"Es por el buen hacer de las inversiones realizadas por el equipo de ARC". Esta es la explicación que una y otra vez le daban al otro lado del teléfono al protagonista de esta historia cuando, sorprendido, llamaba para confirmar que la cifra a la que ascendían sus ahorros era real. Es policía nacional -desempeña unas funciones por las que pide permanecer en el anonimato- y el dinero que le decían que había generado su inversión inicial era lo equivalente a 17 años de trabajo. Había metido un total de 85.000 euros, unos ahorros que nunca recuperaría.
Ahora ARC está siendo investigada por una presunta estafa piramidal millonaria con cientos de afectados. Por esa razón fue detenido el pasado 7 de febrero su responsable, Andrés Raúl Cano, un exfutbolista metido broker al que ya se le conoce como el Madoff español.
El calvario para este policía de 32 años comenzó con una llamada de teléfono a finales de 2015. Al otro lado de la línea hablaba su antiguo asesor en ING Direct. Le llamó para proponerle una oportunidad única de negocio donde debía invertir una cantidad de dinero bajo la promesa de conseguir elevados y rápidos intereses. Según la denuncia presentada por el agente, ambos tenían una relación de confianza de su etapa previa. Le dijo que varios compañeros de ING habían dejado la entidad para dar el salto al mercado bursátil como brokers para una entidad llamada ARC Broker.
Empezó con 20.000 euros
Dos días antes de la Navidad de 2015 y convencido por su antiguo gestor, el agente decidió invertir 20.000 euros en un contrato privado de inversión de capitales. ARC Brokers daba a sus clientes unas claves personalizadas para seguir la evolución de sus inversiones. Tan sólo 24 horas después, su dinero ya experimentaba un elevado incremento. Extrañado, el policía llamó a su gestor, quien le confirmó los beneficios.
Seducido por los cantos de sirena, el policía invitó a sus padres, a su hermano y a su mejor amigo que invirtiesen también en esta empresa de pujantes brokers salidos de ING. Con fecha del 18 de enero de 2016, su cuenta reflejaba ya un saldo de 21.178,30 euros, casi un 6 por ciento de rentabilidad sobre el capital inicialmente invertido. Las conversaciones entre el agente y su asesor en ARC se multiplicaron. Al otro lado del teléfono siempre se repetía la misma consigna: todo se debía al conocimiento del sector y a la profesionalidad de la empresa. Sabían dónde y cuándo invertir para obtener una elevada rentabilidad o al menos eso es lo que le decían a los clientes como este policía nacional.
Un mes después, el agente conoció al administrador de ARC, Andrés Raúl Cano Olivares. Entonces, principios de 2016, ningún cliente intuyó nada extraño, quizá cegados por los altos beneficios que les reportaban sus inversiones. Andrés Raúl Cano (cuyas iniciales coinciden con las de su empresa) convenció al policía a invertir otros 50.000 euros más.
Un total de 85.000 euros invertidos
El dinero seguía creciendo y en mayo de 2016 el policía todavía realizó una nueva inversión azuzado por una estrategia de ARC, que animaba a invertir más dinero a sus clientes alegando que serían los ”últimos ingresos con cobertura garantizada”. Por ello metió 15.000 euros más, lo que elevaba a 85.000 euros la cantidad total invertida. Su idea era solicitar la liquidación anticipada de los beneficios generados atendiendo al compromiso de ARC, pero finalmente no lo hizo. De haberlo hecho, se habría dado cuenta de que jamás recibiría ni la rentabilidad prometida ni su capital garantizado.
En ese momento ARC atravesaba sus días de gloria. Incluso firmó un contrato de patrocinio con la Agrupación Deportiva Alcorcón, entidad que militaba en Segunda División y con la que Andrés Raúl Cano tenía relación. Con ello la empresa ganaba en representatividad y reconocimiento social. Fueron muchos los pequeños inversores que, como el policía, se dejaron seducir para comprometer sus ahorros.
Según la querella presentada, el 14 de noviembre de 2016, la inversión del protagonista de esta historia había generado 294.076,44 euros. Sólo una semana después, ya ascendía a 317.902 euros. Unos meses después, ARC lanzó una nueva oportunidad de negocio a los inversores, les ofrecía ser socios fundadores de un banco con sede en Luxemburgo, se llamaría ARC BANK. Cada inversor recibiría otro 10 por ciento de rentabilidad sobre la cantidad aportada. Los afectados creen ahora que aquello solo era una estratagema para evitar que los clientes solicitasen la liquidación total del capital generado. En el caso del policía ya iba por 370.973, 18 euros.
Primeras sospechas
Fue el verano pasado cuando comenzaron las primeras sospechas en torno a las actividades de ARC. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) lanzó una advertencia en la que avisaba de que la compañía de Andrés Raúl Cano no estaba autorizada para prestar los servicios de inversión. Preocupado el policía se puso en contacto con la persona que le convenció para invertir su dinero, su antiguo gestor de ING Direct. Este le desmintió la noticia, le dijo que “ARC no hace gestión de cartera” y que si no tenía licencia en España era porque siempre actuó bajo el paraguas de la FCA en el Reino Unido.
Pero le dijo una cosa más: desde hacía algún tiempo ya no trabajaba en ARC por sus discrepancias con Andrés Raúl Cano. El policía, intranquilo, insistió en que la CNMV estaba recomendando a los clientes de ARC notificar su situación a las autoridades por riesgo de estafa. También le recordó a este gestor que se había lucrado con la comisión por los contratos suscritos entre ambos. Al otro lado del teléfono, la persona que en su día sólo le trasladaba buenas noticias y promesas de bonanza económica ahora se limitaba a despejar la culpa hacía Andrés Raúl Cano: “Él es quien decide qué hacer, cómo pagar y cuándo pagar”.
Medio millón de rentabilidad
Abandonado por su antiguo asesor, el policía optó por ponerse en contacto con Andrés Raúl Cano. El fundador de ARC le prometió una pronta liquidación de su capital invertido más la ganancia generada, pero luego le remitió al departamento de administración para que procediese a realizarla formalmente. Según todos los compromisos que había adquirido con la empresa a 19 de octubre del año pasado le debían 556.459,77 euros. Seis días después, la CNMV volvió a advertir por segunda vez contra ARC y el policía sigue a la espera de recuperar sus ahorros.
Este es sólo uno de los cientos de afectados que dicen haber sido víctimas de ARC. Según fuentes de la investigación consultadas por Vozpópuli, ni siquiera es el único miembro de las fuerzas de seguridad del estado que ha denunciado a sus responsables por estafa. Hay además varios guardias civiles en la misma situación. Estos hechos están siendo investigados actualmente en el Juzgado de Instrucción número 10 de Madrid, que ha decretado el secreto de las actuaciones.
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