La edición española de la revista Forbes ha publicado este jueves una entrevista con el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos. Entre las preguntas ‘de rigor’ sobre la situación económica, la crisis y el déficit, escuchadas y leídas mil veces, se mezclan cuestiones más personales y distendidas. No en vano, el ministro respondió al cuestionario “en mangas de camisa” y mientras bebía una coca-cola, según señala el texto.
De Guindos se define “como esos malabaristas chinos que hacen girar un montón de platos con unos palitos de madera, y cada vez hay más platos”. A pesar de todas estas preocupaciones, está superando sus problemas para dormir (tras ser nombrado ministro confesó que le gustaría poder dormir más). “Duermo como un niño, me desvelo a las dos y luego me tiro toda la noche llorando. No, en serio, duermo mejor”, bromea.
En el plano político, descarta plenamente el calificativo neocon. “¿Le molesta que le llamen neocon? – No soy neocon”, y para demostrarlo recurre a la nacionalización de entidades bancarias: “Pues he tenido que nacionalizar algún banco, como me recuerda a veces el presidente Rajoy, quién lo iba a decir – Pero no por gusto, por obligación… - Sí, bueno, pero ahí está”.
El ministro reconoce que, para meterse en política, hay que tener cierta “vanidad, porque los políticos somos foco de atención”. También reconoce que nunca ha considerado necesario militar en un partido para formar parte del Gobierno y prestarle lealtad. “Mi relación con el PP es como vivir juntos sin los papeles del matrimonio”, compara, y destaca que “hay cosas más importantes que los papeles”.
¿Y después de la política? Luis de Guindos recuerda “con mucho agrado” su paso por la docencia en el Instituto de Empresa, en el Centro PwC/IE y los cursos de posgrado y para directivos que ha impartido. Así, asegura que le “encantaría acabar” su “vida profesional en una escuela de negocios”.
Sin comentarios sobre Gerardo Díaz-Ferrán
Al final de la entrevista, De Guindos “accedió a someterse a un test de definiciones y opiniones” sobre diez personajes. Keynes, Merkel, Mourinho (el ministro se confiesa futbolero y antimadridista), Díaz-Ferrán, el expresidente de Lehman Brothers, Franco, Sánchez Gordillo, Emilio Botín, Felipe González y Miguel Ángel Fernández Ordóñez fueron los nombres escogidos para este cuestionario.
Sobre Gerado-Díaz Ferrán, prefiere “no opinar”. Por su parte, Merkel y el expresidente de Lehman Richard Fuld le provocan dudas antes de poder dar una respuesta, mientras que en el caso de Franco tiene muchas dudas antes de responder con un tajante “espero que no se repita nunca más”. El personaje con el que más ha tenido que batallar de esta lista es el exgobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez, de quien asume que tuvo “que vivir con sus aciertos y con sus errores”.
Un ministro hijo de farmacéutico y aficionado al deporte
Socio del Real Madrid en el pasado, muy a su pesar y por imposición paterna, el ministro confiesa ser “bastante atlético y un poco antimadridista”. Como ilustración de su ‘atletismo’ recuerda una comida en la que coincidió con Florentino Pérez hace unas semanas. “Le dije que le cambiábamos a Falcao por Cristiano Ronaldo y cinco más. No le hizo gracia”, cuenta.
Además de ser aficionado al fútbol, es jugador desde su juventud. “Me acaban de mandar una foto del equipo de la facultad de Económicas, y hasta tengo pelo”. Su otro deporte es el tenis, en el que, aunque “está mal decirlo”, ha sido “bastante bueno”, incluso se pagó alguna de sus “estancias en el extranjero jugando y dando clases de tenis”.
Sobre su infancia, recuerda la farmacia de su padre en Puente de Vallecas, que ahora regenta su hermano Juan y que por aquellos tiempos contaba con “el único frigorífico del barrio”. “Mi padre, que era una persona conservadora, guardaba en él los yogures de los vecinos para que no se estropearan”.
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