Jugando en Bolsa hasta el último momento y, además, en operaciones de alto riesgo. La documentación remitida recientemente por las autoridades de Berna al titular del Juzgado Central de Instrucción número 5, Pablo Ruz, revela que Luis Bárcenas no se dejó amilanar por el escándalo que había provocado el descubrimiento de sus millonarias cuentas en Suiza y siguió comprando y vendiendo acciones hasta poco antes de su ingreso en prisión el pasado 27 de junio. Sólo dos meses y medio antes de que el magistrado le enviara a la cárcel, el extesorero del PP invirtió cerca de 750.000 euros en una doble operación de préstamo de valores. El político se hizo de este modo con el control de 72.588 títulos de Zardoya Otis. Tres semanas antes había realizado una operación similar de menor cuantía, 77.458 euros, con acciones de Bolsas y Mercados Españoles (BME). En total, más de 821.000 euros cuando la Justicia española ya había bloqueado una de sus cuentas en el país helvético.
La operación de préstamo de acciones era una operación claramente especulativa en la que el extesorero del PP apostaba claramente por la bajada del valor de los títulos que pasaba a controlar
Así lo refleja un informe de tres folios fechado el pasado 6 de junio de 2013 por el Lombard Odier, uno de los bancos en Ginebra en los que Bárcenas escondía su fortuna en Suiza. En el documento, incorporado ahora al sumario del 'caso Gürtel', la entidad financiera detallaba la situación en ese momento de la cuenta abierta a nombre de Tesedul SA, una de las empresas uruguayas utilizadas por el extesorero como 'pantalla' para ocultar su fortuna. En concreto, el informe bancario recogía que el 21 de marzo, el político ahora encarcelado se hizo con el control de 3.914 acciones de BME por un valor de 77.458 euros que eran propiedad de Barclays Cap. Sólo veinte días después, el 10 de abril, repetía la apuesta, aunque en este caso con acciones de Zardoya Otis y con Goldamn Sachs como prestatario de las mismas. En esta segunda operación bursatil invirtió 744.027 euros.
Una arriesgada operación bursatil en la que el extesorero tomaba prestadas acciones durante un periodo de tiempo determinado con el compromiso de devolverlas al prestatario una vez transcurrido el plazo que se fijara en el contrato y a cambio de una compensación. Durante este tiempo, el inversor puede realizar libremente operaciones con las acciones como venderlas o, incluso, prestarlas a su vez a otro comprador, con el propósito de obtener rentabilidad en la operación. En cualquier caso se trata de un movimiento claramente especulativo. El que toma prestadas las acciones apuesta por que el precio de las mismas bajará y, por lo tanto, cuando tenga que comprarlas para devolverlas al prestatario invertirá menos dinero del que obtuvo al venderlas. O bien que subirá, con lo que apurará el plazo para venderlas en el mercado y obtener una plusvalía respecto al precio que pagó por el préstamo.
Carta de 'marcha atrás'
Una operación de riesgo que Bárcenas intentó frenar en fecha no determinada, según se desprende de otro de los documentos incorporado a la causa. En éste, una carta con la firma del propio extesorero, éste se dirige a su gestora en aquel momento en el Lombard Odier para rogarle que "cancelen la autorización que firmé en el documento 'securites lending". En la corta misiva, el político ahora encarcelado hace referencia a una conversación telefónica mantenida ese mismo día con la empleada de la entidad financiera en la que supuestamente le comentó que "desconocía que esa instrucción estaba en vigor". Pese a ello, cuando la cuenta fue finalmente bloqueada por orden del juez Ruz, Bárcenas aún tenía bajo su control cerca de 73.000 acciones en préstamo.
La información remitida a la Audiencia Nacional por el Lombard Odier revela también que la cartera de valores del extesorero sufría minusvalías latentes de más de 4,4 millones de euros
En ese mismo documento, el Lombard Odier recoge también la composición y valor de la cartera de valores que Bárcenas poseía en dicha cuenta a nombre de la sociedad uruguaya. Así, el banco helvético especifica que a junio de 2013 la cuenta corriente tenía un saldo de 35.196 euros en efectivo y que el extesorero poseía títulos en seis compañías: Zardoya Otis, BME (las dos sobre las que realizó la operación de riesgo), Banco Santander, BBVA, Telefónica y la italiana Enel. De todas ellas, destacan por el volumen d acciones las de los dos bancos y la de la compañía de telecomunicaciones. Así, de la entidad presidida por Emilio Botín, Bárcenas tenía 429.031 títulos valorados en aquel momento en 2,3 millones de euros. De Telefónica, las acciones en su poder eran 359.210 con un precio de mercado de 3,7 millones de euros. Del BBVA, el paquete era de 264.281 acciones, por un monto total de 1,8 millones de euros.
De las otras compañías, el volumen era sensiblemente inferior. Así, de Zardoya Otis controlaba 85.000 acciones valoradas en 871.250 euros; de Enel, otras 76.000 con un precio en aquel momento de 209.304 euros, y 4.000 de BME por algo menos de 80.000 euros. En total, una cartera de más de 9 millones de euros que actualmente están bloqueados por la Justicia helvética a petición del juez Ruz. No obstante, el documento resalta que todos estos valores habían sufrido ya entonces una reducción de su valor de más de un 30% desde el día en que habían sido adquiridas. En total, Luis Bárcenas acumulaba en ese momento minusvalías latentes por más de 4,7 millones de euros.
Estas operaciones bursátiles no fueron, sin embargo, el último movimiento financiero que Bárcenas hizo durante las semanas previas a su ingreso en prisión. El pasado mes de julio, un informe del Servicio de Prevención contra el Blanqueo de Dinero (SEPBLAC) del Banco de España ya destapó que el extesorero del PP se presentó en una sucursal de La Caixa en Madrid sólo una semana antes de entrar en prisión para intentar abrir una cuenta a nombre de la sociedad Conosur Land SL, la empresa que comparte con su mujer, Rosalía Iglesias, también imputada en el 'caso Gürtel'. Con ella pretendía explotar un local para exposiciones de arte que había alquilado cerca de su domicilio. No fue la única visita a esa entidad en aquellas jornadas. Un día antes, su esposa había acudido a la misma sucursal a abrir otro depósito, a la que llegó a transferir 6.000 euros el mismo día que el magistrado ordenó la entrada entre rejas de su marido.
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