España

La mujer de Bárcenas presumía ante el banco suizo de "familia adinerada" y ser experta en arte

Notas internas del Lombard Odier remitidas ahora por las autoridades de Berna al juez Ruz revelan que Rosalía Iglesias justificó el dinero con el que abrió una cuenta opaca en la "fortuna familiar" y en su trabajo como restauradora de cuadros "de maestros españoles"

Rosalía Iglesias, mujer de Luis Bárcenas e imputada como él en el 'caso Gürtel', no dudó en presumir ante los empleados del banco suizo Lombard Odier de ser "de familia adinerada" y una experta en la restauración de cuadros de "maestros españoles" cuando acudió en 2006 a sus oficinas en Ginebra a abrir una cuenta opaca donde ocultar parte de la fortuna secreta del extesorero del PP. Así consta en la voluminosa documentación que las autoridades de Berna han remitido recientemente al juez Pablo Ruz sobre los diversos productos financieros que una docena de implicados en el 'caso Gürtel' y empresarios tenían abiertos en entidades de este país. Entre los 4.000 folios remitidos, hay 108 que se refieren a la cuenta que la esposa del exsenador tuvo en el banco ginebrino hasta junio de 2009, poco después de estallar el caso de corrupción.

En la ficha de apertura de la cuenta, Lombard Odier destaca que Rosalía es una "persona de altos recursos" con una "vieja fortuna": llegó a acumular medio millón de euros

Dicha cuenta, con el número RDRX 219858 y el nombre clave 'Iglesia', fue abierta por la pareja de Bárcenas el 1 de septiembre de 2006 con un primer depósito de 30.000 euros que entregó "en efectivo". En la ficha que realizó sobre Rosalía Iglesias el gestor del Lombar Odier que que le atendió, Frederic Mentha (luego despedido de la entidad por su presunta implicación en la trama de blanqueo de Gao Ping), éste hizo constar su condición de casada y madre de un hijo, así como que era una "persona de altos recursos" procedentes de una "vieja fortuna". Incluso hizo referencia a que procedía de una "familia adinerada".

En el apartado de profesión, la mujer del extesorero hizo constar que trabajaba de modo "independiente" como "especialista en la restauración de cuadros de maestros españoles". Al rellenar la casilla sobre la procedencia del dinero que iba a ingresar en ese momento y en el futuro, Rosalía Iglesias detalló que tenía su origen en la "fortuna familiar depositada desde hacía mucho tiempo en Suiza". En ese momento, el empleado del Lombard Odier recalcó en la ficha bancaria que la mayor parte de ese dinero estaba entonces en un banco de la competencia, el Dresdner Bank, depositado en acciones de diferentes empresas.

Un "potencial" de 5 millones de euros

Este gestor bancario incluso aventuraba el la nota interna que el "potencial" de la mujer de Bárcenas como cliente se elevaba hasta los 5 millones de euros y justificaba su afirmación en su convencimiento de que el dinero que la familia atesoraba ya entonces en la otra entidad financiera se situaba entre los "15 y los 20 millones de euros". "No sabemos la cantidad de dinero y la serie de títulos que nos van a ser transferidos", reconocía el gestor financiero en el documento confidencial del banco. Sobre por qué había acudido a ellos, Frederic Mentha lo tuvo claro más claro: "La cliente viene recomendada por su marido, que no ha olvidado nuestro buenos servicios y nuestras buenas prácticas", presumía.

Luis Bárcenas no figuraba ni como titular ni como autorizado en la cuenta de su esposa, pero el banco recoge que "ninguna operación será realizada sin su consentimiento"

El trabajador del Lombard Odier también recogía que pese a que la única titular de la cuenta era Rosalía Iglesias iba a ser Luis Bárcenas quien la gestionase pese a que "no ha querido" figurar ni como autorizado. "Ninguna operación será realizada sin el consentimiento de su marido. Las decisiones de inversión son adoptadas de común acuerdo con su mujer. [...] En cualquier caso, es él quien dicta la política de inversión, siguiendo igualmente nuestros consejos", añadía. El gestor bancario concluía augurando que la nueva cliente y su esposo serían "fieles" a su trabajo y que, de hecho, la relación con Bárcenas era hasta ese momento "todo un éxito, en vista de la creciente concentración de sus posesiones en nuestro banco durante los últimos años. Todo está listo para que esto ocurra también con su mujer", aventuraba.

Sin embargo, las expectitivas del Lombard Odier con la cuenta de Rosalía Iglesias nunca se llegaron a cumplir. De hecho, nunca llegó a acumular, ni de lejos, los 5 millones de euros que le adjudicaban de "potencial", limitando su mayor saldo a algo más de 500.000 euros. Además, poco después de estallar el 'caso Gürtel' en España y de que el nombre de Bárcenas se viera implicado en el mismo, la cuenta fue cerrada y sus fondos, transferidos a otro depósito de la misma entidad con el nombre de 'Obispado' y que, según los informes de la UDEF, pertenecía a Francisco Yáñez, un viejo empleado del PP amigo del extesorero y padre de Iván Yáñez, el presunto testaferro de éste.

Dos cartas manuscritas

Entre la documentación remitida ahora por las autoridades suizas constan, de hecho, dos cartas manuscritas en las que se daba la orden de cierre. La primera fue fechada el 9 de marzo de 2009, días después de producirse las primeras detenciones por la trama de corrupción encabezada por Francisco Correa. En ella figuraba la firma de Rosalía Iglesias, aunque el texto parece escrito por la mano de Bárcenas. Dirigida a "Federico" Mentha, el gestor, le rogaba que vendiera "todos los activos de mi cuenta en esa entidad y la totalidad del saldo resultante lo transfieras a la cuenta de don Francisco Yáñez-Obispado. A continuación te ruego procedas a cancelar la citada cuenta". En la misiva constaba un sello del banco con fecha del 18 de junio.

La segunda carta estaba escrita y firmada por el extesorero del PP y, de nuevo, dirigida al mismo empleado del Lombar Odier. En ella, el mensaje era idéntico que el anterior: "Por la presente, Federico, te ruego que traspases todos los activos de la cuenta de Rosa a la cuenta corriente de Francisco Yáñez y que procedas a cancelar dicha cuenta". Era el final de las cuentas en Suiza de la mujer que presumía ser de "familia adinerada" y restaurar cuadros de "maestros españoles".

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