Los comentarios jocosos del humorista Jaime Caravaca han desatado un auténtico revuelo en redes sociales. Esta vez el cómico no ha saltado a la palestra por sus ingeniosos comentarios o por los aplausos recibidos en su monólogo, sino que el protagonismo lo han tomado un par de mensajes difundidos a través de su cuenta en la red social X y que le han valido una agresión inesperada mientras trabajaba en uno de sus espectáculos.
El artista ha sido víctima de una agresión frente decenas de asistentes a su espectáculo tras compartir en redes sociales un tuit sobre el hijo de su agresor. Un mensaje repleto de expresiones ofensivas y mal sonantes que podrían ser entendidas por muchos como un delito de injurias o contra el derecho al honor. Juristas consultados por Vozpópuli defienden que la libertad de expresión en España es muy amplia y de difícil tratamiento. Un terrero donde la paleta de grises brilla por encima de una línea roja clara.
Entre los mensajes difundidos por el antiguo humorista de La Resistencia destaca el dirigido a Alberto G.D.J, alias 'Pugilato', identificado por la Policía como el agresor de Caravaca durante su actuación de este lunes. "Nada ni nadie podrá evitar la posibilidad de que sea gay, y de mayor se harte de mamar p*lla de negro. Y de negro obrero, nada de futbolistas. Qué sabio es el tiempo, toca esperar", publicó el cómico en referencia a 'Pugilato', que es padre de un bebé de apenas tres meses.
En este caso concreto, las voces consultadas coinciden en que un letrado podría defender en un procedimiento judicial que este comentario excede los límites de la libertad de expresión, no obstante, la amplitud de dicho derecho dejaría la puerta abierta a que un juez tumbara dicha argumentación. Por ello, gran parte de los expertos consultados defienden que el "humor negro está amparado por la libertad de expresión".
La Constitución Española recoge en su artículo 20, apartado cuatro, ciertos límites a este derecho y que podrían servir para formular una acusación contra el artista murciano. La Carta Magna establece excepciones por la que este derecho no puede ser infinito, en concreto, en los preceptos de las leyes que desarrollan el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y en la protección de la juventud y la infancia.
La protección de los menores choca contra la libertad de expresión
Según el abogado de Cremades & Calvo Sotelo, este último precepto se vería dañado al tratarse de un mensaje en el que se hace referencia a un menor, en este caso a un bebé. "Si esos comentarios se hacen sobre una persona mayor, entonces, se puede debatir si ampararía la libertad de expresión el límite al derecho al honor. Pero cuando está metido un pequeño, ya no cabe hablar de libertad de expresión en sentido amplio, sino en la protección de los menores en la primera instancia", comenta el letrado.
Por el contrario, otros expertos consultados entienden que este caso no traspasa dichos límites y que, por tanto, no constituye un hecho delictivo. "En todo caso, se podría decir que hay un delito de injurias, no obstante, es una línea gris en la que un juez tendría que entrar a valorar de qué forma choca con la libertad de expresión", defiende por el abogado penalista José María de Pablo.
Un punto de vista compartido, en parte, por el letrado Alfredo Arrién Paredes que señala la "apología al odio por motivos raciales o religiosos" como uno de los límites con los que cuenta este derecho recogido en la Constitución. No obstante, el experto va más allá y explica que el "insulto esta destipificado" en el Código Penal español, se trata de un "delito semi-público" que requiere un gran esfuerzo procesal para seguir con una causa judicial.
En esta línea, se sitúan varias de las voces entrevistadas por este medio. El segundo comentario del cómico Jaime Caravaca que se ha viralizado estos días en redes sociales es un ejemplo de apología al odio. "El c*ño es como una cañería. De ahí sólo ha salido m*erda", este ha sido el mensaje dirigido por el humorista al activista camerunés, Bertrand Ndongo. Una publicación muy criticada en redes sociales por decenas de usuarios al entender que podría incurrir en un delito de odio.
El abogado David González de Legal Orbis Abogados mantiene que en este caso el humorista podría enfrentarse a una acusación por un presunto delito de odio, eso sí, en un procedimiento civil no penal. "Puede ser delictivo, porque no deja de ser un comentario racista. Meterte con la raza de un individuo no es libertad de expresión", sentencia.
Por contra, entre las fuentes consultadas nos encontramos con expertos que aseguran que la expresión utilizada por el cómico contra el activista de Vox solo se trata de un "comentario de mal gusto". "Se puede pelear que esté dentro de la libertad de expresión. No obstante, esto no te da derecho al insulto, pero sí que te da derecho a utilizar expresiones inmorales que no estén fuera del contexto. Jugar con el lenguaje a tu favor".
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