La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, envió el pasado 23 de septiembre una circular a todos los embajadores y cónsules españoles, en la que les anuncia que su departamento no aceptará a partir de ahora como gastos los regalos o actos de despedida que se puedan hacer "al personal de la Embajada" cuando termina su trabajo en el lugar de destino.
El encabezamiento del telegrama es 'Gastos protocolarios y representativos. Criterios interpretativos para regalos y eventos' y en él, Exteriores pone el ejemplo de "un almuerzo o una cena de despedida a un miembro de la Embajada", aunque también se han dado casos en los que se ha contratado un catering para que el personal de la legación se despida de un compañero.
El departamento de González Laya subraya a los embajadores y cónsules en esta circular (leer abajo) que se quiere evitar "reparos" a la hora de rechazar determinados gastos ya que la Intervención General de la Administración del Estado ha reconocido en recientes informes que no los puede justificar y que ya ha procedido a "la exigencia de devolución de fondos" en algunos casos.
En concreto, se quiere evitar "la imputación a los créditos de gastos protocolarios y representativos" de una legación aquellos "regalos realizados al personal de la Embajada, por ejemplo, con ocasión de la despedida de uno de sus miembros".
En otros casos, la Intervención General ha reparado, "si bien con el carácter de 'desfavorable' y, por tanto, sin exigencia de devolución de fondos" varios eventos como, por ejemplo, "un almuerzo o una cena de despedida a un miembro de la Embajada, al no quedar acreditado su beneficio o su utilidad para la Administración".
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Circular del MAE a los emba... by Vozpopuli
Asimismo, Exteriores recuerda que "los embajadores y jefes de misión deben ser resarcidos por la cuantía exacta de los gastos de representación en los que incurran en el ejercicio de sus cargos, entendiendo por tales aquellos derivados de los actos de protocolo y representación que redunden en beneficio o utilidad de la Administración". Es decir, se autorizan este tipo de gastos para invitar a comer o cenar a una determinada persona siempre y cuando tenga un interés político o estratégico para el Gobierno.
Por si no queda claro, el departamento de Laya hace hincapié en que "para evitar dichos reparos, las memorias y los certificados de los actos a imputar a los gastos de representación deberán acreditar, como criterio general, junto a la descripción de los mismos, su beneficio o su utilidad para la Administración, para ser imputados a estos créditos". De ahí que a partir de ahora, los embajadores y cónsules deberán dejar por escrito qué motivos ha justificado un determinado gasto de protocolo y representación.
Los gastos de instalación
Este tipo de dispendios no son los únicos en el punto de mira del Ministerio de Asuntos Exteriores. Por ejemplo, desde los sindicatos del Ministerio se ha criticado en el pasado la partida de gastos de instalación de la que se beneficia un diplomático cuando llega a nuevo destino.
Exteriores concede el 10% de la retribución bruta anual para costear el eventual uso de hoteles en los primeros días o la compra de mobiliario para la nueva vivienda. Eso supone que los embajadores con sueldos más altos pueden llegar a recibir cerca de los 20.000 euros sin que luego tengan que justificar los gastos de dicha instalación.
La picaresca de algunos diplomáticos ha llegado al extremo de quedarse en el bolsillo esta ayuda económica a pesar de ocupar una residencia oficial desde el primer día de su llegada a la capital a la que fue enviado.
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