El viaje a Bolivia del vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, en plena investigación sobre el caso Neurona, alimenta todo tipo de sospechas en el Ejecutivo, el Ministerio de Asuntos Exteriores y también en el partido morado. España acudirá a la proclamación del nuevo presidente de Bolivia, Luis Arce, con una comitiva nunca vista: el jefe del Estado, Felipe VI, el vicepresidente y la ministra de Exteriores. Fuentes gubernamentales desvelan a este diario que la jefa de la diplomacia, Arancha González Laya, se sumó a última hora a esa misión para "vigilar" las maniobras del vicepresidente segundo.
Iglesias acudirá personalmente a La Paz en medio de una investigación abierta por las autoridades locales sobre Neurona, la consultora vinculada a Juan Carlos Monedero que se ha visto implicada en un supuesto caso de corrupción en Bolivia y que también está investigada en España por los pagos recibidos en campaña electoral desde el partido morado.
El viaje oficial se producirá este fin de semana, 7 y 8 de noviembre, y será el primero que realizarán juntos Felipe VI e Iglesias. También se trata del primer acto público con ellos de protagonistas. Les acompañará la ministra de Exteriores, quien en un primer momento no tenía que haber formado parte de la delegación española.
En el Gobierno sostienen que fue la propia ministra quien insistió en que tenía que acudir a La Paz. Y apuntan a una doble razón: por un lado, para evitar las especulaciones sobre un presunto conflicto entre Iglesias y el monarca. Y, por el otro, para controlar los movimientos del vicepresidente de Podemos.
Despliegue sin precedentes
En círculos diplomáticos del Ministerio de Exteriores no esconden su sorpresa por este despliegue inusual de autoridades. La asistencia del Rey a la toma de posesión de mandatarios iberoamericanos es habitual, sobre todo en su condición de Príncipe de Asturias. En enero de este año, por ejemplo, Felipe VI acudió a Montevideo (Uruguay) para felicitar al nuevo presidente Luis Lacalle. Sin embargo, en el caso de Bolivia, el Gobierno ha decidido reforzar su presencia de forma inédita, más aún porque Bolivia no figura entre los países estratégicos en la red diplomática española.
El equipo de Arce expresó a España su deseo de que representantes del Ejecutivo de coalición asistieran a la toma de posesión del nuevo presidente. La invitación fue genérica y al final fue el Gobierno de Sánchez el que decidió que Iglesias se sumara a ella. En 2015, Evo Morales envió la misma petición, pero exigió que el Rey no acudiera, porque quería liberarse de las “monarquías del mundo”. En su lugar viajó el entonces presidente del Congreso, Jesús Posada.
Los acompañantes de Iglesias son clave para determinar cuáles son las intenciones del vicepresidente en este viaje, comentan fuentes en Podemos. Con él estarán diputados de Izquierda Unida, como Enrique Santiago, mano derecha de Iglesias y su asesor legal en la investigación que instruye el juzgado número 42 de Madrid sobre presunta financiación ilegal de Podemos a través de la consultora Neurona, que recibió de Morales más de 1,3 millones de euros. También viajará el diplomático de confianza de Iglesias, Santiago Jiménez, próximo a José Luis Rodríguez Zapatero.
Relación especial con Bolivia
Iglesias acudirá al juramento del nuevo presidente de Bolivia de acuerdo con la presidencia del Gobierno. El partido morado “siempre” ha mantenido una relación especial con Bolivia, comentan dirigentes de la formación, a la vez que algunos apuntan a un trabajo diplomático ejercido por el propio Iglesias de manera informal.
Los críticos dentro del partido no tardan en relacionar ese viaje con una supuesta operación para obtener información sobre la investigación sobre Neurona. El nuevo presidente de Bolivia es considerado un partidario de Morales, pero del sector moderado, lo que podría dejar ciertas dudas sobre sus intenciones de parar o no la investigación por corrupción sobre la consultora vinculada a Juan Carlos Monedero. Otro asunto atañe a la solicitud de la Fiscalía de Bolivia de citar como testigos a políticos españoles como el expresidente Zapatero o Íñigo Errejón.
"Si Iglesias va, es que tiene algún interés"
"A Iglesias le da pereza salir de Madrid para ir a Sevilla o Bilbao. Si va [a La Paz] es porque tiene algún interés", comentan desde las entrañas del partido morado. "Seguro que tratará sobre Neurona, para que bloqueen las investigaciones", argumentan otros.
El viaje de Iglesias no deja por lo tanto muchas dudas en algunos sectores de Podemos sobre la finalidad de la misión. El propio Iglesias invitó al ex número dos de Bolivia, Álvaro García Linera, a Madrid después de que en noviembre de 2019 la presidenta interina Jeanine Áñez asumiera el control del país andino en medio de una polémica política que acabó con la huida de Morales y la denuncia de sus partidarios de un "golpe de Estado".
La evolución de la política en Bolivia acabó en un enfrentamiento diplomático con España. El Ejecutivo de Áñez acusó a la embajada española en La Paz de proteger y facilitar la huida de exdirigentes del gobierno de Morales acusados de corrupción, entre otros casos por la financiación de Podemos. La situación se encendió a finales del año pasado, poco antes del viaje de la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, a Madrid en el que se reunió en secreto con José Luis Ábalos.
El Gobierno quiere volver a normalizar las relaciones diplomáticas con Bolivia después de ese encontronazo. Laya estará durante todo el viaje al lado del Rey como "ministra de jornada", aseguran desde su equipo, mientras que Iglesias podría tener una agenda propia. Y las citadas fuentes gubernamentales aseguran que Laya tiene entre sus cometidos el de "marcar" al vicepresidente.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación