España

El lobo y la ganadería son compatibles, según coinciden los ecologistas y ganaderos

El coordinador de Conservación de WWF en España, Luis Suárez, ha incidido en la prevención, un asunto "clave para resolver los problemas de coexistencia con el lobo”

Medidas preventivas frente al lobo, como el uso mastines guardianes, además de la puesta en marcha de proyectos de ecoturismo en torno a este gran carnívoro, son algunas de las soluciones planteadas por los ganaderos españoles para que su actividad y la protección de dicha especie sean compatibles.

Unas medidas preventivas que son tan imprescindibles como costosas, entre 6.000 y 7.000 euros anuales en el caso de los mastines, según se han explicado los ganaderos que han participado este martes en Madrid en la presentación de la campaña europea “En tierra de todos”, impulsada por la organización conservacionista WWF.

El coordinador de Conservación de esta ONG global en España, Luis Suárez, ha incidido en la prevención, un asunto "clave para resolver los problemas de coexistencia con el lobo”.

 A finales de los años 70 del siglo pasado, el número de lobos en España “apenas alcanzaba los 500 efectivos”, pero ahora, “se estima que hay en torno a 2.500 ejemplares”, una expansión que ha permitido el regreso de este depredador a “zonas donde había desaparecido”, como Ávila, Segovia, Salamanca e incluso Madrid, ha explicado Suárez.

“Su retorno obedece a su estatus de especie protegida, pero también al abandono rural”, porque “lo que el lobo evita es la presencia humana” ha recordado.

En este contexto, aprovechamientos como la ganadería extensiva “ayudarían a fijar población y riqueza”, aunque al mismo tiempo los ganaderos tienen que lidiar con el lobo, un animal “demonizado, pero con el que se puede convivir si se invierte en prevención”.

"Los mastines suelen funcionar muy bien"

Fernando Rodriguez, un joven ganadero que regenta una explotación de 110 vacas en la comarca de Sanabria, Zamora, ha asegurado que a pesar de que vive en la zona “con mayor densidad de lobos de España”, solo ha tenido que lamentar la pérdida de “un ternero en el último año”, gracias a la ayuda de un pequeño “ejército de canes”, ya que cuenta con “21 mastines”.

“Aunque cada tipo de ganado tiene sus peculiaridades, los mastines suelen funcionar muy bien”, ya que ambos miembros de la familia de los cánidos “no se soportan”.

Pero la efectividad de este tipo de medida preventiva tiene un precio: “entre 6,000 y 7,000 euros cada año” en mantenimiento y manutención de mastines, un presupuesto que no todos los ganaderos pueden asumir, por lo que Rodríguez ha pedido a las administraciones “ayudas económicas a la prevención”.

La prevención, clave para resolver el problema

Estas ayudas en prevención, “la clave para superar el problema”, son “muy dispares dada la organización administrativa de España”, ha subrayado Suárez, quien ha puesto como ejemplo a la comunidad gallega, “donde se destinan anualmente hasta 1.500.000 euros en reparación de daños, frente a los 300.000 que se invierten en prevención”.

Ante esta situación, la nueva Política Agraria Común (PAC), “debería reconocer a los ganaderos que invierten en medidas preventivas frente al lobo”.

Sofía Berdasco, una “vaqueira de alzada de Asturias” y joven emprendedora, gestiona de forma paralela una empresa de avistamiento de fauna centrada en la observación de los lobos que merodean por el entorno de Somiedo.

El odio hacia el lobo entre los ganaderos está muy arraigado”, asegura Berdasco, para quien “el conflicto del lobo no se resolverá con enfoques simplistas”.

Su propuesta consiste en darle la vuelta al problema para convertirlo en una fuente de riqueza: “para mí es más rentable un lobo vivo que uno muerto, por la capacidad que tienen estos animales para fascinar a los visitantes y fijar población rural en torno a la actividad turística, en consecuencia”.

Suárez ha recordado que “al final es cada ganadero el que tiene que afrontar los gastos en prevención”, a falta de “un gran plan nacional de apoyo a la ganadería extensiva”.

La nueva PAC, que se encuentra en “su año decisivo”, debería apostar por un nuevo modelo que facilite “las medidas preventivas para reducir daños” y que apoye al ganadero en vez de perseguir al lobo” señala el coordinador de WWF. 

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