El próximo 8-M, las calles volverán a teñirse de morado para celebrar el Día Internacional de la Mujer, aunque este se celebrará de una forma anómala por segundo año consecutivo: habrá dos manifestaciones distintas, lo que denota la división que en estos momentos vive el feminismo en España. El cisma viene provocado por las mismas circunstancias que el pasado año: distintas visiones sobre la 'ley trans' y qué hacer con la prostitución. A ellas, hay que sumarle una más: la polémica ley del 'sólo sí es sí'.
Salvo sorpresa, estas manifestaciones también servirán como fiel reflejo de la guerra que se vive dentro del Gobierno. Mientras Irene Montero y otras figuras de Podemos estarán junto a la organizada por la Comisión 8M, distintos miembros del PSOE, como Carmen Calvo, podrían marchar junto al Movimiento Feminista de Madrid tal y como ya hicieran el pasado año. En esa manifestación, que representa al feminismo clásico, se llegó incluso a pedir la dimisión de Montero con representantes socialistas encabezando la marcha, escenas que podrían repetirse en menos de un mes.
Mientras que la marcha encabezada por Comisión 8M está a favor de las líneas maestras que defiende el Ministerio de Igualdad, el movimiento feminista clásico las rechaza hasta el punto de no querer compartir el mismo espacio en el Día Internacional de la Mujer.
Mientras las primeras creen en la autodeteminación de género, las segundas creen que esto implica el borrado de las mujeres. Es una de sus reivindicaciones: "Contra el borrado de las mujeres y la idea reaccionaria del cuerpo equivocado. Ser mujer no es un sentimiento, somos mujeres y no cuerpos menstruantes ni gestantes". En definitiva, consideran que facilitar el cambio registral del sexo sin condiciones biológicas hace que los hombres puedan invadir el espacio de las mujeres y todos sus logros hasta la fecha.
Precisamente por este punto, quizá los cargos del PSOE no sean bienvenidos en esta nueva edición del 8-M. Al fin y al cabo, votaron a favor de la polémica 'ley trans' del Ministerio de Igualdad sin aplicarle ninguna enmienda el pasado diciembre. Esto, unido a que los socialistas fueron cómplices en la aprobación de la ley del 'solo sí es sí', otra norma que no gustó al feminismo tradicional, podría hacer que no haya apenas representación socialista en la manifestación.
Este es precisamente el nuevo punto que divide a ambas corrientes feministas de cara al 8-M: mientras el feminismo clásico se ha mostrado contrario a la ley del 'solo sí es sí' por causar la rebaja de penas a centenares de agresores sexuales, desde Comisión 8M y otras organizaciones aliadas defienden las bondades del texto impulsado desde el Ministerio de Igualdad.
Precisamente aquí también se observa cómo el cisma de feminismo abraza a una u otra formación del Gobierno: mientras que las feministas clásicas apoyan al PSOE en su propuesta de reformar la ley, desde la Comisión 8M promueven mantener la normativa actual, que es la línea que defienden desde Podemos.
La prostitución es otro de los puntos clave: el Movimiento Feminista de Madrid está a favor de abolir la prostitución y la pornografía, mientras que la Comisión 8M se muestra abierta a la regulación. Este aspecto, aunque también es importante, no ha sido definitivo a la hora de dividir el movimiento feminista en dos corrientes distintas.
En cuanto a la reconciliación, parece complicada mientras haya dos posturas tan opuestas y que además, quedan representadas de una forma tan notoria entre las distintas partes del Gobierno de coalición. De momento, habrá que esperar a la edición del 8-M de 2024 para comprobar si las dos vertientes del movimiento feminista son capaces de volver a marchar bajo la misma bandera.
Dos manifestaciones distintas en 2023
El pasado año, Comisión 8M organizó la manifestación más multitudinaria: 50.000 personas marcharon tras su pancarta por la 6.000 que protestaron junto a Movimiento Feminista de Madrid. En esta edición, la Comisión 8M volverá a hacer el recorrido de antes de la pandemia: desde Atocha hasta Plaza de España.
Comenzará a las 20.00, hora y media después de la manifestación promovida por las feministas clásicas. Bajo el lema 'Feministas en lucha por los derechos de las mujeres', la protesta promovida por el Movimiento Feminista de Madrid arrancará también desde Atocha, pero no compartirá recorrido con la protesta de Comisión 8-M: no recorrerá la Gran Vía, sino que subirá por la calle Atocha hasta la plaza de Jacinto Benavente.
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