“Reitero mi absoluta inocencia, no así mi participación en los hechos que se relatan, pero no como se relatan, con ese desprecio a la totalidad de la verdad de todos los hechos, que solo demuestran a un hombre, abogado, presidente de una relevante organización social, jurídica y editorial, trabajando, y mucho, en una única y honorable dirección, además de legal”, escribe Luis Pineda al juez Santiago Pedraz para protestar por su situación de prisión incondicional y el embargo de todos sus bienes y los de Ausbanc.
En una carta manuscrita de diez folios, el presidente de Ausbanc se desahoga de su situación procesal y pide al juez que revoque el embargo de todas sus cuentas, tanto las personales como las que están a nombre de la asociación, para que sus hijos, por un lado, y sus empleados, por otro, puedan subsistir. “Respecto a la inmovilización de los saldos de Ausbanc y sus participadas, está absolutamente claro que los hechos que se me imputan se refieren a cantidades mucho menores que las existentes en dichas cuentas corrientes y que tienen por objetivo el correcto, legal y ordinario devenir de la organización (…) no poder disponer de ningún fondo es una sentencia anticipada que un magistrado instructor no puede, no debe, imponer. Pues eso significa, simple y llanamente, su disolución por incapacidad impuesta por dicha medida”.
[Consulte aquí la carta íntegra escrita por Luis Pineda a Santiago Pedraz]
El presidente de Ausbanc califica la medida cautelar adoptada por el instructor de “excesiva, extremadamente dañina y generadora de perjuicios absolutamente irreparables”, y solicita que a lo sumo se retengan de todas las cuentas de la asociación 500.000 euros que, en su opinión, serían suficientes para hacer frente a las responsabilidades civiles que puedan derivarse en un futuro.
El presidente de Ausbanc dice al magistrado que una vez se le conceda la libertad convocará una asamblea para disolver Ausbanc: "Esta historia de justicia, éxito y legalidad no pudo ser"
Pineda le dice al magistrado instructor que con la decisión adoptada sobre los fondos de Ausbanc “los trabajadores no podrán cobrar, los abogados tampoco, ni atender ningún gasto procesal, quedando miles de asuntos huérfanos en los juzgados por, SOLO Y EXCLUSIVAMENTE, la desproporcionada medida adoptada. En breve, no sólo no cobrarán los trabajadores –de la limpieza, contables, administrativos, profesionales diversos…- tampoco se podrá pagar el recibo de la luz, agua (…) se anticipa una sentencia absolutamente condenatoria pese a que la labor policial que sustenta esta instrucción solo evidencia conversaciones de un abogado que trabaja, y mucho, en pro de una finalidad absolutamente honorable y legal”.
Pineda pide también al magistrado que retire el embargo de las cuentas personales porque, dice, no existe relación entre ellas y los hechos que se le imputan. “La medida adoptada –escribe –está suponiendo que no puedan mis más directos familiares, incluido un hijo que aún está estudiando y otro que aún convive y no tiene trabajo, tener los más mínimos ingresos para sobrevivir: pagar la comida, luz, gas, comunidad de propietarios”.
Además del levantamiento de todas las mencionadas medidas cautelares, Luis Pineda le pide al instructor al final de su misiva una nueva comparecencia “con el objeto de explicar con detalle todo cuanto acontece”, y anticipa su decisión de que, una vez se le conceda la libertad, “convocar una asamblea y disolver Ausbanc de forma ordenada, urgente y con los menores perjuicios. Esta historia de justicia, éxito y legalidad no pudo ser”. La carta concluye una frase: “Umbrío por la pena, casi bruno”, y una anotación: “Cautivo 19 días”.
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