El empresario Alberto Luceño, investigado junto a Luis Medina por una presunta estafa al Ayuntamiento de Madrid en el caso mascarillas, tenía en su casa una placa que ponía "agente de la autoridad" del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y varias impresiones de imágenes de tarjetas del CNI, Policía y Defensa.
Así se detalla en el acta de entrada y registro en el domicilio de Luceño, practicado el pasado 22 de septiembre por orden del juez Aldolfo Carretero después de que la Fiscalía Anticorrupción solicitase esta diligencia porque considera necesario analizar los ordenadores y los teléfonos del empresario para aclarar si los correos supuestamente enviados al juzgado por una persona que dice llamarse San Chin Choon no son reales.
San Chin Choon es el empresario de Malasia, dueño de la empresa Leno, al que Luceño y Medina compraron el material sanitario para el Ayuntamiento de Madrid en marzo de 2020, por el que el Consistorio pagó 11,9 millones de dólares y por el que los dos empresarios se embolsaron una comisión de seis.
El juzgado recibió el pasado mes de julio un correo enviado supuestamente por el empresario malasio en el que certificaba que los dos empresarios investigados eran agentes exclusivos suyos y que el precio habría sido el mismo sin ellos.
"Luceño tergiversó datos"
Pero el fiscal anticorrupción Luis Rodríguez Sol expuso en septiembre al juez en un escrito la necesidad de intervenir las comunicaciones de Luceño para ver los mensajes que intercambió con Leno para aclarar cuestiones como si realmente él y Medina eran agentes exclusivos de este empresa, cómo se determinaron las comisiones y, sobre todo, si "Luceño tergiversó esos datos en sus comunicaciones con el Ayuntamiento de Madrid".
Duda el fiscal del correo enviado presuntamente por San Chin Choon que "presenta varias incorrecciones gramaticales que evidencian que ha sido redactado por alguien que no solo no habla correctamente el inglés, sino que tiene el español como lengua materna”.
Una vez admitida por el juez esta petición, y que se abriera una pieza separada secreta dentro del proceso conocido, los agentes de Ciberdelincuencia entraron en la vivienda de Luceño el pasado día 22 por la mañana, y esperaron a que llegase ya que inicialmente solo estaban sus dos hijos.
En un minucioso registro en el que el empresario les facilitó las claves para acceder al ordenador, los agentes requisaron numerosos documentos y un "porta papeles negro con placa de agente de la autoridad Centro Nacional de Inteligencia" y "6 hijas con impresiones de imágenes de tarjeta: CNI, DSN, Ministerio de Defensa (2) y Cuerpo Nacional de Policía".
Los agentes no pudieron acceder a uno de los ordenadores y se lo llevaron del domicilio. Tras este registro fueron a la sede de la empresa Takamaka Invest, que también se extrajo información de documentos y de ordenadores.