Valentina Martínez (PP) y Marta Martín (Ciudadanos), al conocer a través de la prensa el contenido del acuerdo.
El documento se entregó el pasado 5 de enero a la Secretaría General del Consejo de la UE, el organismo que representa a los 27 Estados miembros, para que lo distribuyera a las capitales europeas ya que ahora empezará una negociación entre la UE y el Reino Unido, así que no es fácil saber de dónde pudo salir el texto.
En todo caso, la ministra negó que Exteriores estuviese detrás de la exclusiva de El País. En este sentido, Laya explicó a los portavoces que el Gobierno español se había quejado por ello, aunque no aclaró si fue al citado Consejo de la UE o a una capital en concreto.
Presencia española en Frontex
Varios portavoces se interesaron por la posible presencia de agentes españoles en la futura misión de la agencia europea para el control de fronteras (Frontex), cuyo cometido será autorizar en último término la entrada de personas y bienes en Gibraltar al formar parte de Schengen.
Laya insistió en que el número de efectivos europeos se conocerá en el momento que la UE y el Reino Unido cierren el acuerdo internacional. Tanto Madrid como Londres desean que dicho tratado esté listo y ratificado dentro de seis meses.
Asimismo, la titular de Exteriores emplazó a los diputados a su futura comparecencia en el Congreso a petición propia, momento en el que podrá ampliar el contenido del preacuerdo sellado por España y el Reino Unido en la última Nochevieja con el que evitó un Brexit duro en la colonia británica.
El preacuerdo alcanzado se recalca en su artículo 1 que "no prejuzga la cuestión de la soberanía y la jurisdicción" que tanto Madrid como Londres defienden cada uno por su lado desde hace tres siglos. Además, el documento prevé que Gibraltar entre a formar parte del espacio Schengen una vez cerrado el tratado entre Reino Unido y la UE, lo que conllevaría la supresión de la actual Verja.
En este sentido, el texto ratifica que el objetivo final es suprimir "todas las barreras físicas" al movimiento de personas entre el Peñón y el espacio Schengen, cuyos controles y disposiciones España deberá garantizar ante el resto de miembros. En el puerto y el aeropuerto, "habrá puntos de entrada Schengen", donde habrá que cumplir con el control gibraltareño y con el previsto por este espacio sin fronteras, según Ep.
En el apartado aduanero, se prevé que el futuro tratado incluya una solución a la medida, "basada en una adaptación de la unión aduanera entre la UE y Gibraltar" y que permitirá suprimir el control actual en La Línea. Para ello, se aclara, habrá que aplicar una serie de "salvaguardas para evitar distorsiones en el mercado interior, en particular en la economía" del Campo de Gibraltar.
Esto pasaría, según el documento, por aplicar "de forma sustancial las mismas obligaciones y medidas de política comercial que la UE". Además, en caso de incumplimiento de las salvaguardas o de no aplicarse de forma adecuada están previstas "consecuencias" como la reintroducción de los controles aduaneros.
España y Reino Unido reconocen en el preacuerdo que será necesario abordar cuestiones como el IVA sobre bienes e impuestos especiales para "productos sensibles", entre los que se cita el tabaco, el alcohol y el combustible y "medidas que garanticen la igualdad de condiciones". Para ello, se prevén "acuerdos administrativos entre las autoridades españolas y de Gibraltar".
Fondos de la UE
Por otra parte, se apunta a que el futuro acuerdo entre la UE y Reino Unido sobre el Peñón podría incluir "disposiciones sobre un mecanismo financiero de cohesión entre Gibraltar y el Campo de Gibraltar en cuestiones sobre capacitación y empleo", al cual la UE podría contribuir con fondos.
En lo relativo a cómo se llevarán a cabo los controles en el puerto y el aeropuerto, el documento aclara que las autoridades gibraltareñas serán las primeras en autorizar o denegar la entrada, tras lo cual serán las españolas las que permitan o no la entrada al espacio Schengen. Según se precisa, en el caso del aeropuerto se creará una instalación en la que "oficiales españoles y gibraltareños compartirán espacio".
Además, durante el periodo inicial de implementación, previsto por cuatro años, España contará con "asistencia operacional de Frontex para tareas relacionadas con los controles Schengen y la protección de las fronteras exteriores", estableciéndose una misión conjunta. Al termino de este periodo, el acuerdo podría ser anulado si alguna de las partes así lo desea y previa consulta.
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