Luis Tudanca sigue sin desvelar si optará a revalidar el cargo de secretario general del PSOE de Castilla y León. Algo que sus opositores en la región, que cada vez son más y con acusaciones tan duras como la de que está ausente de la región, le exigen que aclare de una vez por todas. En el cargo desde el año 2014, cuando fue elegido por primera vez con el aval de Pedro Sánchez, esta sería la cuarta ocasión que se presentaría para dirigir a los socialistas en esta comunidad. Pero los estatutos del partido, en su artículo número 422, señalan que "ningún cargo orgánico ejecutivo podrá ser ocupado por la misma persona durante más de tres mandatos consecutivos, conforme a la Disposición Adicional tercera de los Estatutos Federales". Dicha disposición adicional recoge que para que se pueda producir una excepción esta debe tener el aval de Ferraz. Algo que habitualmente, únicamente se da a los que están en el poder o lo han perdido recientemente.
Tudanca, de las tres elecciones que se han celebrado desde que asumió el poder orgánico en la región, únicamente ha ganado unas elecciones, las del 2019. Eran las segundas en las que se presentaba. Pero un acuerdo entre el PP y Ciudadanos le impidió gobernar. Tres años más tarde, cuando su rival y presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, decidió adelantar las elecciones, la candidatura encabezada por Luis Tudanca se dejó más de 110.000 votos y siete procuradores por el camino. En 2022, los últimos comicios que se han celebrado en esta comunidad, los socialistas lograron uno de sus peores resultados electorales. Esa misma noche electoral, entre lágrimas, el todavía secretario general del PSOE en CyL dejó entrever que se marchaba a su casa. Que abandonaba la política. Pero una llamada de Ferraz le obligó a frustrar sus planes -teniendo en cuenta que el acuerdo entre el PP y Vox fue difícil de alcanzar y había riesgo de una repetición electoral, lo que hubiera cogido al PSOE con el pie cambiado-.
Desde esa derrota electoral, la división en el partido a nivel regional no ha hecho más que agrandarse. Tudanca apenas cuenta con apoyos entre las bases y en la dirección, hoy por hoy, solo tiene el respaldo de su polémica número 2, Ana Isabel Sánchez, la ex delegada del Gobierno y ahora directora general de Protección Civil y Emergencias del Gobierno, Virginia Barcones, el ex eurodiputado, Ibán García del Blanco, el expresidente del Senado, Ander Gil, el diputado autonómico Diego Moreno y la alcaldesa de Palencia, Míriam Andrés. El fin de semana, cuando Ferraz decidió suspender las primarias que había convocado de forma exprés, también salió en su defensa la ex responsable de Igualdad de la Ejecutiva Federal y diputada nacional, Andrea Fernández, cuya relevancia a nivel orgánico es a día de hoy nula. Ningún ministro, de los tres que tiene en la actualidad Castilla y León, ni el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, ni la presidenta de los socialistas europeos, Iratxe García, forman parte del núcleo duro de respaldo a Luis Tudanca.
La semana pasada, horas después de la reunión de la dirección autonómica en la que el secretario general no aclaró las dudas de varios dirigentes sobre el calendario congresual, de forma unilateral decidió convocar unas primarias exprés para esta misma semana. Un movimiento con el que pretendía no tener rivales, en caso de querer optar a un cuarto mandato como indican algunas fuentes de su entorno, o provocar que no hubiera ninguna candidatura por la dificultad de lograr los avales en tan poco tiempo para posteriormente erigirse como el único que puede seguir al frente, logrando así la excepción de Ferraz del artículo 422 de los Estatutos. La dirección de Pedro Sánchez, que mandató para ello a Santos Cerdán, le paró los pies e impidió el proceso para la renovación del liderazgo territorial.
Malestar por su ausencia en la región
Desde hace algunos meses, según fuentes al más alto nivel del PSOE en Castilla y León, Luis Tudanca está "ausente" de la región que quiso gobernar. Según explica un dirigente a Vozpópuli, "ha fijado su residencia en Pamplona, de dónde es su pareja", un hecho que obliga a los conductores del partido a recorrer 333 kilómetros de ida y 333 kilómetros de vuelta para trasladarle a la sede de las Cortes de Castilla y León, en Valladolid, cuando hay pleno, o a la sede del partido cuando hay actividades orgánicas. Este sobreesfuerzo que se ven realizados a hacer los empleados del PSOE en CyL, ya que como secretario general tiene derecho a un coche oficial, está creando un clima de profundo malestar entre los trabajadores. Además de vivir en Pamplona, la mayoría de fines de semana, en lugar de visitar localidades de su autonomía o participar en actividades populares, "se dedica a viajar".
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