Fuertes turbulencias en el partido en el Gobierno para despedir el año. El fuego amigo, la gresca interna y las disensiones intestinas han alterado la natural tranquilidad de las fechas navideñas. Tras los escándalos que sacudieron a la formacón conservadora en vísperas de Nochebuena, con el registro judicial de su sede de la calle Génova y la extraña imputación del presidente de la Comunidad de Madrid, este jueves llegaron más muestras de intranquilidad y crispación interna.
El cruce de reproches y trompadas entre el ministro de Hacienda y la Comunidad de Madrid ha sido lo más sonoro de este fin de año, muy poco apacible y nada navideño. Cristóbal Montoro e Ignacio González, titular de Hacienda y presidente de la Comunidad, respectivamente, no han disimulado sus desencuentros a lo largo de todo el año a causa de la financiación autonómica. Madrid se siente preterida y maltratada por el Gobierno central y los datos le dan la razón. Montoro niega la mayor y este jueves aprovechó una entrevista al diario Expansión para sacudir donde más duele. "El presidente de la Comunidad de Madrid piensa que en Hacienda está la ventanilla para hacerle candidato y no es así", espetó el ministro, con muy mal estilo, a un González seriamente tocado por el escándalo del ático de Marbella. Un golpe al hígado y sin miramientos.
Asuntos internos
Por parte de la Comunidad respondió el portavoz del Gobierno regional, Salvador Victoria, discreto peso welter en la dialéctica política, quien se ensañó con la quijada de Montoro al recordar que "el ministro ha tenido un final de año complicado" y enumeró someramente las "amenazas y chascarrillos" del ministro contra los medios, tertulianos, partidos de izquierda, profesionales y otros grupos sociales. "Ahora le toca a asuntos internos del partido", dijo Victoria, mano derecha de González, quien prefirió no polemizar personalmente en esta ocasión con Montoro.
Rajoy efectuará un repaso al año que termina, en tono entre realista y complaciente, y enunciará algunas de las líneas de acción para 2014
Y si poco le agradan al presidente del Gobierno estas trifulcas internas, menos aún que ocurran en vísperas de su rueda de prensa de fin de año, tras la celebración del último Consejo de Ministros de 2013. Soraya Sáenz de Santamaría le cederá este viernes los trastos a Mariano Rajoy en la comparecencia ante los medios. El presidente del Ejecutivo efectuará un repaso al año que termina, en tono entre realista y complaciente, de acuerdo con fuentes del partido, y enunciará algunas de las líneas de acción para 2014, un año señalado por las elecciones europeas.
Preocupaciones en Moncloa
El mensaje navideño de Don Juan Carlos mostró el camino del entendimiento y el diálogo con relación al órdago soberanista, dentro de la Constitución y el respeto a las leyes. Siempre en la línea que ha señalado Rajoy, pese a que algunas voces soberanistas han incurrido en el exceso de asegurar que el Rey ha ido más allá en este asunto de lo que hasta ahora ha llegado el Gobierno. Nunca ha roto Rajoy los puentes de diálogo con la Generalitat pero el presidente siempre ha dejado claro que los artículos I y II de la Constitución son innegociables, lo que irrita sobremanera a Artur Mas y a los secesionistas.
El cruce de reproches y trompadas entre el ministro de Hacienda y la Comunidad de Madrid ha sido lo más sonoro de este fin de año
Al ruidoso cruce de ataques entre Montoro y González se ha sumado en estas últimas horas el creciente goteo de dirigentes del PP que se descuelgan a la reforma de la ley del aborto puesta en marcha por Ruiz Gallardón. Primero fue la alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, quien se mostró preocupada por algunos aspectos del proyecto, en especial lo referido a la exclusión de las anomalías fetales como causa de la interrución del embarazo. La repercusión de sus palabras en los medios la tiene ahora algo preocupada.
Afinar el texto
Borja Sémper, portavoz del partido en el País Vasco, sugirió que el texto enviado a las Cortes debe "afinarse un poco más". También se ha sumado a esta corriente crítica la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, figura de enorme proyección dentro del partido, quien se mostró muy poco identificada con el proyecto, aunque entendía que se trata de un compromiso del partido, ya que está incluído en el programa electoral. Cifuentes ha sido hasta ahora la voz más crítica con la iniciativa del ministro de Justicia.
La veterana Celia Villalobos, vicepresidenta del Congreso y muy contraria en otras ocasiones a la reforma de la ley, ha preferido por el momento guardar silencio. Pero son muchos dirigentes del partido quienes se han mostrado contrarios a este impulso dado por Gallardón, con la anuencia de Rajoy, y no esperar a que el Constitucional se pronunciara finalmente sobre el recurso presentado por el propio PP a la ley de Zapatero/Aído. "Una cosa es cumplir con nuestro programa y otra es tirarnos piedras sobre nuestro tejado", manifestaba días atrás un miembro de la dirección del partido.
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