El que se rinda, pierde. El Gobierno de Madrid y el sindicato médico Amyts se declaran la guerra de desgaste. Ni uno, ni otro, está dispuesto a retroceder un ápice en sus expectativas. Por eso, la reunión del Comité de Huelga de este jueves es la crónica de un fracaso anunciado. La Consejería de Sanidad no está dispuesta a ceder ni un solo palmo en las propuestas ya anunciadas hace días por parte de la presidenta madrileña. Tampoco está dispuesta a cambiar de interlocutores, como solicitó Amyts en el último encuentro, que terminó con el encierro de 10 sindicalistas en las oficinas gubernamentales de Calle Sagasta 6.
Por parte de la Consejería de Sanidad, acudirán nuevamente al Comité de Huelga el director del Proceso Integrado de Salud, Juan José Fernández, y la directora de Recursos Humanos del Servicio Madrileño de Salud (Sermas), Raquel Sampedro. Con esta última, los 10 miembros de Amyts que se encerraron tuvieron sus más y sus menos. Le acusan, en concreto, de haber maltratado e ignorado sistemáticamente a los sindicalistas durante su acción de protesta.
Aquel último encuentro infructuoso tuvo como resultado un encierro de 36 horas por parte de los representantes de Amyts ante su negativa a seguir negociado con Fernández y Sampedro. "No nos moveremos hasta que hablemos con interlocutores válidos", manifestaba la secretaria general de Amyts, Ángela Hernández. El sindicato médico quiere hablar directamente con el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, o con el consejero de Hacienda, Javier Fernández Lasketty, algo que el Gobierno de Ayuso no va a permitir, según afirman fuentes gubernamentales.
Las riendas de la negociación se manejan directamente desde Puerta del Sol, y no se hace ningún movimiento sin que lo conozca el jefe de Gabinete de Isabel Díaz Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez. Aun así, desde la Consejería de Sanidad se marcaron hace poco un tanto, la declaración del Colegio de Médicos de Madrid (Icomem) contra Amyts para que desconvoque la huelga.
El Colegio de Médicos rectifica
El pleno de la Mesa de Atención Primaria del Icomem se ha reunido este lunes de manera extraordinaria para abordar dicho comunicado. En dicho pleno no estuvo presente el presidente, Manuel Martínez-Sellés, sobre el que se han vertido el grueso de las críticas del personal de los centros de salud. Sí acudió su mano derecha, la vicepresidenta Luisa María González.
Según el acta de la reunión elaborada por afiliados a Amyts, a la que ha accedido Vozpópuli, los representantes de la Junta Directiva presentes "han manifestado y reconocido como un grave error la publicación de dicho comunicado". La Junta Directiva del Icomem no solo ha manifestado sus disculpas a los integrantes de la Mesa de Atención Primaria, sino que se han comprometido a realizar una rectificación oficial y pública por los mismos medios utilizados para dar publicidad al comunicado.
El efecto encierro
El encierro de Amyts en la Consejería de Sanidad ha generado mucho malestar entre las filas de Ruiz Escudero. Lejos de sentirse impelidos a atender las demandas del sindicato, se han alejado más las posturas. El Gobierno de Ayuso está convencido de que Amyts es un títere de Más Madrid, y que su único objetivo es generar ruido mediático para dañar la política sanitaria del PP.
Consideran que han cedido a todas las demandas de los sindicalistas y que, reunión a reunión, estos no hacían más que elevar la apuesta hasta que no ha habido marcha atrás. "No va a haber más concesiones porque no puede haberlas. Lo que piden es inviable y lo saben", dicen fuentes del Gobierno madrileño. Se refieren a los 46 millones que Amyts pide que se inviertan en el capítulo de personal de Atención Primaria. Van a mantenerse en los 34 pacientes por médico y un mínimo de 10 minutos para cada uno.
En el sindicato, por el contrario, no han sentado nada bien las palabras de Ayuso sobre el encierro. "Las personas que están ahora mismo en la Consejería no son médicos, son nueve personas, la mayoría liberados sindicales que como bien se ha escuchado en audios lo quieren prologan hasta abril", señaló la presidenta madrileña. Una de los sindicalistas, pediatra, respondió en redes sociales con una foto a su agenda diaria con más de 60 citas pendientes. La guerra de desgaste continúa con pocos visos de resolverse antes de 2023.
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