El ‘caso Bárcenas’ marca los tiempos políticos del retorno a la actividad y, también la agenda del Partido Popular. Mariano Rajoy ha decido aplazar sine die la Convención Nacional de su partido, prevista para el mes de octubre, hasta que el escándalo amaine. Esta decisión, que ha sorprendido en su formación, evidencia que, pese a la versión oficial de que "aquí no pasa nada", el asunto del extesorero está mucho más caliente de lo que se pretende difundir desde Moncloa.
Tocaba Convención en otoño, tal y como señalan los estatutos del partido, que estipulan que debe celebrarse con periodicidad anual. La última se celebró en Málaga en octubre de 2011, en vísperas de la campaña electoral de las elecciones generales. Estaba previsto que Rajoy pusiera fecha y lugar a la nueva cita popular este pasado lunes, en el Comité Ejecutivo del partido. El diario La Razón informaba sin embargo de que esta magna concentración de todos los cuadros directivos del partido en el Gobierno ha sido pospuesta, para evitar el ruido mediático del ‘caso Bárcenas’, que eclipsa todo tipo de iniciativas y de proyectos que pone en marcha el Ejecutivo. Es el segundo aplazamiento de esta convocatoria, que en principio estaba prevista para que se celebrara antes del pasado mes de junio. Bárcenas, una vez más, alteró la agenda.
Cambios y remodelación
Fuentes próximas a Moncloa han comentado en las últimas horas que se pretende dejar que discurran los pasos judiciales que lleva a cabo el juez Ruz por si aparece algún inconveniente, algún dato inesperado o por si la instrucción salpica de lleno a algún dirigente del partido. En el Gobierno se temen algunas sorpresas e incluso no se descarta que tengan que tomarse medidas drásticas, e incluso "dramáticas" por utilizar la expresión de Carlos Floriano, segundo de Dolores de Cospedal, que forzarían a apartar a algún alto cargo de la dirigencia. Si hay que limpiar, se limpia y que "cada palo aguante su vela".
No se descarta tampoco que entre los elementos sobrevenidos aparezca aún algún tipo de documento o testimonio de los que según parece todavía está provisto Bárcenas en su empeño por desestabilizar el partido en el que trabajó durante dos décadas. Incluso se teme la publicación de algún sms incómodo para la propia figura del presidente del Gobierno, en la línea de los que ya han salido a la luz.
Resultados económicos
Todo son suposiciones y sospechas, pero para evitar contratriempos. Mariano Rajoy ha decidido posponer la cita anual más importante que celebra el Partido Popular al menos hasta finales de año, o más allá. También con esta medida se pretende dar tiempo a que los buenos resultados económicos, que poco a poco van aflorando, se consoliden y pueda ofrecerse una imagen mucho más asentada sobre la gestión del Gobierno.
La idea es celebrar el gran encuentro popular en la fecha más próxima a las elecciones europeas en las que, ni el PP ni el PSOE parece que cosecharán grandes resultados, a tenor de lo que vaticinan los estudios demoscópicos. La convención es un cartucho mediático y propagandístico de gran calado que el PP no quiere desaprovechar en unas fechas tan convulsas como las actuales en las que todavía los escándalos en torno a la corrupción siguen acaparando día a día los principales espacios de los grandes medios informativos.
Bárcenas, no hay duda, sigue pesando como una losa en el devenir cotidiano de Mariano Rajoy quien, por otra parte, tiene un mes de septiembre muy comprometido en citas internacionales, con viajes y desplazamientos que aprovechará para huir de la incómoda realidad doméstica.