El PSC encara las elecciones catalanas con dos frentes: intentar superar a Ciudadanos entre los electores constitucionalistas y erosionar a ERC en la hegemonía por el centroizquierda catalanista. Para frenar el auge de la formación naranja, los de Miquel Iceta flexibilizaron en su último congreso el apoyo que históricamente habían mantenido por la inmersión lingüística como modelo educativo. Ahora, sin embargo, creen que el espaldarazo de Pedro Sánchez a eliminar el castellano como lengua vehicular en Cataluña es un misil contra la posición que abanderaban en los últimos tiempos.
“Es un gran error estratégico del PSOE que perjudica las posibilidades electorales del PSC. Además, le pone a Ciudadanos en bandeja su discurso de que harán un tripartito del mismo estilo que en 2003”, explican fuentes de la formación.
Aunque tanto PSC como ERC niegan por activa y por pasiva la posibilidad de reeditar un tripartito en la región, el ala catalana de Podemos ha dibujado un proyecto de triple alianza que pasa por la Generalitat, la Moncloa y el Ayuntamiento de Barcelona. Se trata de la fórmula del "tripartito asimétrico", tal y como adelantó Vozpópuli.
En las filas del PSC ven con preocupación esta cesión de Moncloa a los postulados de ERC. Así lo resume una voz crítica dentro del partido: “Muchos pensábamos que no iban a ceder de nuevo a la agenda completa de ERC”.
Silenciar los indultos
Iceta ha dado la orden de no hablar del tema de los indultos a los líderes condenados por el procés hasta después de las elecciones. Aunque el primer secretario del PSC es favorable a esta medida de gracia, considera que no le beneficia de cara a atraer el voto constitucionalista. De hecho, ha admitido en petit comité que su posición a favor del indulto fue lo que le penalizó electoralmente en las elecciones del 21 de diciembre de 2017. Comicios en los que Cs fue la fuerza más votada.
Los datos demoscópicos que manejan tanto ERC como el PSC apuntan a una subida de Ciudadanos desde julio y los de Iceta son vasos comunicantes con los liberales. Es decir, cuando Cs sube, los socialistas catalanes bajan. Sin embargo, estos datos se registraron antes de la polémica enmienda de ERC y la renuncia de los de Inés Arrimadas de desmarcarse de los Presupuestos si esta enmienda prosperaba.
La estrategia de Rufián
La estrategia del portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, de cara a la campaña electoral, es desgastar al PSC e ignorar a la “centroderecha posconvergente”. Con el aval de Lledoners, donde se encuentra Oriol Junqueras cumpliendo condena, Rufián busca un “eje de izquierdas republicano” y sabe que esto pasa por que ERC sea el principal interlocutor de PSOE y Podemos en Madrid.
En esta coyuntura, el apoyo del Gobierno de coalición a la propuesta de enmienda de ERC en la nueva ley educativa apuntala a ERC como voz catalana y desplaza al PSC. Los de Iceta, que en campaña electoral endurecen su discurso para no contemporizar con el nacionalismo, creen que el aval de Sánchez a excluir el castellano merma sus posibilidades electorales.
Alianza ‘antinatura’
Las recientes alianzas del PSC con la órbita de la extinta Unió, como es Units per Avançar, o el fichaje de Ramon Espadaler en las últimas elecciones, formaba parte de una estrategia de Iceta para posicionarse como fuerza catalanista y aglutinadora de las distintas sensibilidades en Cataluña. Pero no surgió el efecto esperado y sus bases criticaron el acercamiento a dirigentes que mantienen una línea opuesta en temas como el aborto o la fiscalidad.
Las últimas reuniones del PSC con Lliures y Lliga Democrática, nuevas formaciones en el ámbito del centroderecha catalanista, tampoco contribuye a reforzar la imagen de fuerza de centroizquierda que pueda hacer frente a ERC. Pero dentro del partido no tienen dudas que el golpe más duro para sus intereses electorales es el acuerdo del PSOE con ERC a expensas del PSC.
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